“En las crisis, la gente demanda cercanía, presencia de los dirigentes. Quiere que estén a su lado. De algún modo, en la ciudad, todos creen que el Estado es el intendente. Que haya acelerado sus salidas a los barrios tiene que ver con esa intención”, explica un dirigente del PJ de Córdoba capital. Se refiere al intendente, Martín Llaryora, que, en la última semana, a medida que las tensiones políticas y sociales emergentes de la cuarentena se hacían más fuertes, generó una serie de acciones políticas, puertas adentro y puertas afuera del Palacio 6 de Julio. Sin embargo, la decisión, forma parte de una estrategia más profunda que, en todo caso, la pandemia de COVID-19 aceleró.
Se trata de un movimiento que busca recortar la distancia que todavía sienten los cordobeses con el nuevo intendente y, a la vez, desarrollar actividades en el territorio vinculadas a la crisis sanitaria, algo que el gobernador Juan Schiaretti no puede llevar adelante ya que es población de riesgo, con más de 65 años y una enfermedad pre-existente. Por ese motivo, los movimientos del jefe del Ejecutivo provincial son más acotados e institucionales.
Otro funcionario del PJ que habló con este medio, apuntó: “Todas las medidas que se tomen, requieren de liderazgo político para sostenerse, y en este marco de la emergencia del coronavirus, es necesario estar en primera fila. En la capital, es la tarea de Martín. ¿Por qué los barrios? Porqué en esta situación son los que más necesitan la cercanía del Estado”.
Llaryora ha pasado por tres etapas hasta el momento. Primero se mantuvo en silencio y sus movimientos estuvieron dirigidas al diseño de la gestión. Luego, en febrero, brindó algunas entrevistas a distintos medios, donde fue fijando posición sobre el rumbo de su administración y brindó dos grandes ejes de relato: ordenar el gobierno para afrontar la crisis económica y social (hasta ese momento, el COVID-19 no formaba parte de la agenda pública y de gobierno; y mostrarse como un intendente “innovador” y con conocimiento al detalle de lo que sucede en su gestión. La tercera comenzó después de la inauguración del período de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante y consistió en generar apariciones públicas espaciadas en distintos barrios de la ciudad. Es decir, una instalación gradual.
Ahora, la realdiad cambió todo y aceleró los tiempos. Por eso, este domingo, Llaryora se reunió en el Comité de Emergencia provincial, con el ministro de Salud de la provincia Diego Cardozo. En su cuenta de Twitter escribió que “el objetivo es continuar planificando las acciones sanitarias que llevaremos adelante en nuestra ciudad, para prepararnos y paliar los efectos de la pandemia de COVID-19”.
Mientras que el sábado recorrió tres CPC (Villa Libertador, Rancagua y Monseñor Pablo Cabrera) para supervisar las tareas de desmalezamiento, fumigación y limpieza de basurales. “La idea es que él salga junto con los equipos de gestión, con todos los funcionarios de las áreas involucradas. La imagen es conducción y equipo trabajando todos los días. Es una ciudad compleja y esa es la impronta que se quiere transmitir”, explicó el mismo funcionario.
Para completar el esquema, le pidió al viceintendente Daniel Passerini que movilice al Concejo Deliberante y puso a los concejales peronistas a controlar los precios máximos que dispuso el gobierno nacional para los productos de primera necesidad.
En ese punto, se adelantó al DNU que pondrá en escena el presidente Alberto Fernández para darle más poder a los intendentes, para que avancen en la tarea de controlar los precios. EL DNU extenderá la autoridad de aplicar la Ley de Defensa de la Competencia a los jefes comunales, lo que definitivamente obligará a una actividad al límite.
Dentro de ese esquema de acciones públicas e institucionales, el viernes, también se reunió con los presidentes de los bloques de la oposición, donde les transmitió las medidas que lleva adelante el municipio para afrontar la situación actual que atraviesa nuestra ciudad por la pandemia COVID-19. “En estos tiempos de crisis sanitaria es importante el compromiso, el dialogo, el trabajo y el esfuerzo conjunto con todas las fuerzas políticas”, escribió en su cuenta de Twitter.
Otro punto de vista que puso en marcha, es ampliar el comité de crisis municipal, donde además de gobierno, salud y políticas sociales, se le sumaron Ambiente, Descentralización, Movilidad, y el ESOP (Ente de Servicios y obras Públicas). También puso en funciones al consejo social, donde convergen la provincia, la municipalidad, organizaciones sociales y sindicatos.
Para completar estas jugadas, designó a un dirigente de su sistema político, Abraham Galo, como subsecretario de Gobierno. En los hechos, aparece, internamente, como un contrapeso al secretario de Gobierno, Miguel Siciliano, una de las figuras centrales del gabinete capitalino. Sigue la idea central del ex diputado nacional, de que todos los equipos tengan presencia de su gente, para impregnarlos de su filosofía de gestión.
Con @miguelsiciliano, @tori_flores y funcionarios de la @MuniCba participamos del operativo de desinfección que se realizó en la zona del CPC de Monseñor Pablo Cabrera para combatir el #Covid19. pic.twitter.com/zD0abahH0s
— Abraham Galo (@abraham_galo) April 4, 2020
La emergencia de la pandemia estalló para todos, hubo volantazo, y cambió la estrategia. Comienza un nuevo tiempo, donde todo el camino recorrido con anterioridad puede ser relativo ante la magnitud de la crisis en curso.
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