Los sindicatos de pilotos APLA (Asociación Pilotos de Líneas Aéreas) y UALA (Unión de Aviadores de Líneas Aéreas) formalizaron un acuerdo salarial con Aerolíneas Argentinas y anunciaron que desactivaron todas las medidas de fuerza que formaban parte de su plan de lucha.
El acta salarial firmada en el Ministerio de Trabajo implica un incremento del 15% en dos tramos: un 10% con los haberes de octubre y noviembre, y el 5% restante en diciembre, con el sueldo que los pilotos cobrarán los primeros días de enero.
De la firma del convenio participaron los secretarios generales de APLA, Pablo Biro, y de UALA, Cristian Erhardt, al salir de la reunión en Trabajo.
“Ya está en garantía las operaciones y damos por zanjado el conflicto salarial”, dijo Biro al salir del encuentro, pero aclaró que el plazo de paz es hasta el 31 de diciembre, porque en enero las partes volverán a negociar.
El sindicalista explicó que “no es un acuerdo definitivo” sino sólo una suba por la paritaria 2018/2019 que permite recomponer los salarios mientras los gremios y la empresa de control estatal siguen con el diálogo.
El representante de APLA sostuvo que “el acuerdo de mejora de los haberes es suficientemente importante como para garantizar la normalidad de los vuelos”, por lo que se decidió suspender la huelga.
Estos dos gremios habían anunciado la semana pasada un paro de 48 horas para el fin de semana porque entre septiembre de 2018 y el mismo mes de 2019 habían recibido un incremento salarial del 22% contra una inflación que promedió el 55%. Ahora, el incremento para el período alcanza a 37%.
El conflicto había escalado a tal punto que la secretaría de Trabajo había dictado una tercera conciliación obligatoria que los pilotos estaban dispuestos a no acatarla si antes no había una propuesta salarial.
Hasta el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández había intercedido, pidiendo a los pilotos que no llevaran adelante las medidas de fuerza.
Los gremios aeronáuticos y el gobierno nacional están trenzados en un largo conflicto por la política aerocomercial. El Ejecutivo propone una política de cielos abiertos -que cualquier aerolínea pueda volar los cielos argentinos-, sistema low cost, la privatización de servicios aeroportuarios, y flexibilización laboral. Estas políticas son rechazadas por los sindicatos.