Emiliano “Dibu” Martínez, el héroe de Argentina campeona del Mundo, debutó hace poco más de un año y medio en el seleccionado y a fuerza de confianza, una fuerte personalidad y actuaciones sobresalientes se convirtió en el arquero que todo equipo ganador necesita para llegar a la gloria. Lo que en la sabiduría del fútbol suele definirse como un arquero de “equipo grande”. Se sabe, para conformar un gran equipo se necesita un arquero de estas características, capaz de sostener “mano a mano” definitorios o evitar “goles” imposibles.
A los 30 años y casi la mitad de su vida en Europa, el marplatense formado en Independiente por Miguel Ángel “Pepe” Santoro, cumplió el sueño de ganar la Copa del Mundo y el deseo que tenía cuando se sumó a la Selección: “Ser campeón por Messi”. Además, como premio personal fue elegido como el mejor arquero de Qatar 2022.
Y vaya que lo logró, el arquero se hizo gigante en la definición por penales contra Países Bajos, en cuartos de final, y en la final volvió a aparecer con dos atajadas increíbles que se repetirán y se recordarán a lo largo de la historia.
El “Dibu” ya había conseguido el reconocimiento en la Copa América 2021 pero con el título del Mundo en Qatar 2022 su nombre quedará grabado como uno de los protagonistas de la tercera estrella para el fútbol argentino.
Su atajada sobre el final del partido contra Australia en octavos de final y los dos penales en cuartos ante Países Bajos serán recordados por años por los hinchas que ya lo tenían como uno de los preferidos.
Si su figura ya era adorada desde el “Mira que te como” de los penales en la semifinal contra Colombia en Brasil 2021, su actuación para llevar al equipo de Lionel Scaloni a la conquista del Mundial en el desierto de Medio Oriente quedará por siempre en la historia del fútbol argentino.
Su Mundial, para el que se preparó como nunca, arrancó con un golpazo ya que la frustración de la derrota ante Arabia Saudita le dolió por haber recibido dos goles en los únicos dos remates al arco del rival.
A partir de México fueron todas finales y cerró la fase de grupos con dos vallas invictas.
En octavos de final contra Australia apareció con un corte de pelo nuevo y la bandera de Argentina pintada al costado.
Después del 2 a 0 a favor recibió un inesperado gol tras un remate desde afuera del área que se desvió en Enzo Fernández y le puso suspenso al resultado.
En el séptimo minuto de descuento se hizo gigante para achicar el remate de Garang Kuol y salvar el arco argentino del empate que hubiese llevado el partido a la prórroga.
En cuartos de final apareció su figura en el máximo esplendor porque después del baldazo de agua congelada que significó el gol del empate Países Bajos en el décimo minuto de adición, el seleccionado estuvo cerca de ganarlo en la prórroga, pero finalmente se llegó a la definición por penales.
Y ahí el “Dibu” brilló. Le atajó los dos primeros remates a los neerlandeses y encaminó la sufrida clasificación “Albiceleste” a una nueva semifinal del Mundo.
Cuando Lautaro Martínez convirtió el penal definitorio todo el plantel se fue detrás del delantero para abrazarlo y festejar salvo dos jugadores que fueron directo hacia el “Dibu”: Lionel Messi y Franco Armani.
El capitán se tiró sobre el arquero que había quedado tirado sobre el campo de juego y le dijo que era “una fiera” y que la había conseguido “de nuevo” como aquella noche en Brasilia ante Colombia.
“Prendió la dinamita”, fue la frase que inmortalizó el “Dibu” después del partido cuando contó como se había motivado después de las desafiantes declaraciones de Louis Van Gaal.
“Dijo que tenían ventaja en los penales. Le saqué captura y me lo guardé. Se lo mostré a mi psicólogo y prendió la dinamita”, relató el arquero que ahora se codea con las históricas figuras de Ubaldo Matildo Fillol y Nery Pumpido, los arqueros campeones de 1978 y 1986.
En semifinales volvió a terminar con el arco en cero y una frase suya antes de salir a jugar el segundo tiempo volvió a demostrar su personalidad ganadora para encarar los partidos. “Me van a tener que matar para meter un gol”, le gritó a sus compañeros en el túnel del vestuario.
Poco más de cuatro años después de haberle prometido a su hermano en la tribuna del Mundial de Rusia 2018 que iba a estar en el próximo defendiendo el arco del seleccionado, el “Dibu” cumplió con creces su deseo porque fue el arquero que todo campeón necesita.
> Con información de TÉLAM.
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