Instituto volvió a reencontrarse con su mejor cara defensiva. Esta actitud, que fue distinta al del partido pasado, le permitió llevarse por encima a un apagado Regatas y dejarlo al borde del abismo. Ganar un partido de esta manera, deja huellas que son difíciles de borrar para lo que viene, y seguramente repercutirá en la moral del conjunto correntino de cara al decisivo juego número 3. Ni que hablar de la algarabía albirroja, esa alegría que transmitieron tanto jugadores como hinchas y que suma confianza a un plantel, que ve posible la idea de barrer la serie.
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DE MENOR A MAYOR
El equipo de Facundo Muller comenzó el partido con una ráfaga ofensiva de Davis (que anotó 13 tantos en el primer cuarto), pero esa seguidilla de puntos se topó con una pegajosa marca del rival. De esta manera, “El fantasma” logró igualar el marcador, con un buen pasaje de su interno Chevon Troutman y el talento de Paolo Quinteros. Esa fue la única vez que los correntinos lograron empardar, ya que nunca más pudieron jugarle de igual a igual a “La Gloria”. Esto se debió, principalmente, al gran arranque del segundo cuarto por parte de los locales, que a partir de un cambio en la actitud tanto defensiva como ofensiva, le imprimieron al partido un ritmo vertiginoso. Ya metido en esa intensidad, Instituto le sacó años luz a la defensa visitante, con puntos de contragolpe y copando el cerco reboteador, para así irse al descanso arriba por 17 puntos.
El segundo tiempo fue una exhibición por parte de los de Alta Córdoba, ya que mantuvieron esa agresividad y se encontraron con un Regatas desganado, que no cambió nada para revertir la situación. Ni siquiera su jugador franquicia, Paolo Quinteros tuvo una buena noche. Entonces, sin variantes en sus ejecuciones, la ofensiva se volvió recurrente y predecible. Esto tuvo como consecuencia el aumento de los puntos fáciles de contragolpe (18 puntos vinieron en ese rubro) y la facilidad para romper una débil primera línea defensiva. Inclusive, La Gloria no tuvo un gran encuentro desde la zona exterior, pero ni siquiera se notó. Con el partido liquidado a falta de casi la totalidad de un cuarto, Facundo Muller decidió sacar a los titulares para hacer ingresar a varios juveniles, ante los cánticos de una hinchada que pedía por ellos. Alta Córdoba fue un carnaval y con la serie 2 a 0 arriba, la gente se ilusiona.
OLÉ OLÉ… DAVIS
El extranjero tuvo otra brillante actuación ofensiva que hizo enloquecer a los simpatizantes locales durante todo el partido. El efecto Davis es ya algo normal en el Ángel Sandrín, ya que cada vez que el escolta anota una canasta, da pie para que la hinchada de Instituto tome protagonismo en el partido. Anoche no fue una excepción, pero esta vez al ser reemplazado en el último cuarto, todo el estadio coreó su nombre, algo que no había sucedido hasta el momento y habla de la idolatría que tienen por él en el pueblo albirrojo.
LA CLAVE FUE LA DEFENSA
“La Gloria” tuvo un inmejorable trabajo defensivo sobre el equipo correntino. De esta manera, Regatas anotó sólo 68 puntos, y Paolo Quinteros fue el punico que anotó en doble dígito, mientras que el resto no pudo superar la barrera de los diez puntos. Eso habla no sólo de un equipo faltó de ritmo, sino también de la gran labor defensiva local, que no le permitió en ningún momento encontrar alguna respuesta. Los porcentajes también son contundentes, ya que lanzó un 43% de campo, un 28% de triples y un mísero 68% en libres.
ATENAS LE GANÓ A OLIMPICO Y SE PUSO 2 A 0 ARRIBA
El equipo de Nicolás Casalánguida tuvo un gran segundo tiempo y se llevó el segundo juego de la serie por 86 a 66. El goleador fue el extranjero Donald Sims con 23 puntos y 3 asistencias, mientras que en la visita se destacó Justin Williams con 17 puntos y 12 rebotes.
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