Aún sin reglamento escrito y firmado por todos los contendientes, los dos principales candidatos de Juntos por el Cambio (JxC) en Córdoba, Luis Juez (Frente Cívico) y Rodrigo De Loredo (UCR), pusieron en marcha sus campañas para liderar la oposición al gobierno de Juan Schiaretti (PJ, Hacemos por Córdoba). Promete ser una dura disputa entre dos dirigentes a los que no les tiembla la mandíbula a la hora de jugar y con perfiles políticos muy marcados, que cambia el escenario rumbo a 2023, ya que ambos, por su propio peso y volumen político, van a condicionar la campaña del oficialismo peronista, a la par que ingresaron en un laberinto del que habrá que ver si la coalición puede salir indemne.
De Loredo, el radical, con Juez entre los presentes, lanzó sus 11 propuestas para gobernar Córdoba. Lo hizo en el auditorio de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) con el rector de la casa de altos estudios, Jhon Boretto sentado en la primera fila. También estaban Mario Negri, Ramón Mestre y la senadora santafesina, Carolina Losada.
Juez, el senador del Frente Cívico, eligió una estrategia a lo Patricia Bullrich, bien recostado a la derecha, y se peleó con el presidente Alberto Fernández y por extensión con la vice, Cristina Fernández de Kirchner para tratar de opacar a su adversario interno. Eligió un tema complicado para posicionarse como el principal opositor al peronismo como es la democracia. En una época donde todos los mensajes se cortan en cualquier parte de la oración metió la mano en una caja llena de monstruos para apuntarle a la “casta”, que caprichosamente vistió de “peronista”. En esa pelea ganó protagonismo cuando más lo necesitaba: Es un mensaje por elevación a De Loredo que convocó a “volar alto”. No le será fácil al diputado nacional de la UCR ocupar el centro del ring.
Sin embargo, De Loredo, un neoliberal con todas las letras, hizo público lo que todos sabían desde hace mucho tiempo: Que no es un dirigente fácil de atrapar en acuerdos de escritorio. Fue e hizo lo que ya tenía definido desde 2019, cuando junto a Juez derrotaron en las legislativas al aparato político y electoral de Hacemos por Córdoba. El radical está convencido hasta la médula de que es la “esperanza blanca” de la UCR para llegar a la gobernación en 2023 y detrás de ese objetivo mueve sus pies.
Además, le mostró las uñas a un dirigente curtido como Juez. No dijo lo que iba a hacer en el acto, sino frente a las cámaras de televisión 10 minutos después, cuando el senador nacional ya había llegado a su casa. En la era de las plataformas audiovisuales, el radical eligió el “prime time” de la TV cordobesa para decirlo con todas las letras: “Está claro que hay dos candidatos a gobernador en Juntos por el Cambio. Uno de los candidatos soy yo”.
Juez por eso jugó contra el PJ y la clase política, en una provincia que tiene una enorme porción de electores que se alimenta de esos espacios. Se puso, en el primer cruce, como el garante del anti-kirchnerismo, el anti-peronismo y contra los privilegios de la clase política. A De Loredo le dejó los videos con su recorrida por 90 localidades y apuntes de un programa para gobernar la provincia, un andarivel que, por ahora, rinde bastante menos.
Todo empezó con la participación de Juez en el programa de Mirta Legrand. Allí, afirmó que “ningún argentino puede garantizar que la democracia le cambió la vida desde 1983”. Semejante declaración, como era de esperar, armó un revuelo monumental, incluyendo proyectos legislativos de repudio. El presidente Alberto Fernández escribió en su cuenta de Twitter -lo retuiteó Cristina- mientras viajaba a la cumbre del G20: “Los dichos de Luis Juez son una falta de respeto a la historia de nuestro país y a quienes dejaron la vida para que la Argentina sea de todas y todos. Poner en cuestionamiento la democracia es retroceder 40 años a los peores días de nuestra historia”.
Agregó que “cuando dijimos “Nunca Más”, decidimos terminar de una vez y para siempre con el discurso autoritario y violento”.
Y cerró diciendo: “Quienes agitan fantasmas degradando la democracia, deben asumir la grave irresponsabilidad en la que incurren. Nuestro deber es hacer una democracia más fuerte que a todos integre con justicia social. Porque la democracia sí nos ha mejorado la vida. Y como es perfectible, seguiremos fortaleciéndola para vivir cada día en una Argentina mejor. De hecho, gracias a ella, Luis Juez ha hecho su carrera. Espero que se retracte. Dentro de la democracia, lo que quieran. Afuera, nada”.
Por supuesto, el senador cordobés contraatacó por la misma vía: “¿En serio Señor Presidente que usted cree tener autoridad moral para recomendarme alguna conducta, confundiendo adrede, malinterpretando y descontextualizando mis dichos?”
Señaló más adelante que “(…) yo soy hijo de esta DEMOCRACIA, no conozco otra forma de gobierno, pero eso no me impide decirle a usted y a toda esa casta política que han vivido y viven de los privilegios, que esta democracia está en deuda con su pueblo”.
Culminó su hilo, afirmando: “No hay un solo indicador que nos diga que estamos mejor que hace 40 años, y usted y su banda con distintas caras y colores de camiseta han gobernado los últimos 28 años de éstos 40 años. Recomiéndele conductas a Dylan, si todavía le da pelota”.
De Loredo, el candidato radical, fue más convencional. “Lo decimos y lo reiteramos: Nos consideramos colectivamente en condiciones de representar una propuesta para gobernar la provincia de Córdoba”, expresó desde el escenario de Agronomía de la UNC.
Agregó que “estamos listos para gobernar Córdoba. Seguimos en carrera y tenemos el convencimiento de preparar la oferta para Argentina y Córdoba”.
Finalmente, planteó que “tenemos que dejar de ser oposición. Para eso tenemos que tener candidatos competitivos que la gente quiera votar, y en eso estamos trabajando”.
Del modo, más que del resultado, dependerá de que la interna de JxC no convierta a la alianza opositora en una bolsa llena de restos de la confrontación el día después del eventual Día D del comicio. El punto de partida indica que existe paridad entre ambos, y que en esa condición la obtención del premio mayor va a requerir mucha audacia para intentar imponer la propuesta propia y desgastar la ajena. Está claro que no hay acuerdos suficientes entre los dos bloques internos y que ambos son dos figuras estelares que van a jugar con todo lo que tengan a mano para ganar. Es difícil, al menos todavía, saber qué sucederá.
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