Nacieron dos estrellas políticas en Córdoba: El senador nacional electo, Luis Juez, y el diputado nacional electo, Rodrigo De Loredo. La amplia victoria de Juntos por el Cambio (JxC) por casi 30 puntos porcentuales (pp.) los erigió con claridad en las figuras de recambio de la oposición cordobesa con vistas a 2023 y en dirigentes con peso político particular en el escenario nacional. Los dos cosecharon un millón de votos. Ni siquiera María Eugenia Vidal en CABA llegó a ese número. Sólo fueron superados por la lista bonaerense que encabeza Diego Santilli, en un distrito que posee cuatro veces la cantidad de habitantes de Córdoba.
Se trata, por lo tanto, de dos políticos “power” fronteras adentro de la provincia más opositora al gobierno nacional, y también fuera de ella, por el tamaño poblacional, económico y simbólico de la provincia.
Juez es un viejo conocido que se reinstala (fue intendente de Córdoba entre 2003 y 2007; senador nacional -2009-2015-; embajador en Ecuador, en 2016 y 2017; y diputado nacional entre 2017 y 2021). De Loredo, en cambio, es un recién llegado a la primera división de la política cordobesa y nacional. Fue legislador provincial entre 2011 y 2016 en que fue designado como presidente ARSAT, durante el gobierno de Mauricio Macri. Luego, en 2019 fue elegido como concejal de la ciudad de Córdoba, cargo que desempeña hasta la actualidad.
Los dos ocupaban un lugar relevante, pero secundario de Mario Negri o Ramón Mestre (hijo), por citar a alguno de los principales dirigentes de JxC en la provincia. Ahora, se han convertido en primeras figuras, con brillo propio. Es así por la contundencia del triunfo frente al PJ cordobés (casi 30 pp. de diferencia sobre Hacemos por Córdoba), por ser el distrito grande en el que la principal oposición nacional obtuvo la mayor diferencia con el Frente de Todos (casi 43 pp.), y por ser esa diferencia, clave en la ventaja nacional del bloque de centro-derecha sobre el conglomerado de centro-izquierda (800 mil votos, que al cierre de este artículo con el 82% de los sufragios contabilizados en todo el país, representaban el 40% de la diferencia que JxC le sacaba al FdT, que era de 2 millones de votos -9 a 7 millones).
También es una victoria de los ultras. Tanto Juez como De Loredo son fervientemente anti-kirchneristas y expresan el corazón del voto conservador y anti-peronista cordobés. Juez se encolumnó con Patricia Bullrich, mientras que De Loredo que se presenta como la renovación generacional de la UCR, es en realidad un cruzado neoliberal, que promueve la reforma laboral, el achicamiento del Estado y la apertura de la economía al estilo de Ricardo López Murphy, por citar una comparación con un candidato de derecha dentro del espacio de JxC.
La magnitud del triunfo los pone a los dos como las principales referencias en la disputa por la gobernación de la provincia en 2023. Hay un tercer invitado, Gustavo Santos, electo diputado este domingo, que cuenta con el apoyo del ex presidente Mauricio Macri. Sin embargo, las urnas han erigido a Juez y De Loredo al sitial de dirigentes centrales de la oposición en Córdoba. Hasta este comicio ambos llegaban con aspiraciones diferentes: el líder del Frente Cívico recorriendo el camino para ser el hombre que enfrente al sucesor de Juan Schiaretti por la gobernación; y el radical, con su declarado sueño de disputar la intendencia de la ciudad de Córdoba. Habrá que ver qué sucede en los próximos dos años, pero es obvio que quedaron en la primera fila para 2023.
Un segundo elemento que se desprende de esta elección, es que Córdoba es una provincia fundamental en el volumen político e identidad de JxC. Su representación en la mesa de decisión, pese a la participación del diputado Mario Negri como titular del interbloque de Diputados Nacionales, no es consecuente con su valor electoral.
Si bien, la principal causa de la victoria hay que hallarla en la consolidación de JxC como la principal vía de expresión del descontento político, económico y social de los argentinos frente a la doble crisis -económica y sanitaria- que vive el país; el segundo factor es la presencia de dos dirigentes que representaron el carácter del mensaje. No hay que menospreciar la existencia de un fuerte clima anti-clase política, producto de la incapacidad de resolver los problemas. En esa línea, Juez ha sido un hombre clave para firmar el triunfo opositor en Córdoba. Por su parte, el radical De Loredo, a partir de su imagen de renovador de la política y cara de una nueva generación política, ha ingresado con fluidez en este nuevo río expresivo de la sociedad argentina.
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