El Congreso que se viene terminará de confirmarse en octubre, cuando la elección sea efectivamente por bancas y no por candidaturas.
El oficialismo del presidente Mauricio Macri pone en juego 39 bancas en la Cámara de Diputados, y con el panorama de ayer, da la impresión de que ese número se incrementará. Y lo hará a costa de las 31 bancas que pondrá también en juego el Frente para la Victoria, reconvertido en Unidad Ciudadana. De hecho, según las primeras estimaciones, el interbloque Cambiemos apuntalaría su condición de primera fuerza de la Cámara al incrementar su bloque de 86 a 105 diputados nacionales en caso de repetirse en octubre los resultados registrados hoy en las PASO; en tanto que el Frente para la Victoria continuaría como segunda fuerza con 76 bancas, cinco más que las que posee actualmente.
En el Senado el panorama es aún más auspicioso para Macri. El kirchnerismo pondrá en juego 15 bancas contra las 3 que se juega Cambiemos. Con los resultados de ayer, esa balanza se inclinaría definitivamente para los de color amarillo. Cambiemos retendría esas tres bancas y sumaría nueve más. Mientras que el kirchnerismo sólo conservaría 10 de las 15 bancas que pondrá en juego.
Menos peso para los gobernadores
Ese Congreso de los dos primeros años que lograba darle peso a los gobernadores, probablemente a partir de diciembre sea más favorable al macrismo, que tendrá ahora menos escollos y dificultades para imponer condiciones.
Esto tiene trascendental importancia teniendo en cuenta la agenda legislativa que tiene en carpeta el oficialismo y que va a necesitar la aprobación del Congreso.
Una ratificación en octubre le dará un plafón al oficialismo para impulsar por ejemplo la reforma al sistema jubilatorio, que pretende extender cinco años la edad para dejar de trabajar, a través de un mecanismo de “jubilación optativa”. Con ello, los asalariados podrían optar trabajar cinco años más para poder así completar sus años de aportes necesarios o bien para recibir mejores haberes. El proyecto oficialista también prevé un sistema de “jubilación parcial”, que haría que los beneficiarios que no lograron completar sus aportes logren una jubilación, pero ésta se hallaría por debajo de la mínima.
Mientras reconocía su derrota ayer por la tarde, el vicegobernador cordobés dio una señal en relación a la agenda legislativa que se viene, en lo que pareció tal vez su primer mensaje de la campaña que de aquí a octubre se inicia: “Nosotros no vamos a votar a favor de extender la edad jubilatoria”. Sabe Llaryora que es el debate que se avecina.
También el gobierno necesitará votos para avanzar en una reforma impositiva que prevé eliminar algunas de las exenciones al IVA y evalúa también bajar la alícuota general. Además el proyecto presionaría sobre las provincias para bajar los impuestos provinciales a los Ingresos Brutos, lo cual incrementaría la dependencia de los gobernadores con el ejecutivo nacional.
Pero quizás la madre de esas batallas legislativas sea el proyecto de reforma laboral. Una difícil jugada que pretende el gobierno de Macri, con el objetivo de rebrir los convenios colectivos de trabajo, buscando su flexibilización, tal como ya se lo hizo con petroleros. La intención es avanzar sobre la ley de contrato de trabajo con el fin de flexibilizar algunas de sus partes, atar el salario a la productividad y el presentismo y reducir la gravitación de los gremios.
Mientras reconocía su derrota ayer por la tarde, el vicegobernador cordobés dio una señal en relación a la agenda legislativa que se viene, en lo que pareció tal vez su primer mensaje de la campaña que de aquí a octubre se inicia: “Nosotros no vamos a votar a favor de extender la edad jubilatoria”. Sabe Llaryora que es el debate que se avecina.
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