El trabajador municipal que fue despedido por el intendente Martín Llaryora a través del decreto 227/2020 sin sumario ni sentencia judicial previa, lleva también dos semanas detenido en la UCA de barrio Güemes, en la ciudad de Córdoba, según informaron fuentes sindicales. Recién durante la mañana de hoy será indagado por la Justicia y podría recuperar su libertad.
Nelson Cuello fue detenido en su casa por orden del fiscal Raúl Garzón por investigación del delito de “intimidación pública agravada”.
El citado delito se encuentra tipificado en el artículo 211 del Código Penal. Dice textualmente: “Será reprimido con prisión de dos a seis años, el que, para infundir un temor público o suscitar tumultos o desórdenes, hiciere señales, diere voces de alarma, amenazare con la comisión de un delito de peligro común, o empleare otros medios materiales normalmente idóneos para producir tales efectos”.
Y es agravado “Cuando para ello se empleare explosivos, agresivos químicos o materias afines, siempre que el hecho no constituya delito contra la seguridad pública, la pena será de prisión de tres a diez años”.
Es decir, el fiscal tendrá que probar que Cuello buscaba cometer un delito de peligro común y con un “explosivo” “o materias afines”. ¿Qué significa? El trabajador detenido debe tener propósito de que se genere un temor general (por ejemplo, sembrar el pánico en la población para que sienta que realmente está en peligro su vida y/o sus bienes) o bien que se produzcan desórdenes o tumultos, lo que ocasiona un quiebre en la paz y tranquilidad común. Por cierto, es muy difícil convertir una bomba de estruendo en un explosivo que quiebre la “la paz social” o ponga en peligro la vida de alguien por su sola existencia, salvo que el fiscal o el gobierno quieran criminalizar la protesta social e inflen “artificialmente” la potencia de una bomba de estruendo.
Llamativamente, el intendente también habló de flagrancia, pero el trabajador del área de espacios verdes no fue apresado en la manifestación ni se conoce que haya lesionado a alguien o dañado algún bien con su disparo, sino en su casa.
Flagrancia significa que alguien fue apresado mientras cometía el delito del que se lo acusa. Esto se conoce vulgarmente como: “Lo agarraron con las manos en la masa”. Eso no ocurrió.
Cuello participó de la protesta del SUOEM por las calles de la ciudad el pasado 30 de octubre, en reclamo de aumentos salariales y la restitución de una hora de trabajo, medida de ajuste tomada por el Ejecutivo para reducir los salarios del sector. Durante esa manifestación se produjeron distintos incidentes.
La foto que originó el despido del trabajador municipal. (Foto: Municipalidad de Córdoba).
En una espectacular foto, dada a conocer por la Municipalidad de Córdoba, se lo ve disparando un mortero casero, pero todavía se desconoce el origen de la misma y si efectivamente el hombre cometió algún delito penal como lesiones o daños a la propiedad con la bomba de estruendo que dispara el mortero.
Sin embargo, el hombre ha permanecido todo lo que va de noviembre detenido, lo que parece ser un adelanto de sentencia pese a que en el peor de los casos se trata de una falta leve o bien, un caso de persecución sindical o de criminalización de la protesta, ya que el empleado detenido está afiliado al SUOEM y participó de las protestas.
De acuerdo a lo que pudo establecer este medio, tampoco tiene antecedentes penales, por lo que su detención es aún más llamativa.
Es decir, para que permaneciera detenido todo este tiempo debió haber tenido antecedentes penales, o el fiscal considerar que estaba en riesgo su comparecencia ante la Justicia (que había riesgo de fuga), o que podía alterar pruebas o condicionar a testigos.
Por lo pronto, Cuello debió pasar dos semanas detenido, algo inédito para hechos como este.
>> COBERTURA
VER El “mal ejemplo” del SUOEM.
VER El despido del municipal del mortero y Llaryora, el intendente que se arroga el poder de un juez.
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