En Villa La Merced, Córdoba, nos encontramos 120 mujeres y jóvenes, afiliados y dirigentes del Sindicato Regional de Luz y Fuerza, en representación de 56 seccionales de la provincia.
En un escenario marcado por una crisis profunda, que castiga a la gran mayoría de la población y beneficia a unos pocos, nos encontramos frente a un momento histórico de quiebre social. El Encuentro de Mujeres y Jóvenes del Sindicato Regional de Luz y Fuerza se llevó a cabo en un contexto de violencia institucional como no se veía desde hace tiempo (tal el caso de recientes represiones policiales y de fuerzas de seguridad en diversas manifestaciones). La falta de credibilidad en los modelos de conducción y el avance del individualismo han fomentado una sensación de aislamiento y desesperanza en muchos, donde el «sálvese quien pueda» parece prevalecer sobre nuestra esencia como personas y ciudadanos.
Lo anterior expresa el modo en que los derechos de los trabajadores y trabajadoras están siendo avasallados. Reformas laborales regresivas y la imposición de cargas impositivas injustas (como el impuesto a las ganancias) junto con la persecución mediática y legislativa a las organizaciones sindicales, han creado un clima adverso para la clase trabajadora. Las conquistas obtenidas a lo largo de décadas se ven hoy amenazadas, poniendo en peligro el futuro de millones de trabajadores y trabajadoras.
Este es un tiempo de cinismo y crueldad hacia los jubilados y la clase trabajadora. Vivimos un proceso de vaciamiento del Estado, donde la salud y la educación se reducen a «gasto público», mientras la pobreza y la indigencia crecen exponencialmente. La explotación desmedida de nuestros recursos naturales como fin y el plan de dolarización de la economía se han convertido en políticas rectoras del quehacer nacional, acompañadas por el congelamiento de salarios y la fuga de capitales, todo esto con la complicidad de medios de comunicación que difunden discursos de odio y antidemocráticos.
En este contexto de crisis, urge la toma de conciencia de clase y el reconocimiento de la historia para evitar repetir recetas de ajustes ya aplicadas en décadas pasadas, como en los años ‘70 y ‘90, que profundizaron las desigualdades en toda América Latina. Nuestra respuesta debe ser colectiva y solidaria. Hoy más que nunca, es necesaria la unión entre los trabajadores y trabajadoras. Este es el desafío que nos impone la coyuntura y es desde este Encuentro que reafirmamos nuestro compromiso de construir un futuro más justo y solidario para todos y todas.
En el Encuentro se abordaron 4 temas:
-Taller de Trabajo en Gestión Emocional, Desarrollo Personal y Laboral – Lic en Psicología Aleli Ortiz.
-Informe Secretaría Gremial – Recalde Carlos- Gonzalez Carolina, Moyano Miguel, Vargas Rodrigo, Premazzi Luis.
-Informe Secretaría Servicio Sociales – Vachetta Jorge y Juan Manuel Almada.
-Charla “ Pequeños Gestos que cambian vidas” Padre Mariano Oberlin.
Entre las principales conclusiones de los temas abordados y los consensos alcanzados, podemos afirmar que el taller sobre la Gestión de Emociones nos brindó una reflexión esencial: conocernos a nosotros mismos es clave para comprender mejor a los demás en los ámbitos laborales y sociales. Al trabajar sobre dinámicas emocionales, adquirimos la capacidad de reconocer nuestras emociones e interpretar las de los demás, lo que resulta una herramienta fundamental para la resolución de conflictos tanto en el trabajo como en la vida cotidiana. Esta apertura emocional es crucial para mejorar la convivencia y fortalecer la unidad en la comunidad sindical. La diferencia entre ser líder y ser jefe fue central en este análisis: el liderazgo debe nutrirse de empatía y valores, alejándose de un ejercicio del poder autoritario, para volverse inclusivo y solidario.
Por otro lado, comprendimos profundamente el funcionamiento de nuestra obra social y la importancia de su sostenimiento, que depende del aporte solidario de todos los afiliados. Este sistema enfrenta desafíos que sólo podrán ser superados con el compromiso conjunto de los trabajadores. En este sentido, quedó claro que debemos fomentar la afiliación de los jóvenes para robustecer nuestra obra social y proteger este pilar esencial del Sindicato. El respaldo de la organización en momentos críticos es fundamental y hoy, más que nunca, debemos asegurar su continuidad y presencia.
El informe detallado sobre las gestiones de la Secretaría Gremial fue revelador, permitiéndonos comprender mejor el arduo trabajo que se lleva a cabo en la defensa de los derechos de los trabajadores. Este análisis nos reafirmó que, ante cualquier duda o conflicto, siempre estamos acompañados por el sindicato. Así, se hizo evidente la importancia de mantenernos unidos para fortalecer nuestra organización, conscientes de que la lucha por nuestros derechos es un esfuerzo colectivo y no individual. La militancia en las bases y la enseñanza de los principios de conciencia de clase a las nuevas generaciones son tareas fundamentales para preservar la relevancia y el valor de contar con un Sindicato que respalde nuestras necesidades.
La intervención del Padre Mariano Oberlin fue una fuente de inspiración, recordándonos el poder transformador de la solidaridad y la vida en comunidad. Su testimonio nos enseñó que “nadie se salva solo” y que, a través de la unión, podemos enfrentar los desafíos que nos esperan. Valores como la empatía y la cooperación no solo son esenciales en el ámbito laboral, sino en todos los aspectos de nuestra vida. Esta lección nos convoca a redoblar esfuerzos para fortalecer la vida en comunidad, apoyándonos mutuamente y construyendo un futuro donde la solidaridad sea el motor de nuestras acciones.
Por todo esto, reafirmamos la necesidad de proteger los derechos que hemos conquistado a lo largo de los años. Somos conscientes de que las amenazas sobre los trabajadores persisten y que el desfinanciamiento del sindicato, a través del debilitamiento de la salud y la obra social, es una de las formas más crueles de ataque. Ante este panorama, debemos asumir la responsabilidad de nuestras decisiones, comprometernos a mantenernos unidos, optimizar recursos y prepararnos para los desafíos que vendrán. Solo a través de la militancia en las bases y la concientización de nuestros compañeros, podremos enfrentar y superar las adversidades que se avecinan.
Para las próximas jornadas, se han identificado temas clave que permitirán fortalecer la unidad y el bienestar de los trabajadores y trabajadoras.
Uno de los puntos más relevantes es la gestión emocional, un aspecto trabajado en los talleres anteriores que debemos continuar profundizando. Además, es fundamental realizar más talleres centrados en la salud mental en el ámbito laboral, ya que reconocer y gestionar nuestras emociones es esencial para mejorar tanto el entorno de trabajo como las relaciones interpersonales.
Otro tema crucial es la inclusión de la mujer en diferentes ámbitos, una discusión pendiente que es fundamental para avanzar hacia una mayor equidad dentro del Sindicato y en la sociedad. Es necesario generar espacios para analizar las barreras que aún persisten y proponer acciones concretas que promuevan la igualdad de género.
Asimismo, se propuso llevar a cabo un análisis profundo de la Ley Laboral vigente y del convenio colectivo de trabajo, para que los afiliados estén mejor informados sobre los derechos que los protegen y cómo enfrentarse a posibles reformas que los vulneren. Esta iniciativa busca empoderar a los trabajadores para defender sus derechos con conocimiento y firmeza.
Los talleres recreativos también fueron señalados como una actividad necesaria para reforzar los vínculos entre compañeros y compañeras, creando un espacio de distensión y camaradería que contribuye al fortalecimiento de la comunidad sindical.
En cuanto a las actividades solidarias, se propuso organizar una acción concreta en beneficio de una institución que lo necesite. Esta iniciativa no solo reforzaría los valores de solidaridad que promovemos desde el Sindicato, sino que también permitiría conectar de manera más directa con las necesidades de la comunidad.
Por último, se destacó la importancia de dar continuidad a charlas como la del sacerdote Mariano Oberlin, cuyo enfoque en la vida en comunidad y la solidaridad fue valorado como una herramienta fundamental para enfrentar los desafíos actuales.
Estos temas a seguir discutiendo no solo buscan fortalecer a los trabajadores y trabajadoras desde el plano emocional y social, sino también promover el conocimiento de sus derechos y responsabilidades, consolidando así nuestro compromiso con el bien común y la construcción de un futuro más justo para todos.
Para concluir, diremos que este Encuentro ha sido un espacio fundamental para fortalecer la unidad entre los/as trabajadores/as y el Sindicato y para reafirmar que solo con el esfuerzo conjunto podemos enfrentar los desafíos que atravesamos. Hemos entendido que el trabajo por el bien común resuelve tanto problemas colectivos como así también situaciones individuales y que la solidaridad y el compromiso con los demás son esenciales para avanzar en la justicia social.
El encuentro nos ha dejado claro que no estamos solos. El Sindicato sigue siendo un espacio de apoyo y acompañamiento, donde siempre tenemos las puertas abiertas para resolver nuestros problemas. La participación activa de los jóvenes y las mujeres en la vida sindical es clave para mantener la cohesión y la fuerza de nuestra organización, y unir nuestras voces nos permitirá hacer frente a las adversidades que se presentan.
A lo largo de las jornadas, nos dimos cuenta de la diversidad de situaciones que enfrentan nuestros compañeros y compañeras, lo que nos permitió tener una visión más clara de dónde estamos como organización y cuáles son los desafíos por delante. Sabemos que la unión es nuestra fortaleza y que juntos podemos encontrar soluciones más efectivas.
Además, hemos adquirido herramientas para mejorar la gestión de nuestras emociones, lo cual nos ayudará a comunicarnos mejor y a fortalecer el trabajo conjunto dentro del ámbito laboral y sindical. Este tipo de aprendizajes son fundamentales para enfrentar los retos que tenemos como trabajadores y trabajadoras.
En síntesis, quedó claro que el futuro del Sindicato depende de la participación de todos, especialmente de los más jóvenes. Al Sindicato lo hacemos entre todos y ese compromiso es lo que nos permitirá enfrentar las dificultades y seguir creciendo como organización.
El camino es claro: trabajar juntos y mantenernos unidos para asegurar la defensa de nuestros derechos y un futuro mejor para todos y todas.
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