El país arrastra una vieja enfermedad: está inclinado hacia el eje que conforman los ríos Paraná y de la Plata. Desde la Colonia española, pasando por el diseño de las rutas ferroviarias a fines del siglo XIX y principios del XX, y terminando por los puertos para exportar soja y sus derivados en Rosario a partir de los años ’90 del pasado siglo, el país siempre fue hacía Buenos Aires y su puerto. Aquella decisión económica, política y estratégica de la corona española, que convirtió a la ciudad puerto de Buenos Aires en la puerta de salida trasera del imperio, perdura en pleno siglo XXI, con sus deformaciones y postergaciones a cuestas.
El proyecto del corredor bioceánico que una a las provincias del centro y el noroeste argentino con Chile y los puertos de aguas profundas del Pacífico cruzando la Cordillera de los Andes, altera aquella ecuación fundacional. Primero, porque corre a Argentina del Atlántico y su mirada europea; y segundo, porque conecta con los grandes países del Pacífico, que lideran la demanda mundial, como China e India. Obliga, además, a un esfuerzo de integración con Chile y de trabajo en común para sostener esta idea y esta conexión. También abre una puerta a los países sudamericanos del Atlántico, como Brasil y Uruguay; y le da una oportunidad a Paraguay, ubicada en el corazón del subcontinente.
Durante cuatro días, desde este viernes, un grupo de periodistas de medios de todo el país vamos a recorrer desde La Rioja y por el paso de Pircas Negras, en territorio de esta provincia argentina, el camino que debería tener el corredor bioceánico. Llegaremos a Copiapó, en la Tercera Región chilena, al borde del Pacífico. Arriba del ómnibus, que nos lleva al punto de partida, que será este viernes a las 6, desde La Rioja capital, y a la altura de Deán Funes, mientras escribo este artículo, es difícil tomar proporción del desafío que implica este proyecto. El viaje, organizado por el gobierno riojano y el Consejo Federal de Inversiones (CFI), debería darnos alguna respuesta en este sentido.
¿Qué es el corredor bioceánico? Una obra de infraestructura logística, ferroviaria y vial, que conecta siete provincias argentinas con los puertos de aguas profundas de la Tercera Región de Chile (Huascar, Caldera y Coapiapó), a través de los pasos, vial de Pircas Negras (La Rioja), y ferroviario de San Francisco (Catamarca). Las provincias beneficiadas por este proyecto son: La Rioja, Catamarca, San Juan, Córdoba, Santa Fe, Tucumán y Santiago del Estero.
El ministro de Planeamiento e Industria de La Rioja, Rubén Galleguillo, le dijo a ENREDACCIÓN, durante una entrevista que sostuvo a mediados de este año en el Foro Regional Federalismo y Desarrollo, en la ciudad de La Rioja, que los beneficios del corredor “son enormes y en todos los ámbitos. Una de las carencias del país, es la falta de infraestructuras claves para el desarrollo. Una de ellas, es la logística. Argentina no puede ser competitiva en el mundo, mientras siga sin tener un sistema ferroviario, lo mismo que los países desarrollados, para sacar en cantidad y a menor costo su producción. Tampoco puede ser competitiva, si para llegar a India o China hay que dar toda una vuelta por el Atlántico, teniendo importantes reducciones de tiempo, distancia y costo por el Pacífico, como estamos planteando. En la medida, que los pasos que estamos proyectando, San Francisco en Catamarca y Pircas Negras en La Rioja vayan siendo verdaderos canales de comercialización, esto va a traer un incremento de los flujos comerciales. Eso va a dinamizar las economías regionales del Centro-Norte del país. Hace falta decisión política. China tiene un interés especial en que esto se concrete. Se necesita sólo el aval de la Nación, no están pidiendo que realice desembolsos de cualquier naturaleza”.
Por cierto, el corredor bioceánico es un proyecto que tendría un costo de entre 1.500 millones y 1.800 millones de dólares y que implica la reposición y acondicionamiento del tendido ferroviario existente para la interconexión con el Belgrano Norte y la extensión de unos 400 kilómetro más de vías para poder cruzar por el Paso San Francisco en Catamarca y llegar a la región de Copiapó en Chile.
De este modo, se reducen a prácticamente la mitad las distancias a recorrer para los productos del Norte (en el caso de La Rioja implica pasar de hacer 1300 kilómetros hasta el puerto de Buenos Aires o de 900 kilómetros hasta el de Rosario y acotarlos a 700 kilómetros), sino que se trataría de una forma de evitarse las recargas en costos logísticos por el colapso de los puertos del Atlántico.
Los barcos que salen del Este cruzan por el sur o por Panamá para ir a China, esto supone acortar los viajes de 40 días a 25 saliendo directamente desde el Océano Pacífico.
Permitiría un ahorro del 30% del costo de logística y aumenta la competitividad para las exportaciones regionales.
LA COBERTURA
ENREDACCIÓN publicará artículos sobre este tema este jueves y luego desde el domingo por la noche. El viernes y sábado, este medio no publica noticias, pero aquellos que quieran tener impresiones de esta cobertura, podrán hacerlo a través de @enredaccionCBA en Twitter.