(Por Daniel Juez *) El caso EPEC, empresa gerenciada en los últimos 21 años por el mismo signo político que gobierna la provincia, el peronismo cordobés, ha dado muestras de un llamativo maltrato hacia los usuarios, una situación que en estos días se repite en miles de hogares cordobeses que tiemblan con la llegada de la factura de la luz. Aumentos indefendibles e inexplicables han sembrado zozobra entre los usuarios de nuestra provincia. No es un dato nuevo de la política tarifaria de Epec que, a modo de ejemplo, aumentó la energía en 1.013 por ciento en el período 2010 -2018 mientras que el costo de vida se disparó en un 475 por ciento.
Epec es un ejemplo más de vergüenza ajena, que se ha naturalizado en los años. Un monopolio estatal que condena al consumidor a un deficiente y costoso servicio, obligándolo a pagar las deficiencias de su propia gestión. Siempre resulta más fácil responsabilizar a los trabajadores que fijar la mira en los verdaderos culpables de un pésimo funcionamiento como lo son los hombres que el gobierno designa, periodo tras periodo, para administrarla.
Son ellos, los que conducen los destinos de la empresa, los que han dado muestras, concretas por cierto, de una alta cuota de insensibilidad con quienes, a través de los impuestos les pagan sus sueldos, es decir cada uno de los contribuyentes cordobeses.
Si la consigna que debería guiar el accionar de quienes están al frente de Epec es brindar un buen servicio, deberían saber que no la están cumpliendo. Si la llegada de cada factura a las golpeadas economías hogareñas siembre tamaña zozobra, es porque las cosas no se están haciendo bien.
La energía eléctrica es una necesidad básica insustituible y forma parte de los derechos humanos de tipo económico y social, y así debe considerarse y conducirse. No es coherente toda política pública contraria a éste precepto.
Hoy a más de 170 días de un aislamiento social y obligatorio, las familias cordobesas están recibiendo facturas de luz por importe verdaderamente confiscatorios y los argumentos de la empresa son, por lo menos, sin sustento: Mientras el gobernador te dice “Quedate en casa” desde Epec dicen que las superfacturas son porque “estamos teniendo un invierno atípico por la pandemia y la familia está en la casa todo el tiempo”. Lo que se dice, una explicación científica.
La verdad, se nos ríen en la cara y encima, por no adherir al DNU 543/20, que prorroga por 180 días la prohibición de las prestatarias, de NO cortar o suspender servicios, anuncian con bombos y platillos, un plan de regularización de deuda que: primero actualiza, con un interés punitorio del 2,8 % y después, un plan a 24 cuotas con un interesante tasa del 2,5 %.
Es necesario rediscutir los argumentos del cálculo tarifario de la energía, es necesario avanzar hacia una nueva matriz energética, es indispensable cambiar el pensamiento político de conducción, es necesario que el gobierno central se haga cargo de las designaciones en la empresa.
Como en todo, pagamos facturas de un país desarrollado y recibimos servicios de una isla en el medio del océano. Si esa es la isla que sueña nuestro gobernador, seguramente, vos y yo sentimos una vergüenza ajena, que, peligrosamente, estamos naturalizando.
* Daniel Juez es vocal del Ersep por la oposición.
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