Una causa por corrupción suele demorar una media de 14 años. La de Germán Kammerath, a partir de todos los recursos que interpuso, se extendió durante 18 años desde que fue denunciado e investigado a partir de 2003. Son pocos los que llegan a condena firme como el abogado riojano, los más celebres son dos: María Julia Alsogaray (en un expediente por enriquecimiento ilícito cuando estuvo al frente de las privatizaciones de Entel y de la Secretaría de Medio Ambiente; y en otro por “peculado” con pasantes, cuando fue secretaria de Medio Ambiente) y el ex vicepresidente Amado Boudou (Causa Ciccone). Ahora, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) ratificó el fallo dictado en 2015 por “negociaciones incompatibles” con la función pública y Kammerath debería cumplir con una condena de tres años y medio.
La resolución, por mayoría, de la CSJ fue publicada por el periodista Hernán Capiello, en el diario La Nación. Al cierre de este artículo, el escrito todavía no había sido cargado en el sitio de CIJ (Centro de Información Judicial).
Según publica el diario porteño, el fallo fue firmado por los jueces Horacio Rosatti, Ricardo Lorenzetti y Elena Highton de Nolasco. Ellos rechazaron el recurso de la defensa del ex funcionario contra el fallo condenatorio.
Mientras que en disidencia lo hicieron los jueces Carlos Rosekrantz y Juan Carlos Maqueda, que señalaron que se había violado la garantía del plazo razonable para dictar sentencia, ya que los hechos ocurrieron en el 2000, el caso se investigó en el 2003 y fue elevado a juicio en 2006.
La condena corresponde a hechos ocurridos durante su gestión al frente de la Municipalidad de Córdoba, entre los años 1999 y 2000, lugar al que accedió en alianza con el PJ provincial.
El expediente había escalado hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación que lo dejó firme este jueves. Por lo tanto, Kammerath quedó a un paso de tener que cumplir la condena dispuesta en 2015.
El caso Radioaviso es el que corresponde a la contratación de un seguimiento satelital de la flota de vehículos de la Municipalidad de Córdoba. Fue denunciada por Luis Juez cuando fue electo intendente de la capital provincial en 2003.
Kammerath y su cuñado, el subsecretario de Coordinación Administrativa, Alejandro Rodríguez de la Puente, que recibió una condena a dos años y medio de prisión en 2015 que no se hará efectiva porque falleció, contrataron a una empresa que pertenecía a Marcos Álvarez, otro cuñado. Se trata de una contratación que está prohibida por ley.
Nacido en La Rioja y “delfín” político del fallecido ex presidente Carlos Menem y de Álvaro Alsogaray, fue intendente de Córdoba entre 1999 y 2003. Fue uno de los “cerebros” del ciclo neoliberal y aperturista en el sector de las telecomunicaciones durante la década menemista de los ’90. Por ese rol y los negociados de los que fue acusado, ha pasado buena parte de las últimas casi tres décadas investigado por la Justicia.
Antes de ser intendente había sido vicegobernador de la provincia con José Manuel de la Sota, entre julio y diciembre de 1999. Había llegado hasta allí como fruto del pacto entre Menem y el fallecido ex gobernador cordobés. Ese acuerdo estratégico fue el que le permitió al PJ de Córdoba derrotar al radical Ramón Mestre en las elecciones de diciembre de 1998.
Su recorrido como funcionario es extenso y controvertido, pero entre otros lugares, fue interventor de ATC (Argentina Televisora Color) entre diciembre de 1995 y julio de 1996; y secretario de Comunicaciones entre 1996 y 1999. También fue diputado nacional entre 1993 y 1996.
Retirado a la fuerza de la primera fila de la política, siguió su carrera como abogado de empresas y “operador” político del PRO, detrás de escena. Kammerath es, además, amigo de Mauricio Macri.
Llamativamente, al lado de las causas varias veces millonarias en las que estuvo involucrado por corrupción, la de Radioaviso, impulsada por Luis Juez, el ahora candidato de la alianza política con la que Macri llegó a presidente, parecía anecdótica. Sin embargo, fue la que terminó poniéndolo en las puertas de prisión.
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