(Por Pablo Tissera*). Días atrás, el Presidente de la Nación en una de sus visitas a una Fintech Argentina que diseña, oferta y presta productos y servicios financieros de diversos tipos, estamos hablando de Ualá, reiteraba su postura crítica sobre el papel del Estado, decía “La idea de un Estado Presente que genera riqueza es una mentira destructiva. El Estado no crea nada, sólo destruye y redistribuye de manera ineficiente”.
Planteaba además que “el EMAE, Estimador Mensual de la Actividad Económica indica que, a pesar del ajuste drástico realizado, logró estabilizar la economía en un corto plazo”, insistiendo en que “no tuvo efectos negativos sobre el sector privado y que el peso del recorte recayó en el Estado, describiéndolo como un proceso necesario para la recuperación económica”.
Y también decía por esos días “hacer distinciones entre las grandes empresas y pequeños emprendedores es una aberración”, y continuaba “se pasan preocupados por las pymes, así nunca van a crecer. ¿Cuál es el incentivo? Es un incentivo a ser chiquitos, no es un horizonte para un empresario. El empresario, si pudiera, se quedaría con todo el planeta y eso es lo que tiene que hacer”.
DATO MATA RELATO
Sobre estos puntos tenemos y mucho para decir. Si nos adentramos en los datos sobre la actividad económica observaremos que estamos lejos de interpretación que Milei hace de la estabilización y recuperación económica, el horizonte más que esperanzador es realmente desolador.
¿Saben qué?
– La utilización de la Capacidad Instalada de la industria fue del 62 %, mientras que hace un año atrás estaba en el orden del 68 %.
– La caída del Empleo acumulada desde diciembre 2023 totaliza casi 140 mil asalariados privados, datos del SIPA (11 meses de retracción). El empleo público cuenta con una reducción de 44 mil trabajadores desde que asumió el nuevo gobierno, en contrapartida, el incremento de trabajadores independientes (contando monotributistas y autónomos) fue de 110 mil personas, elevando su incidencia del 22,9% al 23,8% del total de trabajadores registrados.
Aquí nos detenemos en el último informe de la Fundación Mediterránea (¡leyeron bien!), allí se destaca que sólo 5 de los 14 principales sectores de la economía han mejorado respecto del año pasado: Pesca (17%), Minería (6%), Agro (4%), Electricidad/Gas/Agua (2%) y Enseñanza (1%), haciendo la salvedad que estos sectores sólo generan el 15% del empleo privado. En cambio, aquellos sectores que mayor impacto tienen en la creación de puestos de trabajo son los que más han caído: Construcción (-18%), Comercio (-8%) y la industria manufacturera (-7%).
Esto último se condice con el indicador del desempleo, que subió del 6,2% al 7,6% y la tasa de subocupación del 10,6% al 11,8% en igual lapso.
En lo que va del año, de acuerdo a datos de cámaras que agrupan a Pymes, cerraron 16.500 pymes. Sólo entre Julio y Octubre dejaron de operar 6.500 pymes, en medio de una brusca caída del Consumo Interno y la Producción Manufacturera, con fuertes aumentos de los costos de los servicios públicos producto de la quita de subsidios, entre otras avatares.
EL ACTUAL PROGRAMA DE GOBIERNO Y SUS BENEFACTORES
¿Nos preguntamos a quién beneficia el actual programa económico basado en el ajuste del gasto público, las desregulaciones y el plan de privatizaciones? ¿Y si vamos a un caso puntual de estos días, la quita de los medicamentos a las y los jubilados de la obra social más grande de Latinoamérica (PAMI) a quién favorece? Claro que hay favorecidos y beneficiados, pero no son justamente las mayorías populares, sino más bien los grupos concentrados de la economía nacional y trasnacional, particularmente aquellos que basan su generación de riqueza en un modelo extractivista y de especulación financiera.
Una política que deja en el camino a millones de argentinos y argentinas, a pymes, a trabajadores/as y jubilados/as, que genera concentración del ingreso en pocas manos y una gran inequidad distributiva claramente no es la solución. Pero no sólo eso, sino que esta política neoliberal tiene sus agravantes porque quedamos librados todas y todos a la ley de la selva, donde sólo sobreviven las y los más fuertes, cuya responsabilidad de lo bien (poco probable) o mal (muy probable) que nos pueda ir recae de manera individual en cada una y uno de nosotros.
¿EL ESTADO NO CREA NADA?
Como antítesis de lo que dice el Presidente, sí necesitamos un Estado Presente, sí necesitamos un Estado Garante, sí necesitamos un Estado que regule la economía para que el dinero alcance y no pierda su poder adquisitivo, sí necesitamos un Estado que distribuya equitativamente los ingresos y las riquezas con políticas económicas progresivas, sí necesitamos un Estado que pregone la solidaridad y la salida colectiva, que esté cerca de cada ciudadano y ciudadana, en el barrio, en el club, en el centro vecinal, en los centros de jubilados, en las escuelas y universidades, sí necesitamos un Estado participativo y transparente cerca de las Pymes y las cooperativas defendiendo el mercado interno, cuya visión sea la de un modelo productivo con inclusión social, promoviendo siempre la producción y el trabajo nacional.
Porque el Estado es la única herramienta de transformación social que con conducciones políticas nacionales y populares es capaz de crear sociedades más justas, solidarias e igualitarias, de generar las condiciones para caminar conjunta, colectiva y democráticamente hacia un nuevo contrato social que se aggiorne a los nuevos tiempos en los que los avances tecnológicos han modificado los modos de producir, acumular y distribuir del capitalismo.
LA SALIDA
Como siempre la salida es colectiva política, es indispensable un cambio de modelo y de rumbo. Salir del extractivismo, la especulación financiera y la exclusión social, hacia la promoción de la producción nacional, la generación de trabajo local, la justicia social y la inclusión de las mayorías populares. Debemos reflexionar sobre el impacto de los avances tecnológicos en la sociedad y las nuevas dominancias, que requieren de una nueva estatalidad que garantice la inclusión de todos y todas.
Y como decíamos, la salida siempre es política, con unidad en un gran frente antineoliberal, con mucha organización desde cada territorio, movilizándonos y acompañando cada conflicto que se genera ante políticas neoliberales, y claro está, proponiendo un nuevo rumbo con un programa de gobierno que no deje a nadie afuera.
* Pablo Tissera es Dirigente cooperativista y Presidente del Partido Solidario Córdoba.
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