“El desafío es superar ese capítulo con mayúscula, que implica no sólo memoria, justicia y verdad. Es también perdón”, apuntó el diputado nacional del PRO de Córdoba sobre el Terrorismo de Estado de la última dictadura cívico-militar. “Creo que con los años 70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la reconciliación”, afirmó.
LO + RELEVANTE. EL DIPUTADO MASSOT PIDIÓ EN UNA ENTREVISTA LA RECONCILIACIÓN LUEGO DE LOS JUICIOS DE LESA HUMANIDAD / LOS ORGANISMOS DE DDHH. DENUNCIAN QUE BUSCA LA “IMPUNIDAD”.
Sus declaraciones fueron realizadas en una entrevista publicada por el diario Clarín ayer domingo. “Lo que no puede pasarnos, y no le pasa a sociedades que han vivido situaciones como la nuestra, es que generaciones que ni siquiera vivimos esa época tengamos que seguir dedicándole el tiempo que tendríamos que dedicar a los combates de la actualidad”, señaló.
Las organizaciones de Derechos Humanos (Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS y Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas) salieron al cruce de las declaraciones de Massot. “Tanto reconciliación como perdón son sinónimos de impunidad y la búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia sigue en pie”, expresaron. También sostuvieron que no se pueden comparar procesos tan disímiles como el argentino y el sudafricano, que se caracteriza por la ausencia de juicios contra los perpetradores de delitos de lesa humanidad.
Las principales declaraciones de Massot a Clarín son las siguientes:
Usted salió en defensa de su familia (Los Massot fueron propietarios del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, que acompañó y avaló a la dictadura) cuando el kirchnerismo la acusó de colaborar con la dictadura. ¿Cuál es su visión sobre la violencia de los años 70?
Acá no se discute de visiones, se discute de historia. Lo que pasó en la Argentina es lo que pasó. No la visión que cada uno tenga de los hechos. Creo que lo más importante, y retomando el desafío de la generación nuestra, es poder cerrar los capítulos para poder avanzar como sociedad. Cerrarlos no significa olvidarlos, ni cerrarlos de cualquier manera. Significa cerrarlos como corresponde, entendiendo lo que pasó y pasar lecciones en limpio para no repetirlo nunca más. Lo que no puede pasarnos, y no le pasa a sociedades que han vivido situaciones como la nuestra, es que generaciones que ni siquiera vivimos esa época tengamos que seguir dedicándole el tiempo que tendríamos que dedicar a los combates de la actualidad, que son la inflación, la pobreza y la informalidad laboral.
También dijo que hay quienes utilizan políticamente su situación de víctimas…
Las situaciones personales son las que posiblemente nunca se cierren. Efectivamente, me parece que hay individuos o movimientos a los que les conviene no avanzar en este tema porque pueden obtener algún rédito. Pero ya no es opción que haya grupos de insurgencia que entiendan que su verdad deba ser impuesta por las armas, ni hay un poder político al que se le ocurra que pueda detentar la representación del pueblo y ejecutar a quien sea. El desafío es superar ese capítulo con mayúscula, que implica no sólo memoria, justicia y verdad. Es también perdón.
-Le salió el sentido eclesiástico.
-El perdón no es religioso. Es una cualidad del ser humano. Los agnósticos o los ateos también perdonan. Y hay un ejemplo muy importante. Como el que se vivió en un contexto diferente con el apartheid. Pero creo que con los años 70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la reconciliación.
El perdón no es religioso. Es una cualidad del ser humano. Los agnósticos o los ateos también perdonan. Y hay un ejemplo muy importante. Como el que se vivió en un contexto diferente con el apartheid. Pero creo que con los años 70 hay que hacer como en Sudáfrica y llamar a la reconciliación! (Nicolás Massot).
-¿Acá cómo sería?, ¿Piensa en una dispensa a los militares condenados?
-No, el perdón es más profundo. La Justicia es reparación. La reparación de lo irreparable.
Si piden reconciliación es porque asumen que son culpables. Como funcionario público, Massot debería exigir que su tío y otros rompan los pactos de silencio y digan dónde están los cuerpos de los desaparecidos y quiénes tienen a los nietos/as apropiados” (Agrupación Hijos).
Por su parte, la agrupación HIJOS denunció que “los funcionarios intentan desconocer que el pueblo lucha por Memoria, Verdad y Justicia y a diferencia del joven” Massot, somos un pueblo que no tolera ver genocidas caminando por las calles ni a los partícipes civiles impunes. (…) Si piden reconciliación es porque asumen que son culpables. Como funcionario público, Massot debería exigir que su tío y otros rompan los pactos de silencio y digan dónde están los cuerpos de los desaparecidos y quiénes tienen a los nietos/as apropiados”, agregaron. La organización exigió el juicio y castigo a todos los genocidas, pero también a los partícipes civiles . “No olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos”, concluyeron vía Twitter.
La posibilidad de reconciliación como la plantean, requerirá como mínimo el pedido de perdón de los perpetradores y su arrepentimiento pero nada de eso sucedió, y es imposible que haya un ‘perdón público” por las leyes internacionales” (Alan Iud, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo).
Alan Iud, abogado de Abuelas de Plaza de Mayo, le dijo a Página/12 que “las palabras de Massot no tienen asidero porque son inviables en términos legales. Tanto el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, como el Derecho Internacional y nuestra Corte Suprema de la Nación declararon que el indulto y la amnistía para crímenes de lesa humanidad son inconstitucionales y violatorios del orden público internacional. La posibilidad de reconciliación como la plantean, requerirá como mínimo el pedido de perdón de los perpetradores y su arrepentimiento pero nada de eso sucedió, y es imposible que haya un ‘perdón público” por las leyes internacionales”. También recalcó que “nunca se puede hablar de esto como un tema del pasado porque aún faltan encontrar a más de 300 nietos”.
Massot comparó dos procesos históricos, que además de disímiles, encarnan en sí misma una política diferenciada para el tratamiento de la justicia transicional (los mecanismos judiciales que se utilizan para afrontar situaciones de violaciones de derechos humanos o salidas democráticas). El argentino, se hizo en base al juzgamiento de los responsables del Terrorismo de Estado. El sudafricano, por el contrario, partió de la base en la que muchos de los perpetradores de delitos contaran la verdad de lo sucedido para luego no recibir una sanción penal. “Compararlos tiene una intención política clara, porque en Sudáfrica hubo impunidad. Ellos hablaban pero no eran juzgados. Claramente en Argentina el sistema es otro. En Sudáfrica lo que hay en líneas generales es impunidad y en Argentina hay Justicia”, remarcó Iud, quien además denunció que el objetivo de fondo es “erosionar aún más las políticas por la Justicia, la Verdad y la Memoria”.
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