Parece increíble, pero es cierto. Un piloto de FlyBondi realizaba la carga de combustible en Puerto Iguazú y se cayó de la escalera, desde cuatro metros de altura. Por suerte, el comandante del vuelo 5090/5451, Claudio Ippoliti, no sufrió fracturas como se especuló en un primer momento, sino fuertes traumatismos en zona cervical, hombro derecho y cadera. El episodio ocurrió el pasado jueves alrededor de las 19:30. El piloto volvió a Buenos Aires en el vuelo de Austral AU2739, adonde debió ser subido en silla de ruedas a causa de los golpes. Mientras que la “low cost” rearmó el equipo de pilotos y el vuelo partió con destino a El Palomar.
“Los pilotos se ocupan de hacer los chequeos previos al vuelo y de volar”, explicó el Secretario Técnico Profesional de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), Martín Zapata a crónica.com.
Justamente, la carga de combustible no es tarea del piloto, ni de ningun otro miembro de la tripulación de vuelo. Es un trabajo que efectúan personal de la empresa proveedora de combustible y personal técnico especializado en el mantenimiento de la aeronave. Al parece, según la denuncia sindical, FlyBondi no tendría técnicos que cumplan esa función.
El sindicalista planteó que en ningún momento Ippoliti debió haber subido la escalera de cuatro metros, provista por la empresa para la carga, ya que “no tiene la capacitación para hacerlo”.
Al haberle exigido al piloto que realice la carga de combustible, el secretario de APTA explicó que “la aerolínea se ahorra el sueldo de más de una persona y de la capacitación del personal”.
Ippoliti fue trasladado luego del accidente laboral al hospital Marta Schwrtz de Puerto Iguazú. Según detalló el diario El Territorio, en el sector de Emergencias, los profesionales le administraron calmantes y sedantes ya que había perdido el conocimiento y se encontraba muy dolorido. Posteriormente con la presencia del traumatólogo de guardia se le realizó placas de rayos X, una tomografía computada y nuevamente una revisión.
El diagnóstico brindado por los profesionales de la salud indicó que el piloto presentaba fuertes traumatismos en zona cervical, hombro derecho y cadera, no registrándose ninguna fractura ni fisura.
Por su parte, Zapata, el dirigente de APTA, indicó que “la carga de combustible es un procedimiento secundario que se viene discutiendo desde que llegaron las low cost porque en todas las empresas argentinas tradicionales las realizan los técnicos en conjunto con el operario de la empresa de combustible”, explicó.
Según explicó Zapata, los reglamentos de las empresas low cost son más laxos que los de las tradicionales: “La autoridad aeronáutica se los hace a medida”, sentenció.
“Firmas como Flybondi o Jetsmart no cumplen al pie de la letra pautas generales de seguridad, instrucción y capacitación. Además, en este caso, tengo entendido que el enviado de la planta abastecedora que debe supervisar esta tarea tampoco estaba presente”, precisó.
EN JETSMART: UNA DEMORA POR FALTA DE REEMPLAZO
Ayer, pasajeros de la aerolínea JetSmart se quejaban a través de las redes sociales por las demoras en distintos vuelos, pero uno de ellos, Pablo Luengo, relató una demora de 14 horas, en un vuelo del sábado 13 de julio, que debía realizarse entre Mendoza y Bariloche. En un tuit contó el insólito argumento del piloto cuando explicó las razones de la demora del vuelo:
“@VuelaJetSMART #jetsmart #vuelasmart después de 14 horas de demora entre Mendoza y Bariloche, piloto de @VuelaJetSMART se disculpó diciendo que la compañía tiene tripulación justa y falto uno y no tenían tripulación para cubrir vuelos y se atrasaron todos desde El Palomar al interior @todonoticias JET SMART”
Aquí se puede seguir el hilo:
@VuelaJetSMART #jetsmart #vuelasmart después de 14 hs de demora entre MDZ y BRC piloto de @VuelaJetSMART se disculpo diciendo que la compañía tiene tripulación justa y falto 1 y no tenían tripulación para cubrir vuelos y se atrasaron todos desde palomar al interior @todonoticias pic.twitter.com/YjcSEVmlqO
— Pablo Luengo ¤ (@luengopablo) July 14, 2019
La empresa JetSmart también tuvo que cancelar el jueves, un vuelo que partía desde Córdoba por problemas en las computadoras de la aeronave. Se trató del vuelo WJ 3329, cuyos pasajeros debieron bajar de la nave y quedaron varados en Córdoba por aproximadamente siete horas, en que embarcaron en otro vuelo.