La pistola protagonista de esta historia es una Browning calibre 6,35mm., que fue robada de un domicilio de Brinkmann entre la noche del 12 y la madrugada del 13 de noviembre de 2021. Así consta en la denuncia efectuada por Esteban Castellino, el vecino damnificado en la localidad del noreste provincial, a pocos kilómetros de la caliente frontera con la provincia de Santa Fe.
El recorrido de esa arma es rocambolesco. A tal punto que fue encontrada en dos lugares diferentes luego de haber reposado en el depósito de la comisaría de Morteros, localidad lindante con Brinkmann, dentro de una moto, entre los meses de marzo y junio de 2022. La consecuencia directa, al menos por ahora, es la imputación de seis policías, realizada por el fiscal de Morteros Juan Ávila Etchenique. Sin embargo, no parece ser el final de esta historia por las omisiones que parece tener la investigación. ENREDACCIÓN pudo reconstruir parcialmente esta historia a partir del testimonio de una fuente con conocimiento de la causa, en la ciudad de Córdoba.
El arma estuvo desaparecida hasta que apareció, según el expediente judicial, en un operativo de control vehicular, en Morteros. El punto es que el operativo nunca se habría efectuado, ya que en el libro de guardia de la Policía de Morteros no habría ninguna anotación al respecto entre el 17 y el 21 de junio, cuando supuestamente debió haberse concretado. Tampoco fue emitido un parte de prensa oficial sobre el hallazgo y el episodio fue publicado por distintos medios de la región a partir de la imputación de los seis policías.
Sin embargo, la aparición tiene fecha, hora y lugar: El viernes 17 de junio, en las primeras horas de la noche, en Brinkmann. Es decir, no fue encontrada en Morteros, sino en el pueblo vecino.
Dice el trámite policial: “En un patrullaje preventivo en barrio San Jorge (de Brinkmann) es cuando se da la señal de alto a dos masculinos con vestimenta oscura y capuchas a bordo de una motocicleta tipo 110 cc., sin plásticos, ni luces. Emprenden huida por calle Brasil de Norte a Sur y entre calle Alfonsín y calle Córdoba se nota que uno de los masculinos arroja un objeto de color naranja. (…). Luego se pierden de vista a las pocas cuadras, motivo por el cual el personal policial regresa al lugar observando que el objeto lanzado sería un arma de fuego calibre 6,35mm, pistola, marca Browning, nro de serie 205PZ2967 con 5 cartuchos en su cargador, la que habria sido sustraida tiempo atras en un hecho contra la propiedad. Se realiza operativo cerrojo por la zona arrojando resultado Negativo”. Esto es, que no hubo detenidos.
LA VERSIÓN OFICIAL
El 21 de junio, a partir de la instrucción del fiscal Ávila Etchenique, fueron imputados seis policías, incluido un subcomisario y toda la brigada de investigaciones de la ciudad. A su vez, todos ellos fueron pasados a situación pasiva por el Tribunal de Conducta policial. Como consecuencia de esas medidas, la cuestionada Unidad Departamental San Justo, que en ese momento conducía Pablo Berardo, designó como nuevo jefe al titular de la comisaría de Sacanta, Lucas Bazán.
Ávila Etchenique considera que el arma fue sustraída por efectivos policiales y luego se encubrió su reingreso a la Policía.
El fiscal de Morteros, Juan Ávila Etchenique. (Foto: Gentileza).
Quiénes fueron imputados como supuestos autores de los delitos de hurto agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público en perjuicio de la administración pública, son el subcomisario Juan Diego Veliz Oviedo, el oficial ayudante Marco Antonio Valdez Martino y la sargento Liliana Oviedo.
Mientras que como supuestos autores de los delitos de encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionario público en perjuicio de la administración pública, resultaron acusados otros tres policías: el sargento ayudante, Alexis Sebastián Barzagui, el oficial ayudante Lucio Abdony y el sargento, Darío Gette.
La conmoción fue tan importante que el mismo día que tomaron conocimiento de la posibilidad de que sean detenidos los policías (Veliz Oviedo, Valdez Martino y Oviedo) llegaron de urgencia a Morteros, el Subjefe de la policía, comisario general Ariel Lecler y el Director General de Departamentales Norte, el comisario mayor Marcos Derfler. Llamativamente, luego del lobby de Leclerc y Derfler, las detenciones no se produjeron. La información fue publicada por el sitio Web Regionalísimo.
Inmediatamente fueron licenciados los seis efectivos policiales, pusieron provisoriamente a cargo a un efectivo policial, además de poner en conocimiento a la Dirección General de Control e Investigación de las Fuerzas de Seguridad.
Finalmente, al día siguiente, los seis efectivos policiales imputados por la Fiscalía de Instrucción de Morteros fueron puestos en situación pasiva por el término de seis meses, pudiéndose extender el plazo, si no se resolviera judicialmente la causa en este periodo para determinar las irregularidades y responsabilidades que le podrían caber a cada uno de los implicados.
El pase a situación pasiva significa que los efectivos no podrán portar el arma reglamentaria, no trabajarán y solo percibirán el 30 % de su salario.
SIEMPRE HAY OTRA HISTORIA
La Browning fue robada de un domicilio en Brinkmann, entre la noche del 12 y la madrugada del 13 de noviembre de 2021. Y reapareció en barrio San Jorge, en la misma localidad, el pasado 17 de junio. Así consta en la documentación oficial, que “blanquea” su aparición.
Pero la realidad, es que la pistola estuvo en el depósito de la comisaría de Morteros entre el 12 de marzo a la madrugada y el 8 de junio a la siesta.
Se encontraba en el baúl de una moto que había sido secuestrada en un operativo anti-droga realizado por la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) el 12 de marzo, en Morteros. En ese procedimiento habían sido incautadas la moto, 385 dosis de cocaína y dinero, y detenidas cinco personas: David Almirón, Facundo Tossoratto, Juan Rosmari, Romina Almirón y Patricia Veliz.
Imagen del operativo de la FPA en Morteros, donde fue secuestrada la moto que tenía la pistola en su baúl. (Foto: MPF).
En principio, la pistola no figuraría en el acta de secuestro entregada por la FPA luego del operativo, por lo que se supone que no habría sido vista en la requisa o bien esta se desarrolló defectuosamente. Como hay cámaras en el depósito policial aparece como poco probable que el arma hubiera sido puesta allí posteriormente. Lo cierto, es que la Browning habría “dormido” dentro de la comisaría durante casi tres meses.
¿Cómo la encontraron? El 8 de junio, un “informante” de la Policía se presentó en la sede policial para otro trámite y contó que en el baúl de la moto secuestrada por la FPA el 12 de marzo había un arma. Posteriormente, los efectivos policiales hallaron el arma allí, pero no labraron ningún acta sobre su aparición.
Todo lo qué pasó (y los motivos) entre la siesta del 8 de junio en Morteros y la noche del 17 de junio, en que el arma “vuelve a la vida oficial” en Brinkmann, es todavía una incógnita.
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