La estadounidense ARC Energy fue el único oferente y, por lo tanto, se convertiría en el nuevo propietario de IMPSA. Una vez que se oficialice, será la primera privatización del gobierno del presidente Javier Milei.
ARC Energy es una empresa especializada en el sector energético y presentó la única propuesta formal para adquirir las acciones estatales de la firma mendocina.
La compañía se compromete a inyectar 25 millones de dólares en IMPSA para garantizar su continuidad y crecimiento y todavía se desconoce la oferta completa que realizó para comprar la acciones en manos del Estado. La empresa mendocina arrastra una deuda de 500 millones de dólares.
A pesar de que varias compañías internacionales habían mostrado interés y adquirido los pliegos, solo la empresa estadounidense decidió avanzar con su propuesta.
Así, tras un proceso de licitación, ARC Energy es la única que formalizó una oferta para acceder al paquete accionario de IMPSA. La empresa estadounidense presentó una propuesta que cumple con los requisitos establecidos por el gobierno, incluyendo una inversión mínima de 25 millones de dólares.
ARC Energy se compromete a garantizar la continuidad de las operaciones de IMPSA y a desarrollar nuevos proyectos en el sector energético.
Cabe señalar que el Gobierno nacional controla el 63,72% de las acciones de la metalmecánica. Pasó a manejar el paquete mayoritario con la estatización de la compañía en 2021. Mendoza tiene el 21,2%. El resto de las acciones se reparten entre un fondo de acreedores con un 9,78% y los Pescarmona, familia fundadora de la empresa, que conservan un 5,26%.
Impsa exporta el 85% de su producción y tiene presencia en más de 40 países al generar equipamiento para la industria de petróleo y gas, energía hidroeléctrica, nuclear, eólica y solar fotovoltaica.
La empresa mendocina es la única compañía en Latinoamérica con tecnología propia para equipos de generación hidráulica y para el diseño y fabricación de componentes nucleares. Entre sus proveedores aparecen YPF, Enarsa, las Fuerzas Armadas, el Ejército de Estados Unidos, Dioxitec, Nucleoeléctrica, Yaciretá y el CAREM, el primer proyecto de reactor nuclear argentino.
“La privatización de IMPSA significa la entrega de un patrimonio estratégico nacional, con la gravedad de que su potencial comprador sería la empresa estadounidense Arc Energy. Es decir, se trasnacionaliza una industria clave en materia de capacidades de innovación y desarrollo para reindustrializar el país. Además, es un retroceso para el sector energético porque implica la pérdida de capacidades para el sector nuclear, ya que posee certificación para la construcción de componentes como generadores de vapor para centrales nucleares de potencia”, señaló Nicolás Malinovsky, director del Observatorio de Energía, Ciencia y Tecnología, a la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
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