Haydé Giri, Natalia De la Sota y Gabriela Estévez. La foto que pone en marcha “la metamorfosis” del PJ. Foto: @HaideGiri_MNJ
El peronismo ya sabe que el presidente Mauricio Macri no es “intocable”. Desde que salió herido del ajuste previsional en diciembre de 2017 que no encuentra una vía para recuperar la imagen perdida. Tampoco lo acompaña la economía, que mantiene una alta inflación y un consumo detenido en los valores de 2015. En política, la fisura es tan importante que en el oficialismo aparecieron los que quieren a María Eugenia Vidal como líder del proyecto macrista en 2019 o peronistas como Eduardo Duhalde, que la imaginan como candidata de un nuevo espacio peronista. Los radicales también han modificado sus pretensiones, reclaman más participación en el Gabinete y otras respuestas económicas, ya no sólo a través del socialdemócrata Ricardo Alfonsín, sino a través del presidente de la UCR, el gobernador mendocino, Alfredo Cornejo. La foto no es ni por asomo la optimista de octubre de 2017.
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Funcionan dos planos en el peronismo: uno provincial, otro nacional.
En el provincial, más allá de la interna siempre presente entre delasotistas y schiaretistas, los dos jefes históricos del peronismo, José Manuel De la Sota y Juan Schiaretti, se las ingenian para encontrar puntos de coincidencia. La fórmula que llevan adelante, es unir a los peronistas cordobeses sin importar el lugar donde han estado en los últimos años (ahí entra la reunión entre la concejal Natalia De la Sota y la diputada nacional kirchnerista, Gabriela Estévez); dividir a la oposición local de centro-derecha con la reforma de la ley electoral que se encuentra en la Legislatura, para admitir “la doble” candidatura a gobernador y legisladores provinciales; y adelantar las elecciones a gobernador, que serían entre abril y julio de 2019, esto es antes de las PASO presidenciales de agosto y de las generales de octubre. Esta línea la llevarían adelante tanto los peronistas cordobeses, como los de otras provincias.
La senadora nacional, Cristina Fernández de Kirchner.
En el nacional, Cristina Fernández de Kirchner ya dijo a sus operadores que no será candidata en 2019. Básicamente es la dirigente peronista que más caudal electoral posee, pero sabe que no podría vencer a Mauricio Macri en un eventual ballotage. De este modo, todos los sectores del peronismo empiezan a jugar en un escenario post-CFK, que habilita a avanzar a un proceso de unidad del principal partido opositor. Hay cuatro sectores básicos: el Frente Renovador de Sergio Massa; los gobernadores dialoguistas (entre los que se encuentra Juan Schiaretti); el kirchnerismo y el PJ clásico, con dirigentes como el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saa. Una posibilidad en la que trabajan todos, es que haya una interna abierta peronista, que defina al nuevo líder opositor. Otro paso, es que alrededor de los bloques en el Congreso (Interbloque Federal y Frente Renovador por un lado; y kirchnerismo más PJ clásico por otro), se armarán equipos económicos para avanzar en el debate con el gobierno en este campo.
Para el escenario nacional, el jugador será el ex gobernador, José Manuel De la Sota. El PJ cordobés intentaría retener Córdoba y luego alimentaría la jugada del hombre que diseña y vende ropa masculina en Río Cuarto. El socio de Schiaretti y De la Sota en este espacio es el salteño, Juan Manuel Urtubey junto con los gobernadores dialoguistas.
De la Sota ya lo escribió en Twitter el 7 de febrero pasado: “Años atrás un anciano senador me dijo: ”Tenés q aprender a tener mala memoria si querés hacer realidad el 50% de tus sueños,sin morirte de rabia en el intento. Así es la política, acotó”. Nunca aprendí y por eso aún tengo mucho más del 50% de mis sueños sin cumplir”. A buen entendedor, sobran palabras.
Una incógnita está en el punto en que se ubicará Schiaretti, más afín que “el Gallego” respecto del rumbo del gobierno de Macri, pero necesitado de diferenciarse para no ser fagocitado por el humor social.
El ex gobernador José Manuel De la Sota y el actual, Juan Schiaretti. Foto: Gentileza.
LA FOTO
Con ese contexto, es que se produjo la reunión entre la hija del ex-gobernador y la diputada camporista. El encuentro que tuvo de madrina a Haydé Giri, es un ejemplo de la metamorfosis en la que se encuentra el peronismo para hallar una ruta que lo devuelva al poder.
El café que las reunió se gestó en un encuentro de mujeres peronistas en Buenos Aires, un espacio que lidera la intendenta de La Matanza, Verónica Magario. Una de las ideas surgidas allí es que las mujeres peronistas debían comenzar a avanzar en distintas instancias de diálogo. La diputada nacional fue parte de esa decisión y Giri operó para una conversación que sería beneficiosa para todos.
Sin embargo, ninguna de las dos tiene aún la entidad para avanzar en acuerdos mayores. La Campora toma decisiones en Buenos Aires y su lógica de acumulación es nacional, no provincial. De la Sota no construye la repatriación de los kirchneristas al peronismo, esa es una tarea de Schiaretti, que trajo al PJ a Nora Bedano y buena parte del peronismo K del departamento General San Martín o a buena parte de los dirigentes que militaban con el legislador Martín Fresneda. Ni Schiaretti, ni De la Sota están aún dentro del radar de acuerdos posibles de este sector del kirchnerismo. Sin embargo, otros espacios K si estarían dispuestos a analizar un acercamiento al peronismo cordobés para conformar una especie de frente anti-macrista. Por eso, la foto y el café son una especie de preliminar, un adelanto de la película que podría llegar a verse en las próximas semanas.
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