La compañía YPF informó ayer que canceló, mediante un acuerdo de pago de US$ 150 millones, los contratos con el grupo belga Exmar Energy suscriptos en noviembre de 2018, para utilizar una barcaza de gas natural licuado (GNL) instalada en el puerto de Bahía Blanca.
De esa manera, quedaron sin efecto los convenios firmados por la gestión de la empresa encabezada entonces por Miguel Gutiérrez, que generaron exportaciones de GNL a pérdida.
Mediante el acuerdo, Exmar aceptó resignar su derecho a iniciar reclamos arbitrales o judiciales, según indicó una nota enviada por YPF a la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
La comunicación precisó que el acuerdo con la empresa europea contempla “la finalización de los acuerdos de chárter y servicios de licuefacción de la barcaza licuefactora Tango FLNG” y de “los reclamos arbitrales pendientes”.
Según se informó, la compañía nacional hará un pago inicial de US$ 22 millones, mientras que la suma restante se abonará en 18 pagos mensuales.
La barcaza arribó al país en febrero de 2019 y el inicio efectivo de la producción sucedió durante septiembre, momento desde el cual se produjeron cinco cargamentos de GNL, cuatro de ellos con destino el mercado internacional, y uno entregado a IEASA en Escobar.
Según oportunamente declaró YPF, las exportaciones de los primeros años serían por un monto de unos US$ 200 millones anuales, monto que luego se incrementaría al avanzar el contrato, sin embargo, la exportación en el primer año de funcionamiento de la barcaza fue de US$40 millones.
Fuentes del sector energético, destacaron en diálogo con Télam que “el acuerdo lejos de generarle un problema le ahorra un perjuicio a YPF y le permite desandar un acuerdo inviable económicamente”, y a la vez “evitar eventualmente una resolución arbitral con un resultado más gravoso al contenido del acuerdo”.
“Para poner en marcha este proyecto y hacerlo rentable existieron varios factores relevantes que se subestimaron durante la gestión de Miguel Gutiérrez”, aseguraron las mismas fuentes.
Los acuerdos se celebraron con una duración de 10 años sin cláusula de salida por un monto de hasta US$ 1.100 millones, valor a los que había que agregar otros costos para YPF con terceras partes y una inversión inicial de la petrolera por US$ 20 millones para adecuar las instalaciones.
La experiencia de la operación, explicaron las fuentes, reflejó que tanto la capacidad de licuefacción (2,5 MMm3/día) como la de almacenamiento ya que un barco metanero tarda con esta barcaza unos 40 días en ser cargado con el costo de espera, “resultaron muy bajas para tener escala y ser competitiva en un mercado global con un contrato inflexible a 10 años”.
“El precio de break-even del GNL que necesitaba el proyecto para ser rentable era superior a US$ 10 mmbtu, en todos los casos los precios alcanzados fueron sustancialmente menores a los esperados y a los necesarios para cubrir los costos del proyecto, resultando en un promedio de US$ 3,2 mmbtu”, se explicó desde el sector vinculado a este tipo de operatorias.
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