Fueron seis horas cargadas de drama y angustia las que el sábado vivió la madre de una niña de 2 años de Valle Hermoso, departamento Punilla. Ese fue el tiempo que duró la negociación entre los efectivos del Eter y su pareja, un hombre de apellido Arias, de 31 años, que tras discutir con la mujer se encerró en la casa, apagó las luces y mantuvo de rehén a la criatura.
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Recién a la 1 de la madrugada del domingo, en un descuido del hombre que no cedía en su postura, los policías lograron dar el zarpazo y entrar a la casa sin poner en riesgo la vida de la pequeña.
Aunque en un primer momento los medios informaron que el padre amenazaba con asesinar a la pequeña de dos años con un cuchillo de carnicero, desde la fiscalía de Cosquín a cargo de Martín Bertone informaron que “aunque en determinado momento mostró un cuchillo, no amenazó con atentar contra su vida ni la de su hija”.
Aunque no llegó a ese extremo, para los negociadores la tensión y los nervios no bajaron en ningún momento. El cordura del hombre, en tal situación de estrés, podría haberse quebrado de un segundo a otro. Por eso los negociadores mantuvieron el diálogo todo lo posible, hasta que en un descuido rompieron la puerta y lo detuvieron.
Arias quedó imputado de “amenazas, amenazas calificadas y privación ilegítima de la libertad”. Fue trasladado a la comisaría de La Falda, y este lunes le harán pericias psiquiátricas. La mujer dijo ante los efectivos que había sufrido episodios de violencia de género, en el pasado. Desde la fiscalía analizan si se hicieron denuncias.
UN MENSAJE
Todo comenzó cerca de las 19. Unos mensajes que llegaron al celular de la mujer habrían generado un entredicho. “La discusión fue subiendo de tono, y en determinado momento la mujer salió a buscar ayuda. El hombre aprovechó y cerró con llave la puerta del departamento, ubicado al fondo de un pasillo. Las ventanas tenían rejas. Era de muy difícil acceso“, explicó la prosecretaria del fiscal Martín Bertone, Analía Gallaratto.
Cuando llegó la policía, aún había algo de luz diurna. El hombre estaba desbocado, gritando desde el interior de la casa; pedía que se fuera la fuerza y que ingresara la mujer. “Él exigía que entrara su mujer para hablar, pero lógicamente que no se lo permitimos por seguridad”, explicó la fuente. Pero a medida que se hacía de noche, los negociadores temieron por las posibles reacciones. Arias se movía con las luces apagadas.
“Si bien el hombre en ningún momento amenazó con causar daño a su hija, tenía un cuchillo de carnicero en la mano, por lo que no sabíamos qué reacción podía tener. La nena estaba dormida en sus brazos. Él decía todo el tiempo que su hija estaba bien, que no le iba a pasar nada. Pero eso podría cambiar en cualquier momento“, detalló la funcionaria.
El cansancio y el “ablande” de los negociadores ayudaron para que, a la 1, el equipo táctico destrozara la puerta y redujera a Arias antes de que pudiera reaccionar. Un grupo de médicos revisó a la niña, quien se encuentra en perfecto estado. “La nena y el padre tienen muy buen vínculo. De hecho ella pedía estar con él. Por fortuna estaba ilesa”, contó Gallaratto.
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