El Ministro de Producción Dante Sica le dijo a los empresarios que participan del coloquio de IDEA en Mar del Plata que el gobierno le dará un nuevo impulso a la reforma laboral, que quedó congelada en Diputados luego de la traumática aprobación de la reforma previsional en diciembre del año anterior.
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“Queremos avanzar en formatos laborales y generarle trabajo a los que están fuera del mercado laboral. Tenemos que dar una discusión sin prejuicios y sin ideología. Ojalá tengamos la posibilidad de discutirlo el año que viene”, expresó Sica, un funcionario afín al mundo de las empresas industriales y con cierto juego propio dentro del Gabinete.
“Nosotros nunca dejamos de impulsar la reforma laboral. Habíamos alcanzado un acuerdo el año pasado que no terminó prosperando y por eso fuimos tratando de hacer acuerdos a nivel sectorial como en Vaca Muerta. (…) Les pido apoyo a las otras fuerzas políticas para poder aprobar las tres leyes laborales que están durmiendo en el Congreso”, señaló Sica.
El gobierno había dividido la reforma laboral en tres leyes: la primera de regularización del empleo no registrado, lucha contra la evasión en la seguridad social, registración laboral y fondo de cese sectorial; la segunda titulada como Sistema Nacional de Formación Laboral Continua. Prácticas Formativas. Red Federal de Servicios de Empleo. Seguro de Desempleo Ampliado; y la tercera, denominada Agencia Nacional de Evaluación de Tecnologías de Salud (AGNET).
Más allá de los títulosd e cada proyecto, los cambios básicos que propone el Ejecutivo para bajar el costo laboral, son la reducción del valor de los despidos, la disminución de la carga sobre las empresas en el caso de enfermedades profesionales o accidentes de trabajo, la creación de una masa de trabajadores tercerizados por fuera de los convenios colectivos de casa sector, y la flexibilidad horaria.
Prometió además que seguirán trabajando “para cuidar el empleo a corto plazo” y criticó el paro de 36 horas anunciado por la CGT por considerarlo una medida “que no es oportuna y que no trae ningún beneficio a los trabajadores”.
En esa línea planteó que “estamos impulsando un cambio en las reglas de juego para que vayamos a una economía más competitiva y más integrada con el mundo”, explicó. Esto implica más apertura y rebaja de los costos laborales.
Luego afirmó que el consumo debería aumentar a partir de la estabilidad macroeconómica que se lograría con la nueva política monetaria.
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