En un gesto que apunta a consolidar la unidad dentro del peronismo, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner mantuvo un encuentro con el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, en el domicilio donde vive, ubicado en la calle San José 1111, en el barrio porteño de Constitución. La reunión se centró en la estrategia política y electoral del Partido Justicialista (PJ) tras la confirmación de la condena de Cristina a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, incluyendo la presidencia del PJ.

Quintela, quien fue el primer gobernador peronista en visitar a la exmandataria tras el fallo de la Corte Suprema, destacó el respaldo de los mandatarios provinciales: “Todos los gobernadores peronistas estamos solidarizándonos con ella”. Sobre el estado de ánimo de Cristina, afirmó: “La vi entera, íntegra y fuerte. La vi muy bien”. Además, descartó asumir la conducción del PJ en su reemplazo, señalando que el senador José Mayans, vicepresidente del partido, está a cargo.
“Estamos todos acompañando a la compañera Cristina Fernández de Kirchner en este momento. Pude reunirme con ella, expresarle mi apoyo y el de todo el PJ riojano, y conversar sobre la situación que La Rioja y todas las provincias están atravesando por el abandono del gobierno nacional a todo el interior del país. Vamos a mantener estas conversaciones y el diálogo permanente, hoy más que nunca, es una prioridad reforzar la unidad de nuestro Movimiento Nacional Justicialista, para unirnos en un frente junto a otros partidos políticos, los trabajadores, los movimientos sociales, universidades, pymes y las industrias, para poder construir entre todos y todas, un futuro más próspero para nuestro país”, planteó Quintela luego de la reunión.
Quintela, quien en el pasado compitió contra Cristina en la interna por la conducción del PJ, dejó atrás las diferencias y se puso a disposición de la exmandataria en medio de su situación judicial. En un tono crítico, propuso impulsar un nuevo juicio político a la Corte Suprema, cuestionando su carácter “vitalicio” y su falta de legitimidad democrática: “Son tres personas que no fueron elegidas por nadie, que tienen una situación como un esquema monárquico, no pueden hablar en nombre de la República”.
El domicilio de Constitución se convirtió en el epicentro de una vigilia constante de simpatizantes y militantes que, desde la ratificación de la condena, se congregan en la intersección de San José y Humberto I. A pesar de las bajas temperaturas, los manifestantes levantaron carteles, entonaron cánticos y expresaron su respaldo a la expresidenta, demostrando una movilización que no cede.
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