No todo lo que brilla es oro. Y en el caso de Córdoba y su modelo económico, productivo y social, esta máxima adquiere un valor sustantivo. El famoso “cordobesismo” impulsado por los gobernadores José Manuel De la Sota y Juan Schiaretti (ambos del PJ de la provincia de Córdoba), es la expresión política de un modelo económico que “presenta un proceso de reprimarización y desindustrialización”. Esa dinámica se vislumbra en los datos de la última década. A su vez, como consecuencia de ello, hay un incremento de la desocupación y de la pobreza, variables que además se ubican por encima de la media nacional.
La conclusión surge con nitidez en un estudio realizado por los economistas Natan Spollansky y Luca Llorens, integrantes del equipo de Economía del diputado nacional Eduardo Fernández (Frente de Todos) y el Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES).
Dice el trabajo que “los recientes datos de pobreza e indigencia se levantan como una declaración de malestar de la sociedad cordobesa en su conjunto. Según las estadísticas difundidas por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) la pobreza en Córdoba alcanzo el 46,6%, muy por encima del promedio general y el malestar laboral alcanzo el 57,7%, dando indicios de que la dinámica cordobesa está dotada de ciertas particularidades propias”.
Plantea que “la predominancia del sector agropecuario en Córdoba, no es casualidad, ni consecuencia de la “mano invisible” del mercado. Es la expresión de un modelo productivo impulsado desde el gobierno provincial, y sus consecuencias en términos de salarios, desempleo y pobreza son claras”.
¿QUÉ DICEN LOS DATOS?
La economía cordobesa presenta un proceso de reprimarización y desindustrialización. Hasta 2013 la industria era el sector de mayor tamaño en Córdoba, luego en 2019 se encontraba en tercer lugar, detrás del Comercio y del sector agropecuario que se consolidó como la actividad de mayor peso económico en la economía provincial.
“Se evidencia como la producción agropecuaria se impone año a año como el sector más relevante para la economía cordobesa, por sobre una matriz industrial en franco declive (Ver Gráfico abajo)”, indica el trabajo.
Así, dentro de ese esquema “la transformación productiva de un sector por otro tuvo implicancias profundas respecto a la distribución y el empleo. El sector agropecuario se caracteriza por ser un bloque concentrado de poder económico con baja capacidad de generación de empleo, características que resaltan aún más en contraste con la industria manufacturera (Ver cuadro abajo)”.
De acuerdo a las cifras del estudio, en 2020 el sector agrario tenía en pesos de 2004, una producción por valor de 14.474 millones de pesos, mientras que en 2010 había sido de 9.869 millones de pesos. En 10 años, aumentó su valor en un 46,66%. A la par, mantuvo casi sin modificaciones la cantidad de trabajadores: 30608 en 2010 y 30818 en 2020.
Por su parte, la industria manufacturera, pasó de producir 10.657 millones de pesos en 2010 a 7769 millones en 2020 (siempre a pesos de 2004). Se trata de una contracción de 27,1%. En tanto, la cantidad de obreros ocupados se redujo de 103.152 a 100.609, un 2,46%.
Sigue planteando el trabajo que en 2020, la agricultura, ganadería, caza y sivicultura ocupó a 2,1 trabajadores por cada millón de pesos producidos y la industria, 13. Es decir, 6,5 veces más. La industria se encuentra, además, por encima de la media general de todas las actividades 13 contra 8,7 puestos de trabajo por cada millón de pesos facturados. Es decir, la industria es el sector que posee mayor capacidad de generación de trabajo y ocupación.
Llorens y Spollansky agregan que “respecto a los salarios y a contramano de la teoría económica, el sector agropecuario presenta uno de los salarios más bajos de la economía. Esto rebate el argumento de que la productividad del sector debería reflejarse en altos salarios, dado que el valor producido por cada trabajador / trabajadora es muy elevado y ampliamente superior al de la industria manufacturera. Sin embargo, la brecha entre ambos sectores fue de 58% hacia 2020 en favor de la industria (Ver Gráfico abajo)”.
Indican los economistas que “esto no ocurre de manera espontánea, sino que responde a decisiones de políticas que incentivan y desincentivan a determinados sectores económicos. Para dimensionar este aspecto vale la pena destacar que tan solo el fideicomiso para el desarrollo agropecuario puesto en marcha en 2020 tiene un financiamiento 10 veces superior a todo el presupuesto para la promoción industrial y supera ampliamente los fondos destinados a desarrollo social”.
Otra arista que refleja el informe sobre el modelo productivo agrario, es que “según los datos relevados por el censo agropecuario de 2018, en la provincia de Córdoba, el 7% de los productores agropecuarios concentran el 49% de las tierras productivas. Esto se traduce en 1.217 productores que controlan 4.5 millones de hectáreas. Estos niveles de concentración son similares, aunque levemente superiores, a la de sus pares Santa Fe o Buenos Aires. Se evidencia entonces que, si bien existen altos niveles de concentración en las tierras productivas cordobesas, esta es una característica general del modelo productivo agropecuario en el país”.
CÓMO SE AJUSTÓ EL SALARIO
Los economistas señalan que “a nivel nacional, en el segundo trimestre de 2021, la participación del salario en el valor de la producción del sector privado alcanzó el 31,1%, 3,5 puntos menos que en 2019 y 8,1 menos que en 2016”.
Plantean luego que “la industria cayó del 45% de participación del salario en 2016 al 28% en 2021” y agregan que “a pesar de que la pérdida de participación del salario sucedió en casi todos los sectores en los últimos años, la distribución no es igual en todos ellos. La participación del salario es particularmente baja en el sector agropecuario, donde en 2021 fue menor al 21%”.
Mientras que “en términos de salarios, todos los rubros vienen perdiendo contra la inflación desde 2018, pero se puede observar que los de la industria son los más elevados. Mientras que los salarios del sector agropecuario son de los más bajos de los sectores analizados”.
Por lo tanto, concluyen que “tenemos una economía cordobesa cada vez más apoyada en la actividad agropecuaria, sector con poca creación de empleo y salarios bajos. Esto nos lleva a pensar que la pérdida en la participación del salario en el producto que se evidencia en el país, se verá profundizada en Córdoba por las características propias de su modelo productivo”.
[DATO 1] DESOCUPACIÓN EN ALZA
La desocupación en Córdoba se encuentra creciendo desde 2017 (8%), alcanzando el 19% en el momento más álgido de la pandemia, y ubicándose actualmente en 12,4%. No solo destaca el alto valor del desempleo, sino que desde 2018 este se ha ubicado en Córdoba sistemáticamente por encima que en el total del país.
[DATO 2] POBREZA
Respecto al porcentaje de población que vive en condiciones de pobreza en el Gran Córdoba, presenta un comportamiento similar al desempleo en cuanto a que empieza a crecer en 2017, cuando se encontraba en 34%, pero con la particularidad de que ese crecimiento nunca se detuvo y aún continúa, llegando al primer trimestre de 2021 al 46% de la población. Al igual que en el caso del desempleo, la cantidad de personas bajo la línea de la pobreza es mayor en Córdoba que en el total del país.
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