Durante los quince minutos que dura el descongelamiento de la vacuna contra el Covid-19, el médico infectólogo Hugo Pizzi (MP 54101) no pudo contener las lágrimas. “En ese momento pensaba que este virus tan impredecible, con tanta capacidad destructiva, que nos había quitado la libertad, y que yo estaba ahí e iba camino hacia la solución”, le confiesa a ENREDACCIÓN a horas de haberse colocado la primera dosis de la Sputnik V. Además, cuenta que la emoción fue constante, porque con el pinchazo no pudo evitar pensar en sus ex alumnos, médicos y enfermeros que murieron por el coronavirus.
Le preocupan la falta de fundamentos o desconocimiento de quienes se niegan a ser inmunizadas con cualquier de las opciones. Profesor plenario de la Universidad Nacional de Córdoba y asesor del gobierno provincial durante la pandemia, insiste en no dudar ni tener miedo. “Las epidemias se acaban cuando se vacuna un número importante de la población”, asegura el primer profesional de la salud mayor de sesenta años en recibirla en Córdoba.
¿Hay que confiar en la Sputnik V o en todas?
Cuando uno es un académico de la Nación, tiene contacto con todos los centros de investigación del mundo. Conocemos todo y también a los investigadores. Con la gente del Instituto Gamaleya nos conocemos desde el año 2015, que terminaron con la epidemia del Ébola y MERS (El síndrome respiratorio de Oriente Medio). Los conozco perfectamente, sabía que tanto el director como el jefe comercial del grupo ruso habían vacunados a sus abuelos y padres. Así que nunca tuve temor, cualquier de las diez vacunas que hubiera llegado primero, me la hubiera colocado.
¿Hay inequidad en la distribución de vacunas entre países?
En general siempre hay una cuestión dominada con el mercado. Por eso la OMS formó el grupo para favorecer a los países del tercer mundo, como un pool de vacunas. En este momento, vivimos lo que es la gran demanda. Ya en mayo aproximadamente tendremos mucha oferta, porque además de éstas que se conocen, vienen otras noventa y ocho, así que nos las van a ofrecer a mitad de precio.
¿Por qué Argentina no llega a competir en producción de vacunas?
Al principio de la pandemia se criticaba la cuarentena, pero fue el tiempo para poner en condiciones camas y respiradores, siempre vamos un poco atrasados en salud. El grupo científico y la calidad están, fallamos en los recursos. En una pandemia se tiene que sopesar, si algunos países la pueden fabricar más rápido y con efectividad, no tiene sentido ponernos a desarrollar nosotros, en cambio tendríamos que preocuparnos por el dengue. Son circunstancias.
¿Cuándo llegará la vacuna del dengue?
Se iba a aprobar la vacuna contra el dengue, pero la ANMAT la sigue estudiando. Supuestamente dentro de un mes estaría la aprobación para comenzar a colocar en personas con serotipo.
¿Pueden empezar las clases?
Soy un defensor de que hay que empezar las clases, si tenemos protocolos para salas de teatro, restaurant, entre otros, se puede. Mientras se vacunan a los docentes, se aprovechan los tres meses cálidos que permite las aberturas abiertas para ventilar, habrá que recibir menos cantidad de alumnos, controlar recreos y baños, pero es fundamental comenzar. Se ha vivido una tragedia en el país porque se han desprendido del sistema un millón de alumnos. Con lo mal que ya andaba la educación, esta cantidad de chicos abandonan el proceso enseñanza-aprendizaje.
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