Prepara el mate amargo con paciencia casi oriental. Paso a paso como dice la receta del buen cebador. El mate acompañará la entrevista en el comedor de su departamento, en el centro de la capital cordobesa. Ya terminó el partido con derrota de Belgrano. “Lamentable la actuación del árbitro, validó un gol en posición adelantada, y cobró un penal inexistente”. Fanático del equipo de barrio Alberdi y del fútbol, dueño de una memoria prodigiosa, tanto para el deporte, como para la política y la historia, Carlos Vicente, abordará esta conversación desde el lugar de un protagonista de la juventud de los años ’80, que formó parte de la Primavera Democrática y de la inédita elección de Luis Rébora en 1986. “Los límites a la experiencia de Córdoba los terminó poniendo el proceso político del alfonsinismo, sobre todo, después de la Semana Santa de 1987. Sin embargo, los ’80 son la primera ola democratizadora, que se encastra o prolonga en la que sigue a la eclosión del país en 2001”, analizó en un tramo de la conversación. Vicente ha sido, además, legislador provincial, vice-intendente de Córdoba y ahora presenta su primer libro, “La Universidad en la Primavera Democrática (La elección de Luis Rébora y la influencia de los ’80 en la política argentina)” (ENREDACCIÓN LIBROS, 2018). A continuación los principales tramos de la entrevista.
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¿Por qué un libro sobre la elección de Luis Rébora y la Primavera Democrática? ¿Cómo surgió la idea?
Creo que es válido y necesario contar la experiencia política y social de los años 80. Particularmente, la experiencia de la universidad en Córdoba en los años 80 y a esto, ponerlo y situarlo en el debate de lo que pasó en Argentina en estos 35 años. Lo que se hizo en los años 80 en la democratización de Argentina y particularmente de la universidad, dejó una cantidad de enseñanzas y de saldos validos para ver o analizar lo que sucedió desde entonces y que nos permite evaluar desde otro punto de vista lo que ha pasado en los años más próximos, sobre todo en el kirchnerismo.
¿Qué tienen los ’80 de particular?
Creo que hablar de los ’80 en la Argentina es hablar de cómo fue el proceso de democratización iniciado en ese momento y observar el cierre del ciclo de gobiernos autoritarios que caracterizó a la Argentina entre 1930 y 1983. La frecuencia de los golpes militares marcó una importante cultura autoritaria y los ’80 hablan del inicio de un proceso de democratización que llega hasta hoy. La democratización Argentina tiene algunas particularidades y otras características que fueron comunes a los otros países de Sudamérica, como Brasil, Chile, Uruguay, Brasil y Paraguay. La originalidad de nuestro país es que ese proceso sea luego de un desmoronamiento de la dictadura militar, fruto de la guerra y la derrota militar en Malvinas. Esa situación habilitó un proceso de democratización donde los condicionamientos de la dictadura fueron menores a los ocurrido en otros países de Sudamérica. Aquí hubo mayor radicalización y participación ciudadana, se generó una ola democrática mayor, que amplió las bases de la democracia y en esos años 80, la democratización en la universidad fue importantísima, alentando lo sucedido en otros espacios.
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¿A qué atribuye ese rol?
Una de las razones, es que fue una de las bases de sustentación del alfonsinismo, entendiendo esto no como un sector del radicalismo, sino como el proceso político que significó. Para el alfonsinismo fue central el papel de la universidad, la juventud se volcó en apoyo de ese proceso político, como núcleo más dinámico de lo que sucedió. El libro pone en valor lo que pasó en la universidad dentro del proceso político del alfonsinismo y analizar esto, es un elemento clave de lo que sucedió en aquellos años y de sus niveles de influencia en los tiempos que siguieron.
El libro pone en valor lo que pasó en la universidad dentro del proceso político del alfonsinismo y analizar esto, es un elemento clave de lo que sucedió en aquellos años y de sus niveles de influencia en los tiempos que siguieron.
¿Córdoba tuvo un rol diferente en este proceso democratizador o hay similitudes con otros lugares?
Lo diferente en Córdoba es que los sectores que condujeron la democratización universitaria entre 1983 y 1987-88 estaban enfrentados al conservadurismo en la provincia. Los jóvenes de los ’80 se enfrentaron con la herencia de (Luciano Benjamín) Menéndez y lucharon por la ampliación de derechos. Confrontaron, tanto a los sectores políticos, sociales y religiosos, como a los militares, que eran centrales dentro de la Córdoba de aquel momento. Enfrentados al conservadurismo y la dictadura y el aparato que el “menendismo” (por Menéndez) había estructurado en la dictadura cívico-militar y pretendió mantener en la democracia que se reinstauraba en la provincia. Dentro del enfrentamiento era un enfrentamiento que se daba con la conducción radical que gobernaba Córdoba y lideraba el gobernador Eduardo Angeloz, y también con los otros sectores políticos, sociales, culturales y económicos que le daban sustento. De ese enfrentamiento surge una conducción diferenciada del movimiento universitario, con una diferencia marcada del proceso político, acentuada en un sentido democratizador y progresista. Cuando hablo de “sentido democratizador”, se trataba de un planteo de avanzar en la profundización de la democracia, entendiendo por esto a que la democracia le pusiera limites al poder económico y que pusiera un antes y un después con el autoritarismo. Eso era enjuiciar al Terrorismo de Estado, por cierto uno de los temas centrales del debate. Eso se expresaba en la universidad en mayor medida, era un antes y después con la universidad de la dictadura que pretendía sobrevivir en la democracia para darle continuidad a los sectores conservadores. Por ejemplo, el conservadurismo intentaba darle continuidad a los concursos de la dictadura, lo que significaba prolongar en la cátedras la misma conducción autoritaria y mantener el clima opresivo de los años dictatoriales. Con todo eso es lo que se enfrenta la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) y el movimiento estudiantil con mucha intensidad y a la par de ello, se conforma una alianza amplia con los graduados y sus entidades profesionales, generándose un sector docente que se pone a trabajar por la democratización en la universidad. Todo esto se construye en la normalización universitaria que va hasta 1986 y alimenta un proceso que culmina con el triunfo de Luis Rébora, que gana casi por unanimidad. Fue una elección donde fue el único candidato, en representación de una gran coalición unitaria, que se presenta y en el que la derecha no pudo presentar candidato.
Lo diferente en Córdoba es que los sectores que condujeron la democratización universitaria entre 1983 y 1987-88 estaban enfrentados al conservadurismo en la provincia. Tanto a los sectores políticos, sociales, religiosos como a los militares, que eran centrales dentro de la Córdoba de aquel momento.
¿Cómo fue Rébora en su rol de líder de ese proceso?
Rébora fue la persona que eligió la FUC para la normalización. El primer disenso abierto con Angeloz y la UCR es por la elección del rector normalizador. La FUC propone a Rébora, que provenía de los sectores del reformismo universitario y del progresismo, que no era radical y esa es la primera relación de la FUC con Rébora. La FUC se planta en un lugar diferente a la UCR de Angeloz, y allí gana Angeloz y pone un rector normalizador que era el apoderado de La Voz del Interior, Mario Piantoni (1983-1986), una figura conservadora de la universidad. En el medio, Rébora va a ser designado como presidente de la CONADEP Córdoba (Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas), en febrero de 1984, y la CONADEP se dará una tarea importante de denuncia e investigación y de hacer públicos los crímenes del Terrorismo de Estado. Es la primera vez que esto sucede de frente a los cordobeses, eso estuvo muy vinculado con todo este proceso: derechos humanos, participación, y una movida democratizadora de la UNC. Lo que expresa Rébora sintoniza con universidad, democracia y derechos humanos y por eso lo pongo en este trabajo como un tema importante y fundamental.
Rébora fue la persona que eligió la FUC para la normalización. El primer disenso abierto con Angeloz y la UCR es por la elección del rector normalizador.
¿Cuál es el legado de la universidad y la Primavera Democrática para la provincia?
El legado se observa en la conjunción de políticas públicas y participación de la sociedad civil para ampliar derechos que se dio en ese momento y en la ampliación de derechos que se ha visto en la sociedad, que se ha visto en los años que siguieron a la implosión del país después de 2001 y hasta 2015. Esos logros tienen una vinculación o una sintonía con esa particular forma de encarar la democratización de los años ’80. Se dio en Córdoba, pero también en otros lugares, lo mismo que paso en la UNC se dio en otras 9 o 10 universidades argentinas, y se daba en decenas de facultades y conducciones del movimiento estudiantil. Sintonía con el movimiento de derechos humanos, una vinculación transversal con los movimientos sindical y de derechos humanos. En aquel tiempo se produce una vinculación con los sindicatos, con las listas verdes -alianzas opositoras al peronismo de derecha-, que tenía que ver con el gran proceso de democratización. A su vez, en ese proceso de democratización hubo una parte que quiso hacerlo de manera más profunda y que dio la lucha contra el Terrorismo de Estado, el pedido de juicio y castigo y el enfrentamiento al levantamiento carapintada de 1987. Por ejemplo, el levantamiento carapintada fue rechazado con movilización popular y eso es algo sólo de Argentina. Todo esto tiene que ver con interpretar lo que ha sucedido en el país en estos 35 años, cómo se ha enfrentado al autoritarismo y la amplitud de la defensa de la democracia. Tiene que ver con los juicios del 84 y 85 y con los juicios al Terrorismo de Estado desde 2003 a 2015, en los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. Hay que bucear en los ’80 para entender lo que sucede ahora, los procesos de ampliación de derechos en todos los niveles nacen en los ’80. En eso, las luchas de estos tiempos por el matrimonio igualitario o el aborto legal y gratuito son, en un punto, la continuidad de aquellos procesos que empezaron en los ’80.
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El legado se observa en la conjunción de políticas públicas y participación de la sociedad civil para ampliar derechos que se dio en ese momento y en la ampliación de derechos que se ha visto en la sociedad, que se ha visto en los años que siguieron a la implosión del país después de 2001 y hasta 2015.
¿Por dónde se produce esa conexión?
Hay una sintonía y parentesco entre los ’80 y los años que van de 2003 -2015. Por eso, en los 80, la dictadura no pudo imponer las condiciones para limitar la democracia, porque hubo un proceso de participación ciudadana que fue una ola de participación, que luego vuelve a aparecer con otra intensidad y otra profundidad desde la eclosión social de 2001 en adelante.
¿Qué protagonistas de la política de Córdoba aparecen en el libro?
Eduardo Angeloz, José Manuel De la Sota, Luciano Benjamín Menéndez, Víctor Martínez que era vicepresidente de Raúl Alfonsin, y quienes tuvieron la responsabilidad en el movimiento universitario, tanto estudiantil como político universitario.
¿Este trabajo está emparentado con el centenario de la reforma universitaria? ¿Desde qué lugar?
La Reforma Universitaria de 1918 es un hecho simbólico de la rebeldía cordobesa. Los cordobeses exportamos esa rebeldía y es un hecho histórico con proyección en toda América Latina. Marcó la vida de los jóvenes universitarios de Córdoba, que dieron sucesivas generaciones que asumieron roles protagónicos en defensa de la democracia y contra los proyectos autoritarios y conservadores en Córdoba y el país. Por ese motivo valía la pena contar lo que hizo la generación de los ’80, porque fue una de las que tomó ese legado, llevando adelante una lucha de profundización de la democracia y que confrontó con los proyectos autoritarios para que sea valorada adecuadamente. Esa generación asumía la influencia que tenía ese movimiento, estaba más fresco, y era la razón de una generación que tenía que convivir además con las generaciones de jóvenes de los ’60 y ’70, los que habían sufrido la matanza y el Terrorismo de Estado de la dictadura del 76. Estaba muy en primer plano como recoger ese legado y tener una respuesta creativa e innovadora para el proceso democrático que se abría después de semejante dictadura.
FICHA DE “LA UNIVERSIDAD EN LA PRIMAVERA DEMOCRÁTICA”
Título: La universidad en la Primavera Democrática (La elección de Luis Rébora y la influencia de los 80 en la política argentina).
Autor: Carlos Vicente.
Editorial: ENREDACCIÓN Libros.
Páginas: 158.
Género: No Ficción / Ensayo / Política.
Precio del Libro: $490 (Incluye envío por Correo con seguimiento a todo el país).
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Pre-venta: Del 9/11/2018 al 9/12/2018.
Entrega: A partir del 21/12/2018 (El envío es a domicilio, por Correo con seguimiento).
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