El hombre más eficaz del sindicalismo cordobés anunció ayer su retiro estratégico. Con 65 años de edad y 33 al frente del SUOEM, Rubén Daniele ha sido capaz de torcerle el brazo a todos los intendentes desde que asumió en 1984 y forjar una leyenda. Antes de irse, planteó que el intendente Ramón Mestre (sin mencionarlo) intenta impedir su postulación si se presenta como candidato y ante la posible judicialización de la situación, el Ministerio de Trabajo podría intervenir el sindicato. A partir de esa posibilidad, es que decidió dar un paso al costado. En su reemplazo fue postulada la dirigente Beatriz Violata.
Una posible intervención no es imposible a partir de la ofensiva anti-sindical que tiene al intendente Mestre como uno de sus abanderados en Córdoba, y sobre todo a la política del gobierno nacional en la materia, en particular luego de la reciente intervención del sindicato de Canillitas, un hecho al que luego la Justicia obligó a retrotraer.
Para esta salida, eligió ArtDecó, una confitería en la que los hechos y encuentros políticos son frecuentes. Repleto de militantes del SUOEM disparó el misil contra el intendente y el gobierno nacional y mostró a su sucesora, la actual secretaria de Educación del gremio, Beatriz Violata, una dirigente de su confianza y respetada por todos los sectores que componen la oficialista y pluripartidista lista Verde. Violata es, justamente, una sindicalista de origen radical y reconocida por su capacidad de diálogo. Se trata de una virtud fundamental en la transición desde un liderazgo rutilante a una etapa en la que el líder ya no estará al frente para sostener día a día la unidad de un sindicato heterogéneo en lo político y en lo laboral, ya que conviven desde docentes, pasando por empleados administrativos y profesionales, hasta obreros de distintos oficios y tareas.
Se trata también de una carambola de paradojas: Daniele edificó su estatura de líder sindical cuando derrotó a Ramón Mestre padre en un conflicto que se extendió más de un mes en los años ’80; se va acusando a Ramón hijo de intentar atropellar la libertad sindical, un derecho al que sólo las dictaduras se atrevieron; y su sucesora, es una dirigente que viene de las escuelas municipales, nacidas para hacerle frente a la desigualdad educativa, quizá una de las creaciones más importantes de Ramón padre cuando estuvo al frente del municipio y por las que aún hoy es recordado.
Más allá de los nombres, Daniele parece haber dado un paso al costado y no formalizado una salida definitiva. De hecho, su renuncia a ser candidato a secretario General lo saca de la categoría de dirigente sindical en términos formales, pero no de su situación de “jefe del sindicato”. Pasa que dentro de la estructura del SUOEM conviven estructuras visibles y no visibles de poder. Daniele se va del sistema formal, no del sistema que gobierna el sindicato. La lista Verde se presenta casi sin movimientos entre sus principales dirigentes a la elección del 12 de octubre, preservando su actual equilibrio entre los seis grandes grupos que la conforman. Su rival será Susana Rins, de la Lista Fucsia, del Partido Obrero. Nadie se atreve a pronosticar un resultado diferente al de una victoria.
La salida de Daniele se viene gestando desde hace semanas -y de hecho la adelantó hace 20 días en un almuerzo en el que participó-, pero todo se mantuvo en un marco de absoluto hermetismo. Sin embargo, las negociaciones y análisis en el gremio se sucedieron sin descanso en los últimos meses, tratando de conciliar las opiniones e intereses de todos los sectores del oficialismo, y se cerraron en esta última semana. La novedad se anunció ayer, una vez que pudo ajustar cada detalle para que el sector que gobierna el sindicato desde hace más de tres décadas no sufriera sangrías de relevancia. Y sobre todo, para evitar que el gobierno municipal intentara alguna jugada de último momento.
Sin duda, una de sus características sobresalientes es la de haber sido un “viejo zorro”. Su astucia es parte de la leyenda que ha sabido construir. Lo mismo que su envidiable formación política y técnica. Por eso, este modo de comunicar, al filo del cierre de listas.
En ese escenario, hay que leer también sus declaraciones de ayer por la noche en ArtDecó: “Hago una breve explicación de la situación: a través de la lista Verde llegamos a la conclusión que estábamos corriendo un altísimo riesgo si yo estaba en el voto de la lista. Estaba presente la posibilidad de que alguien (Ramón Mestre) impugne la elección. Y esa impugnación iba a ser tratada por el Ministerio de Trabajo de la Nación, que al verse obligado a resolver, iba a observar que la situación estaba judicializada y en ese marco, podría llegar a disponer suspender el acto eleccionario hasta que la Justicia resuelva de forma firme”, indicó. “Al finalizar el mandato el 3 de enero, no hubiésemos podido hacer las elecciones quedando un gremio acéfalo y el Ministerio de Trabajo se vería obligado a hacerse cargo de la situación y nos intervendría. Por ese motivo, decidí, además, declarar el estado de emergencia “.
A la par de ello, Daniele dijo que “el 3 de julio de 2018 se convocará a una Asamblea General Extraordinaria para evaluar el acortamiento del mandato del nuevo secretario General”. Habrá que ver si ese es un camino para un eventual regreso. En esa línea, según trascendió, la aceptación de Violata habría sido con la condición de la transitoriedad en el cargo.
Este anuncio viene precedido de la jubilación por decreto que dispuso el intendente Mestre y de la aceptación judicial del recurso de amparo que presentó Daniele para que le restituyeran sus derechos sindicales. El jefe comunal señaló ayer en una entrevista en Cadena 3, que habían apelado la decisión judicial que hizo lugar al amparo.
Daniele es uno de los más importantes dirigentes de la rica historia sindical cordobesa. Sin embargo, no es como los de la década de los ’70, se sale de aquellos estereotipos clásicos, pero su acción y pensamiento puede asimilarse a la de los “sindicalistas”, esto es al sindicalismo reivindicativo por sobre la vertiente del sindicalismo político-reivindicativo.
Incluso, alguna vez supo decir que su principal error había sido ser legislador provincial del PJ a mediados de los años ’80: “No se puede estar de los dos lados del mostrador”, dijo para zanjar aquel momento histórico. En éste, percibió al igual que buena parte del círculo de poder del gremio, que no es bueno forzar una confrontación por este tema con la Municipalidad y poner en riesgo la estructura sindical. Dos factores lo decidieron: En las últimas asambleas generales se percibió una menor convocatoria a las habituales y el marco político y económico nacional no es favorable para los trabajadores. La retirada estratégica tiene esa explicación. Habrá que ver si este imagen se modifica a mediados del año que viene.
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