Después de la corrida cambiaria que siguió a las PASO, las conversaciones telefónicas entre Mauricio Macri y Alberto Fernández, permitieron que se estabilizara el frente cambiario y los mercados bajarán un cambio frente al peronismo. Sin embargo, la movilización del “núcleo maduro” macrista, crudamente anti-peronista y anti-kirchnerista, y la salida del presidente al balcón de la Casas Rosada en pose de campaña, enfrió la convergencia y reabrió las diferencias. Sin embargo, las turbulencias no se explican por ese acto oficial. Tienen su razón en la presión del FMI de negociar desde ahora el acuerdo entre el organismo internacional y Argentina por la asistencia financiera futura.
Tanto el FMI como el gobierno de Estados Unidos, principal apoyo de Macri, saben que la debilidad del oficialismo es proporcional a la derrota sufrida el 11 de agosto y que no hay posibilidades de salvar el programa en marcha. En ese contexto, presionan al candidato que todavía no ganó la elección, pero que triunfó en las PASO, para que asuma compromisos relacionados con la futura negociación, que incluyen ajuste y reformas estructurales a cambio de mayores plazos. Como dijo Fernández, el Frente de Todos considera que para pagar a los acreedores hay que hacer crecer la economía, por lo que pide al FMI la aceptación de un programa heterodoxo para ese organismo. Lo que sucedió en la tarde del lunes, en Buenos Aires, es el primer escarceo de esa negociación.
Mientras que en el terreno local, Alberto Fernández rechazó anoche las acusaciones de Mauricio Macri de haber provocado la presión cambiaria de este martes tras su enfrentamiento con el Fondo Monteario Internacional (FMI), a quien responsabilizó que junto al gobierno, provocaron una “catástrofe social”. Anoche le pidió a Macri “buscar responsables entre sus funcionarios”.
“De esto es de lo que no se quieren hacer cargo”, encabezó el posteo en su página de Facebook, ilustrado con una placa que muestra como el endeudamiento externo subió desde 2016 al mismo ritmo que la deuda externa. “Presidente, no busque culpables fuera de su propio Gobierno”, le requirió.
Previamente, el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio, Miguel Pichetto, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, había acusado Fernández por sus manifestaciones respecto del FMI y el gobierno nacional.
Le reprocharon tener una “actitud incendiaria” en la actual situación económica y lo culparon de la escalada del riesgo país y del dólar, que superó los 58 pesos, tras una intervención de 302 millones de dólares.
En el peronismo, consideran que Macri rompió la tregua que había sellado con Fernández con la movilización del fin de semana pasada en la Plaza de Mayo y el ataque de los radicales a los gobernadores peronistas que cuestionaron la baja del IVA, por la merma en la coparticipación.