Desde hace varias semanas, el mundo se enfrenta a una pandemia. A todos los hombres y mujeres de a pie nos pone en una situación que no esperábamos y que debemos tomar con calma y mucha responsabilidad.
En algunos lugares del planeta no está dando tregua y los niveles de contagio crecen día a día, en otros como en China (origen del virus) parece ya estar controlado; según han anunciado.
En los lugares donde no está dando tregua o recién empieza a aparecer el virus, los Estados nacionales han endurecido las medidas para enfrentar el COVID-19 (coronavirus).
Más allá de esas medidas como, mayor control en aeropuertos, el cierre parcial o total de las fronteras, cancelaciones de vuelos e ingreso de extranjeros, suspensión de eventos deportivos, cines, teatros, cierre de establecimientos educativos hasta el 31 de marzo, licencias para mayores de 60 años y más anuncios que se realizaron a raíz de lo que ocurre, debemos comprender que una de las claves para frenar el avance de la pandemia es la responsabilidad ciudadana.
Nunca antes el concepto de amor al prójimo tuvo tanto valor como en estos tiempos. Debemos ser conscientes del cumplimiento de la cuarentena, la higiene personal, evitar lugares aglomerados más allá si esto último se imponga o no desde el Estado nacional, provincial o municipal.
Abastecernos para evitar salidas innecesarias es importante, pero debemos hacerlo de manera racional y respetando que otras personas también necesitan de esos elementos de primera necesidad. La acumulación de recursos es un sin sentido y no ayuda a la armonía entre toda la ciudadanía, sólo dificulta aún más el panorama.
No debe faltar la empatía y solidaridad entre nosotros. Estamos antes una situación donde verdaderamente deben quedar a un lado las diferencias que podamos tener y unirnos para cuidarnos entre todos y así salir adelante.
El virus con el tiempo será totalmente controlado, aparecerá una vacuna y la histeria colectiva que vivimos será un recuerdo. Ojalá que de todo lo que pasamos nos quede el cariño y amor hacia el otro y los valores de lo que verdaderamente es importante.
Es por ello que hoy más que nunca tenemos que buscar el equilibrio, dentro de esa responsabilidad ciudadana debemos ser solidarios y colaborar para implementar las medidas adecuadas para ayudar a neutralizar su propagación.
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