La japonesa Nissan, socia de Renault en la producción de las camionetas de trabajo Frontier y Alaskan, anunció un cambio en su estrategia industrial en América Latina, por lo que dejará de manufacturar la pick-up en la planta de Santa Isabel a fines de este año y mudará, a partir de enero de 2026, la construcción de este modelo en la planta CIVAC, en Morelos, México. La decisión, según la compañía japonesa, forma parte de un plan de transformación global destinado a mejorar la competitividad y la agilidad. Nissan seguirá comercializando, tanto la camioneta como sus otros modelos, apelando a la importación de los mismos.

A su vez, la decisión de Nissan impacta sobre la fabricación de la Renault Alaskan. La pick-up de la compañía francesa fue concebida como un proyecto conjunto con Nissan y el acuerdo establecía que la duración de la producción se extendería hasta diciembre de 2025. Lo cierto es que las dos empresas decidieron no renovar el acuerdo.
La decisión respecto de la Frontier se enmarca dentro de las medidas anunciadas en febrero de 2025 por Nissan Motor Corp., con el objetivo de optimizar el desempeño de la marca en la región. “América Latina es clave para nuestro negocio, representando el 15% de las ventas globales y el 25% de nuestra producción mundial. En 2024, vendimos 426,000 unidades en la región, con un crecimiento del 6% respecto al año anterior”, afirmó Guy Rodríguez, presidente de Nissan América Latina.

Sin embargo, Nissan continuará operando comercialmente en Argentina sin modificaciones en su portafolio de productos. “Desde que iniciamos operaciones en Argentina en 2015, hemos trabajado para construir una red sólida de concesionarios con 65 puntos de venta y servicio en todo el país. La calidad de nuestros productos y el servicio postventa seguirán siendo nuestra prioridad”, aseguró Ricardo Flammini, presidente de Nissan Argentina, Chile y Perú.
La empresa también destacó que, a lo largo de su presencia en Argentina, ha lanzado modelos icónicos y ha exportado la Nissan Frontier a mercados como Brasil, Chile y Colombia. En ese sentido, Flammini sostuvo que “de cara al futuro, este año proyectamos un aumento de más del 50% en volumen respecto al año anterior, junto con nuevos lanzamientos que estaremos presentando. Esto refuerza nuestro compromiso con los clientes actuales y futuros, ofreciéndoles más opciones para disfrutar de nuestros vehículos”, concluyó el ejecutivo.
Con esta reestructuración, Nissan concentrará su producción en las plantas de Aguascalientes (A1, A2 y Powertrain) y CIVAC en México, además de la planta de Resende en Brasil.
La salida de los japoneses de Argentina es parte de un combo de situaciones. Por un lado, tiene que ver con los planes globales de la compañía; y por otro, con el proceso de desregulación y apertura económica impulsado por el gobierno del ultraderechista libertario Javier Milei.
El primer factor, en términos generales, es que se trata de una industria altamente integrada globalmente, que se ordena alrededor de las factorías y economías nacionales más competitivas y a la cercanía de los principales mercados -en este caso de Estados Unidos-. Se le agrega, en lo particular, la complicada situación financiera de Nissan que requiere un ajuste global de sus costos operativos, un territorio en el que ingresó el proyecto Frontier. En esa línea, Nissan ya anunció que cerrará su planta fabril en Tailandia en el segundo trimestre de 2025, a la par que se estima que podría dar de baja otras dos. Además, la empresa cuenta con una plantilla de unos 130.000 empleados en todo el mundo y planea reducir 9.000 puestos de trabajo, un 7% del total. El objetivo final es contraer su capacidad productiva en 500 mil unidades para adaptarse a la nueva situación del mercado mundial.
El segundo elemento (las políticas del gobierno nacional) determina un nuevo contexto local, en el que Argentina dejó de tener “protección” para su industria, lo que junto a una caída de la demanda -lo que reduce la escala productiva-, vuelve menos atractiva la producción en el país. Hay que recordar que la industria automotriz nacional de este siglo es fruto de que las terminales tuvieron que instalarse en el país para poder importar vehículos brasileños y del paraguas que generó el Mercosur frente al ingreso de rodados de fuera de sus fronteras. Sin la incidencia de esas políticas, como sucede ahora con Nissan, muchas de ellas harán sus valijas a Brasil o México.
LA HISTORIA
En 2018, y luego de una inversión de U$S 600 millones en la planta ubicada el sur de la ciudad de Córdoba, la alianza comenzó a fabricar camionetas. Primero fue Nissan, con su modelo Frontier, y a finales de 2020 se sumó Renault, con la Alaskan.
En 2023, Nissan produjo 33 mil unidades, en 2024 cerró el año con 17.500 unidades y para 2025 se prevé un número inferior: 15 mil pick ups. Es decir, muy por debajo de las previsiones originales.
Las Frontier, además de comercializarse en el mercado doméstico, se exportaron a Brasil Chile y Colombia.
En la planta de Santa Isabel trabajan 1.300 operarios, de los cuales alrededor de 300 estaban afectados a la producción de los modelos Frontier y Alaskan.
MÁS INFORMACIÓN
VER Córdoba: Nissan suspendió la producción hasta el viernes y podría dejar de fabricar en el país.
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