El interno se viste a la velocidad de la luz y es el primero en salir del vestuario. Con auriculares azules en sus oídos y con mucho estilo en su caminata, Raasean Davis saluda con una sonrisa a los periodistas, se le nota que esta contento. No es para menos, acaba de tener su mejor partido en Instituto con 25 puntos, 7 rebotes y 29 de valoración en la victoria sobre Olímpico.
“Córdoba es una gran ciudad, las personas aquí son muy amigables y también son muy diferentes del lugar donde yo vengo. Me ha costado mucho al principio pero ahora estoy entendiendo un poco más todo”, afirma el nuevo Davis, aplaudido anoche por todo el Sandrín.
Para el joven pivote de 23 años y 2,06 metros llegar a la Argentina significó la primera salida de su país. Sebastián Ginóbili se fijo en él gracias a un consejo de su hermano Manu Ginóbili. Es que Davis promedió 14.8 puntos, 9.1 rebotes, 64% de campo y 1.2 tapas en 29.7 minutos de acción en su último año en la Universidad de Carolina del Norte Central. Junto con su equipo universitario ganó el campeonato de Conferencia (MEAC), en el cual fue nombrado el jugador más destacado del certamen. Aunque ni siquiera en sus sueños más locos, hubiera imaginado estar de este lado del mundo.
“El proceso ha sido duro. Lo más importante fue sacar un aprendizaje de cada entrenamiento y ser mejor cada partido. También entenderme y tener una buena química con mis compañeros, porque el día que llega el partido es importante tener una buena relación entre todos, de eso se trata esto. Mi idea desde que llegué aquí es ser un mejor jugador, pero también hacer mejor al equipo para ser lo más competetitivo posible”, señala el oriundo de Dallas.
Raasean tuvo que acostumbrarse a otro tipo de juego. Las reglas FIBA fueron todo un desafío y en casi dos meses junto al equipo, el interno mostró altibajos que hicieron dudar a más de uno. De todas formas, Davis tuvo su mejor partido en el juego más importante de la era “Sepo” Ginóbili y dejó encantados a los hinchas gloriosos. Todo el mérito para el entrenador que apostó desde un principio por él y ahora comienzan a verse los frutos.
“Estoy muy feliz. El equipo supo entenderme y encontrarme hoy, ellos supieron hacerme llegar la pelota en los lugares donde mejor me siento, así que estoy muy agradecido con ellos. Las reuniones entre todos, como comer asado, han sido muy buenas para sentirme uno más en este equipo. Ellos siempre están fijándose en mí y eso hace que uno se sienta cómodo”, nos comenta el extranjero con una sonrisa de oreja a oreja.
Las luces de las cámaras muestran la alegría, pero no siempre es así cuando se apagan: “Algunas veces llegó a casa y extraño mucho a mi familia pero al final del día uno sabe que esto es un negocio, estoy aquí por ellos. La verdad que no siempre puedo ponerme a pensar en mi familia, sino que tengo que estar concentrado y hacer lo que tengo que hacer para que todo salga bien”.
La nota está a punto de terminar y Davis se pone los auriculares azules, nos saluda con un “gracias” y se sumerge en su mundo. “Me gusta escuchar musica rap, para mantenerme bien arriba y con esa energía que a uno lo hace sentirse grande. Entre los raperos que más me gustan están G Herbo, Da Baby, que son los que a mi gente más le gustan.
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