Un hombre que paseaba a su perro cuando Lucas González y sus tres amigos fueron interceptados hace una semana por policías de la Ciudad en el barrio porteño de Barracas aseguró ante la Justicia que los efectivos nunca se identificaron, que pensó que se trataba de ladones que iban a robarles a los jóvenes y que vio cuando uno de ellos disparó hacia las víctimas, informaron este miércoles fuentes judiciales.
El testigo además aportó una filmación que realizó con su propio teléfono celular 20 minutos después de escuchar los disparos, cuando se acercó a la escena y vio a dos de los amigos de Lucas detenidos y a los policías alrededor, detallaron a Télam los voceros consultados.
El vecino declaró ayer ante los fiscales del caso, el de Instrucción 32, Leonel Gómez Barbella, y el de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) Andrés Heim, ante quienes hizo un pormenorizado relato de lo que alcanzó a ver la mañana del 17 de noviembre último, cerca de las 9.30, mientras paseaba a su perro por el Parque Leonardo Pereyra, de Barracas.
De acuerdo a su relato, vio desde unos 60 o 70 metros el momento en el que tres personas -que luego supo eran policías- se bajaron de un auto con chalecos negros “sin ningún tipo de identificación” y fueron hacia los ocupantes de otro vehículo, lo que lo hizo pensar que se trataba de “ladrones”, precisaron las fuentes.
Al ser consultado puntualmente sobre esas personas, el testigo aseguró que no escuchó que gritaran “alto policía”, ni sirenas, ni silbatos aunque sí disparos realizados por uno de ellos, quien estaba a pocos metros del lado del acompañante del Volskwagen Suran, donde estaba sentado Lucas.
En base a lo reconstruido hasta el momento en la causa, ese policía sería el inspector Gabriel Isassi, detenido e imputado junto al oficial mayor Fabián López y el oficial José Nievas, todos pertenecientes a la División Sumarios y Brigada de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, explicaron los informantes consultados.
Los dichos del vecino coinciden con lo que declararon en la causa los tres chicos que sobrevivieron al hecho y contradicen por completo las versiones brindadas en sus indagatorias por los acusados, quienes dijeron que se identificaron con la voz de “alto policía”, que llevaban chalecos identificatorios y que hicieron sonar la sirena del auto Nissan Tiida de la Brigada, que era conducido por Nievas y que llevaba a Isassi como acompañante y a López en el asiento trasero.
Para saber de qué arma partió el proyectil que impactó en Lucas y le provocó la muerte, los fiscales aguardan para los próximos días los resultados de los peritajes balísticos y cotejos entre las pistolas calibre 9 milímetros secuestradas a los policías y un plomo extraído de la cabeza de la víctima.
Además, con el fin de establecer la secuencia de los sucesos, las fuentes adelantaron que los funcionarios judiciales planean llevar a cabo una reconstrucción en el lugar del hecho, tal como solicitaron ayer los padres de los chicos a través de su abogado, Gregorio Dalbón,
Otro elemento clave que se sumó a la causa en las últimas horas es un video aportado por el testigo que paseaba al perro, en el que se ve cuando dos de los amigos de Lucas -el que conducía el Surán y el que iba detrás de este-, ambos de 17 años, estaban reducidos en calidad de detenidos en la vereda.
En ese video, grabado por el vecino unos 20 minutos después de los disparos y cuando aún Lucas estaba herido en el auto, se ve a varios efectivos de la Policía de la Ciudad además de los acusados.
Los pesquisas analizaban las imágenes con el fin de identificar a los policías que allí aparecen y ver al detalle las acciones de cada uno de ellos en los instantes posteriores al ataque contra los adolescentes.
Es que, según las fuentes, Gómez Barbella y Heim no descartan formular nuevas imputaciones y pedir detenciones de más policías que puedan haber encubierto el accionar criminal de sus compañeros y haber “plantado” una réplica de arma de fuego hallada en el auto de los chicos.
Durante esta jornada, declararon de manera virtual en la causa los padres de dos de los jóvenes amigos de Lucas: del chico que manejaba el auto y de quien iba detrás suyo.
El martes, en tanto, lo hicieron los padres de Lucas y del tercer sobreviviente, quien inicialmente se fue del lugar y se presentó mas tarde con su mamá en la Comisaría Vecinal 4 D.
Cintia López y Mario “Peka” González, padres de Lucas, pidieron declarar de forma presencial ante los fiscales, durante una audiencia en la que se quebraron en varias oportunidades y relataron las horas previas y posteriores al hecho.
Al finalizar la diligencia, su abogado, Dalbón, pidió que el juez de Instrucción de la causa, Martín Del Viso, “esté a la altura de las circunstancias” y que “en diez días dicte la prisión preventiva a los tres policías” acusados.
“El hecho está esclarecido. Lo que vamos a hacer ahora es unir las pruebas contundentes y algunas que le hemos sugerido a la fiscalía”, remarcó, al tiempo que pidió avanzar sobre los policías que “plantaron el arma”.
También el martes, en la sede del Ministerio Público, ubicada en Tucumán al 966, declararon como testigos los amigos de Lucas, quienes relataron el suceso y contradijeron la versión policial.
El hecho ocurrió hace una semana cuando los cuatro adolescentes salieron del club Barracas Central -donde el primero jugaba y los restantes habían ido a probarse- y fueron interceptados por los policías sin identificar, de quienes intentaron huir al pensar que iban a robarles.
De acuerdo a la pesquisa judicial, los efectivos dispararon y balearon a Lucas, tras lo cual detuvieron a sus amigos y quisieron simular que se trataba de delincuentes a los que interceptaron cuando querían robar un kiosco.
Según la autopsia, Lucas murió a raíz de un impacto de proyectil de arma de fuego en el cráneo que le provocó una “hemorragia meningoencefálica” y, además, presentaba un surco en el pómulo derecho de una segunda bala.
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