La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) le planteó al presidente, Alberto Fernández, la necesidad imperiosa de generar mercados concentradores transparentes para mejorar los precios al público de las frutas y verduras.
Para CAME, la realización de remates donde confluyan la oferta y la demanda resulta una iniciativa fundamental para lograr bajar los precios de las frutas y verduras que, según el INDEC, subieron un 64,4% y un 58%, respectivamente, durante el 2020.
Recuerda la entidad, que “un dato no menor es que la aparición del Covid-19 produjo que la demanda de productos frescos se incrementara un 20% el año pasado con la particularidad, por ejemplo, que un monte frutal demora al menos 6 años en brindar su primera cosecha”.
“Como entidad que representa a las pequeñas y medianas empresas agropecuarias estamos sumamente preocupados por las altas distorsiones de precios que sufren los consumidores en alimentos básicos y saludables”, indicó la CAME.
Explica la organización gremial empresaria que “la ausencia de mercados concentradores transparentes hace que se genere un lugar propicio para la triangulación intra y extra-mercados, encareciendo la mercadería de forma innecesaria sin valor agregado alguno”.
Según el último Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora CAME, la participación promedio del productor agropecuario en el precio final de las frutas y verduras se ubica en torno al 25% (en algunos casos no llega al 7,5%). El Estado, en tanto, tiene una participación del 32%, llegando al 40% si se suman los tres niveles (nación, provincias y municipios).
“Los productores agropecuarios no somos formadores de precios. Está demostrado que la incidencia de la producción primaria en el valor final de los alimentos es mínima. Las distorsiones y los sobrecostos están en los intermediarios y en otros eslabones de la cadena”, sostuvieron desde el sector y precisaron: “Según el IPOD de enero, los precios de los productos frutihortícolas aumentaron 6,09 veces desde que salieron del campo hasta que llegaron a la góndola”.
En este sentido, CAME también plantea aliviar la carga tributaria que pesa sobre los productores frutihortícolas para mejorar el margen de rentabilidad del sector y, en definitiva, aumentar la producción y el empleo genuino en la cadena de valor.
Finalmente, la CAME plantea que “es importante, desde el Estado y el sector privado, ejecutar un control eficiente sobre los comercializadores, galpones de empaque y acopios para evitar posibles maniobras de cartelización que puedan registrarse en su mercadería”, concluyó el sector de Economías Regionales de CAME.
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