Las personas que consumen alcohol incluso en niveles moderados podrían observar que sus habilidades mentales decaen con mayor rapidez a medida que envejecen, sugiere un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford, en Gran Bretaña. Los investigadores encontraron que los que bebían alcohol con regularidad mostraban un mayor encogimiento cerebral que los abstemios al llegar a la vejez. También descubrieron que perdían más “fluidez” lingüística, que es una medida de las habilidades de memoria y pensamiento.
Los efectos se observaron incluso entre las personas que bebían de forma “moderada”, esto es entre cuatro y siete copas de bebidas como cerveza o vino por semana.
Si bien, los investigadores no afirman taxativamente que los hallazgos demuestren que el alcohol fuera el responsable, señalan que hay evidencias de que un consumo moderado de alcohol no es tan saludable.
“Las personas deben mostrarse escépticas ante la idea de que en realidad es saludable, y tratar el alcohol con respeto”, dijo Tim Stockwell, director del Centro de Investigación sobre las Adicciones de la Universidad de Victoria, en Columbia Británica, Canadá.
Diversos estudios habían indicado que las personas que bebían de forma moderada tendían a tener tasas más bajas de enfermedad cardiaca que los bebedores empedernidos y que los abstemios.
En este caso, el trabajo de Oxford revela que el por lado del cerebro, los resultados no serían óptimos. “Midió los efectos acumulativos del alcohol a lo largo de 30 años, aún con un consumo moderado”, señaló Stockwell.
Los nuevos hallazgos que se publicaron en la revista BMJ fueron realizados sobre 550 adultos británicos que al inicio tenían una edad un promedio de 43 años. A lo largo de los 30 años siguientes, reportaron su salud y hábitos de vida, aproximadamente cada cinco años. También recibieron pruebas estándar de memoria y otras habilidades mentales. Hacia el final del estudio, se sometieron a una resonancia magnética del cerebro.
El estudio encontró que, en general, las personas que consumían alcohol con regularidad mostraban una mayor atrofia en una región del cerebro llamada hipocampo, que es una región del cerebro que se encarga, entre otras funciones, de los procesos de la memoria y las emociones, frente a los que habían sido bebedores ocasionales de forma constante o los abstemios.
El tamaño del hipocampo se vincula con la memoria, explicó la investigadora líder, la Doctora Anya Topiwala. “La atrofia en esa región del cerebro es uno de los cambios tempranos que se observan en la enfermedad de Alzheimer”, agregó.
“Pero la atrofia del hipocampo puede tener otros motivos”, enfatizó Topiwala, profesora clínica de psiquiatría de la Universidad de Oxford, en Inglaterra, para moderar los resultados del trabajo. El estudio encontró que, en general, “los bebedores moderados tenían tres veces más probabilidades que los abstemios de mostrar unos niveles anómalos de atrofia en el hipocampo derecho. Entonces, en principio, estos hallazgos no pueden mostrar aún si los bebedores se enfrentan a algún riesgo más alto de demencia”, explicó.
Esto incluyó a personas que bebían en promedio de 14 a 21 “unidades” de alcohol cada semana. Eso equivale a más o menos de cuatro a seis vasos de cerveza, o de cinco a siete copas de vino, por semana, detalló el informe.
De forma similar, los bebedores moderados y más empedernidos mostraron un declive más rápido en la fluidez lingüística a lo largo de los 30 años: La reducción es de entre un 14 y un 17 por ciento más grande en comparación con los abstemios.
La fluidez lingüística se midió mediante una prueba en que se pide a las personas que mencionen todas las palabras que comiencen por una letra que puedan en un minuto.
Topiwala dijo además que no hubo evidencias de que cantidades más leves de alcohol “protegieran” al cerebro, en relación con la abstinencia.
Planteó además, que una posibilidad es que el hipocampo podría encogerse antes de que se presenten los problemas con la memoria a corto plazo y otras funciones mentales.
El año pasado, Reino Unido cambió sus directrices sobre los límites “seguros” de alcohol, basándose en evidencias que vinculan el consumo moderado de alcohol con ciertos tipos de cáncer. Ahora, el gobierno aconseja a los hombres y a las mujeres no beber más de cinco copas de vino semanales.
Las directrices de Estados Unidos, en cambio, siguen siendo más liberales. Si bien se aconseja a las mujeres no consumir más de una bebida “estándar” al día, los hombres pueden tomar hasta dos al día.
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