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Emiliano Ezcurra: “Destruir los bosques es un mal negocio”

Emiliano Ezcurra, fundador de Banco de Bosques. (Foto Gentileza Banco de Bosques) (Enredacción)

Ojalá bastara con la belleza de los bosques para protegerlos”, se sincera con ENREDACCIÓN, Emilano Ezcurra (50) quien lleva la mitad de su vida intentando salvar los últimos que quedan en pie en Argentina. En nuestro país, se desmontan treinta “Bomboneras” (la cancha de Boca) por hora; cada minuto que pasa, una hectárea de especies nativas fue arrasada.

En 2009, Ezcurra fundó la ONG Banco de Bosques con la cual compran territorios de bosque nativo para impedir el paso de las topadoras. Según el ambientalista, las evidencias de por qué hay que conservarlos son demasiado claras para que se pase a la acción. En síntesis, son la principal vacuna contra el cambio climático, además de contribuir a la preservación de la biodiversidad y hasta generar empleo local. “Los bosques cumplen una función de regulación hídrica de las cuencas, es decir, para prevenir inundaciones, son proveedores de la variedad de plantas de las cuales se extraen principios activos para el cuarenta por ciento de los medicamentos que consumimos, y provee productos forestales útiles para nuestras vidas, como madera para construir casas”, se explaya quien empezó su militancia ambiental como miembro de Greenpeace. Nació en Buenos Aires y dice que el amor por lo verde surgió por haber crecido entre los pastizales pampeanos. “Esta sensibilidad me vino jugando con mis primos en la naturaleza, viviéndola, dejándola que se me meta por los poros”, describe.

El calentamiento global es un hecho y una manera eficiente de mitigarlo es compensar las emisiones de carbono que producen las actividades humanas, como consumo de energía y transporte, evitando la tala de metros cuadrados de bosque. Al mismo tiempo, al desmontar un terreno, el carbono contenido en la vegetación vuelve a la atmósfera causando un doble impacto. Según dantos de la fundación que dirige Ezcurra, se estima que el 20% de los gases de efecto invernadero que se liberan a la atmósfera se deben a la deforestación. “Por eso, al salvar un bosque, no solo salvas a los árboles,  sino a todas las especies que viven allí y benéficas todo el ecosistema”, insiste.

Hasta el momento la ONG ha recuperado más de cien mil hectáreas en la Patagonia, en el impenetrable chaqueño y en la selva misionera, gracias al aporte que hacen empresas o personas particulares. “Con veinte pesos por día alcanza y sobra para compensar tu huella de carbono y por mes, terminás protegiendo un bosque del tamaño de un living estándar”, explica Ezcurra. Actualmente están enfocados en conseguir Las Araucarias un pequeño, pero muy estratégico bosque contiguo a la Reserva Natural Estricta de Parques Nacionales en San Antonio, Misiones. Comenta que los territorios que han salvado, son extensiones que todavía existían porque son de difícil acceso, y que no entiende por qué, si todos los políticos están felices cuando se inaugura una reserva natural, cuesta tanto logarlo. “Para un conservacionista no hay experiencia más gratificante que la saber que ese terreno estará protegido a perpetuidad. Es indescriptible”, dice mientras otra hectárea acaba de ser desmontada en algún rincón de Argentina.

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¿Cuál es la principal causa de desforestación? 

El avance de la frontera agroindustrial, por lejos, es la principal causa. Muchísimo más que los incendios, porque un bosque quemado se puede regenerar, pero del desmonte, de la topadora y el reemplazo absoluto de la cobertura forestal nativa con toda su diversidad por un monocultivo industrial, de eso es muy difícil volver.

Córdoba está en una situación más que critica respecto de su bosque  nativo ¿qué debería hacer?

Dos cosas: Cuidar lo poco que tiene y arreglar lo que se rompió.  Primero es clave proteger lo que queda en pie, sobre todo en el noroeste cordobés, al límite con La Rioja y Catamarca. Y hay que pensar en la regeneración. Se pueden ganar corredores biológicos regenerando bosques, tratando de dar vuelta la tendencia de la perdida y recuperar algo de lo que ha perdido.

¿Qué relación tiene la deforestación con la pandemia?

Hasta el momento la deforestación se vivía como un impacto localizado. La pandemia lo transformó en un fenómeno con un impacto uniformemente mundial. Por eso, ahora el interés de empresas y gobiernos por proteger los bosques y neutralizar la huella de carbono. Lamentablemente, los humanos recién después de un golpe fuerte toman conciencia y se ponen activar acciones que deberían haberse puesto en marcha antes.

“Córdoba debe cuidar lo poco que tiene de bosque y arreglar lo que se rompió”.

La pandemia es un golpe fuerte, ¿hemos tomado conciencia?

Conciencia hay, no hay acción. La gran incógnita es por qué no reaccionamos a pesar de saber cuál es el problema y cuál es la solución. Es una pregunta que se hace la ciencia en varias disciplinas, desde la antropología a la biología.

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¿Llegaremos a tiempo?

Soy muy optimista, creo que sí y que, obviamente, no será fácil, la especie humana sufrirá bastante en el camino. Pero mientras el Planeta tenga atmósfera y una capa de ozono, puede tener vida. Para poder seguir existiendo, la especie humana no tiene que destruirlos, hacerlo es como desenchufar el respirador. Con eso alcanza para respirar, que no es lo mismo que vivir. Para vivir necesitamos a todas las especies animales y ecosistemas sanos. Entonces hay que cambiar nuestra forma de transportarnos, de obtener energía, de producir alimentos, que sea cada vez más orgánico. El camino es pasar de un capitalismo salvaje a uno silvestre. Estoy convencido de que posiblemente se logre solucionar la crisis ambiental en el futuro, sin embargo, no será gratis. Y cuanto más temprana la acción, menos el impacto que deberá soportar la sociedad.

¿Es compatible naturaleza y desarrollo económico?

Absolutamente. Imagínate pudimos llegar a la luna, inventar la penicilina, la rueda y los Smartphone, bocho no nos falta para tener una economía sustentable, lo que nos falta es voluntad.

La ONG tiene dos etapas, por un lado salvar y preservar, y por otro, la  explotación económica con el monte en pie ¿qué significa?

Esperamos dentro de dos años no solo estar salvando bosques, que es algo que vamos a tener que seguir haciendo, sino poder entrar en una etapa de desarrollo de emprendimientos rentables con el monte en pie. Por eso tenemos la palabra Banco en el nombre, porque aspiramos a que haya un modelo económico con los bosques en pie, como la apicultura, el ecoturismo o las maderas certificadas. No estamos en contra de sacar madera, sino de exterminarla. Los bosques con sus árboles son organismos dinámicos que entregan una renta forestal anual, que se puede extraer como quien obtiene los intereses que genera un plazo fijo. Se trata de no comerte el capital, sino los intereses de ese capital. Se puede realizar movimiento económico y crear empleo sin necesidad de romper toda la naturaleza y lo que nos dan los bosques, porque termina siendo un pésimo negocio. Por ejemplo, las inundaciones son una factura que paga toda la sociedad, no solo el que desmontó.

“Argentina tiene todas las condiciones para ser una potencia ecológica”.

¿La lucha ambiental entiende de generaciones?

Es cierto que la cuestión ambiental siempre ha sido ubicada dentro de la esfera de interés de las nuevas generaciones, que los grandes no tienen tiempo, están en otra y están contaminados. La diferencia de los jóvenes de hoy con los de mi época, es que impactan en las decisiones como consumidores, tanto en las empresas como gobiernos.

¿Al Estado argentino le falta conciencia?

Si. Absolutamente todavía no se da cuenta que tiene en la mano un país que tiene todas las condiciones para ser una potencia ecológica, donde se pueda vivir de las experiencias naturales. Y lamentablemente en el establishment son bastante miopes para entenderlo con la profundidad que merece, no digo que no haya algunas buenas intenciones o intentos interesantes. Todos los partidos políticos siguen mirando como a la economía de verdad al petróleo, los agronegocios, la minería, y no a la economía de la sustentabilidad, la agroecológica, la circular, a la cual siguen viendo como una feria de ciencia de chicos entusiastas de primaria. Esa miopía no da menos tiempo para recuperar una Argentina verde de verdad, no se logra.

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