Las cacerolas volvieron a sonar en todo el país y también en la ciudad de Córdoba. Fue anoche a partir de las 21 horas, cuando en diversos puntos de la ciudad de Buenos Aires, pero también en la de Córdoba, los vecinos espontáneamente comenzaron a congregarse para hacer oír su rechazo a la aprobación del recorte de las jubilaciones.
En los barrios porteños de Palermo, Devoto, Villa Crespo, Caballito, Lugano, Villa Urquiza, y en cercanía del Congreso. También hubo protestas similares en Mendoza, Rosario, La Plata, Bahía Blanca.
Tal como sucediera cuatro años atrás cuando se autoconvocaban los vecinos para resistir el control estatal a la compra de dólares y el impuesto a las ganancias, en esta ocasión el repudio fue hacia el gobierno nacional por su intención de recortar en 100 mil millones de pesos los haberes de los jubilados, al pretender modificar la forma de cálculo de actualización de haberes.
Con el transporte a favor
El levantamiento del paro dictaminado por la UTA terminó jugando a favor de esta modalidad de protesta, ya que al restablecerse el servicio a la medianoche, miles de vecinos autoconvocados lograron desplazarse hasta el Congreso para hacer sonar sus cacerolas.
Lo mismo sucedió en Córdoba, donde algo más de mil vecinos hicieron oír su rechazo al proyecteo en la confluencia de Vélez Sársfield e Hipólito Irigoyen.
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