El asesinato de Morena, una niña de 11 años, en Lanús, en el primer cordón del Gran Buenos Aires, para robarle un celular, revela el volumen del problema de la inseguridad y la ineficacia del Estado para resolverlo. También desnuda la debilidad del sistema político y el pánico que tiene la dirigencia a una explosión social. Argentina parece una olla a presión en las horas previas a la elección primaria para las presidenciales de octubre.
La víctima es una niña que iba caminando al colegio y fue abordada por dos delincuentes en moto, que según la información dada a conocer por el ministro de Seguridad de Buenos Aires, Sergio Berni, eran adictos a las drogas. Los dos jóvenes de 28 y 25 años de edad (Miguel Ángel y Darío Humberto Madariaga), eran hermanos. El mayor de ellos tenía antecedentes penales y había salido en libertad de la cárcel dos meses antes. La Justicia de la Ciudad de Buenos Aires había pedido su captura el lunes pasado por una nueva causa. Sin embargo, estaba libre y participó del robo y el crimen de Morena.
Se trata de un caso donde se ligan el consumo de estupefacientes, el delito y la marginalidad social. Al cierre de este artículo no había precisiones sobre los vínculos de la banda que integraban los hermanos, pero de acuerdo a la información oficial, robaron y fueron directamente a comprar “paco” a una villa en CABA, una droga que se extrae del proceso de elaboración de la cocaína, que tiene menor precio que esta y que es consumida por ese motivo, en su mayoría, en las barriadas empobrecidas. El “paco ” tiene, además, un alto poder adictivo y la espiral de deterioro y violencia en la que se ingresa, es difícil de interrumpir.
Todo parece conducir a que los hermanos que mataron a Morena tuvieron zona liberada para actuar, porque la Policía demoró media hora en llegar al lugar pese a que la escuela se encontraba a unas quince cuadras de la Municipalidad de Lanús. Eso es lo que denunció el dirigente de UTEP y precandidato presidencial Juan Grabois.
Grabois planteó además que la ambulancia de emergencias municipales tardó 40 minutos en asistir a Morena y que según el director del Hospital Eva Perón de Fiorito, si hubiera sido asistida antes, podría haber tenido más posibilidades de sobrevivir. La autopsia indicó que la niña recibió un fuerte golpe abdominal que le produjo derrames internos y un consecuente paro cardiorespiratorio.
La combinación entre los negocios de la droga, el delito común y la policía es una fórmula archiconocida. La Bonaerense es una de las fuerzas de seguridad más importantes del país y también una de las que ha demostrado mayor autonomía de funcionamiento del poder civil desde 1983 hasta la fecha. Esto, pese a los distintos intentos de romper con ese modelo organizativo. Capítulo como el que se vivió este miércoles 9 de agosto, evidencian que no ha caducado.
Pero este caso tiene otro punto de impacto: El político. A cuatro días de las primarias para la elección de presidente, la inseguridad, que ya era el segundo tema de agenda y preocupación detrás del económico, se vuelve un asunto central. La inseguridad interpela a los oficialismos y, en particular, al peronismo nacional en uno de sus bastiones, en este caso, el conurbano bonaerense.
Por las características y el momento del crimen, la imagen de Morena se convirtió en “la foto” del debate nacional. Ocurre en un contexto de crisis económica en razón de la alta inflación (120% anual) y con el dólar informal disparado a 600 pesos, en un nuevo intento de sectores del mercado de forzar una devaluación brusca de la moneda argentina. Si bien este marco no es igual al de otros momentos de incertidumbre económica que ha vivido el país, existe un clima político y económico de alta efervescencia.
Para tener una dimensión comparativa, no ha implosionado las estructuras políticas como en 2001 porque no es el mismo tipo de crisis (ahora hay una baja tasa de desempleo y un buen desempeño de la actividad económica, sobre todo de la industria, pese a la falta de dólares contantes y sonantes como consecuencia de la sequía, que redujo en 21 mil millones de dólares las exportaciones del complejo agroindustrial) y porque el Gobierno nacional ha sabido mitigar y contener algunas de las consecuencias de la situación económica.
Sin embargo la caída del nivel de vida de amplios sectores de la población y el aumento de la pobreza han disparado un fuerte descontento social y un cuestionamiento severo por la incapacidad del sistema político de resolver los problemas cotidianos de la sociedad. Es a este cóctel que se le sumó el asesinato de Morena. Ese es el motivo de la inquietud de los candidatos presidenciales de todas las fuerzas, que incluso decidieron paralizar todos los actos públicos.
Como Morena vivía y murió en Lanús, habrá que observar también el grado de afectación que pueden sufrir el intendente de esa ciudad y precandidato a la gobernación bonaerense de Patricia Bullrich, Néstor Grindetti; y el Gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y, por transición, el candidato presidencial del peronismo nacional, Sergio Massa.
No se puede descartar que haya un “antes” y un “después” del crimen de la niña, al menos en términos políticos. Las 96 horas que restan y la elección PASO del domingo 13 de agosto se desarrollarán sobre esta desafiante escena.
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