La Corte Suprema de Justicia de la Nación con la firma de los jueces Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti desestimó el recurso de queja que interpuso la defensa de Luciano Benjamín Menéndez contra la sentencia que lo condenó a prisión perpetua por el asesinato del obispo Enrique Angelelli.
En este caso dice la Corte que “se tuvo por acreditado que el 4 de agosto de mil novecientos setenta y seis, el Obispo de La Rioja, Monseñor Enrique Angelelli, junto al sacerdote Arturo Pinto, partieron a las 14.30 horas, munidos de una carpeta con documentación que contenía información sobre el homicidio de los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville, ocurrido el 18 de julio de 1976, desde Chamical con destino a la ciudad de La Rioja. Conducían un utilitario Fiat Multicarga (…) por la ruta nacional 38, en dirección sur-norte, tomando el camino viejo para evitar el conocimiento de su viaje por parte de los miembros del CELPA. En proximidades del mojón que indica el kilómetro 1.056, luego de trasponer una elevación del terreno y de pasar por la localidad de Punta de Los Llanos, se le acercó a gran velocidad un vehículo color claro –presumiblemente un Peugeot 404- conducido por personas que no han podido ser individualizadas hasta la fecha, que, circulando en el mismo sentido de dirección, alcanzó la camioneta por su izquierda, encerrándola hacia la derecha con una maniobra intencionalmente brusca. En ese momento se produjo una explosión, saliendo la camioneta del asfalto e ingresando a la banquina en forma de un semicírculo, para luego ingresar de nuevo a la ruta, donde se produjo su vuelco, que trajo como resultado la muerte de Monseñor Angelelli y lesiones a Arturo Pinto”.
Asimismo, se dio por probado que las víctimas, monseñor Angelelli y el sacerdote Pinto, por las funciones que desarrollaban: “En la Diócesis que el primero tenía a su cargo como Obispo de La Rioja, eran considerados ‘enemigos del Estado’ y en virtud de ello, por razones políticas fueron objeto de hostigamientos y persecuciones que culminaron con el atentado que sufrieron aquel 4 de agosto, en el cual el Obispo perdió su vida”.
Menéndez fue el principal acusado del crimen del obispo Angelelli y recibió la condena a perpetua al igual que el ex comodoro, Luis Estrella.
La condena contra Menéndez y Estrella fue la primera por el crimen de un sacerdote de alta jerarquía en Argentina durante el régimen militar (1976-1983). El caso tuvo el particular compromiso del Papa Francisco, que aportó dos cartas con denuncias sobre la dictadura que Angelelli escribió al Vaticano antes de ser asesinado.
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