Una banda liderada desde la cárcel de Bouwer vendía cocaína dentro del Penal y en distintos barrios de Córdoba y Villa del Rosario. Cuatro de los miembros de la organización -dos de nacionalidad peruana y dos argentinos-, ya estaban detenidos en el establecimiento penitenciario, en las afueras de la Capital provincial, mientras que una de las mujeres apresadas tenía prisión domiciliaria. En total, fueron detenidas cinco mujeres -dos de ellas peruanas-. También fueron secuestrados estupefacientes, dinero y un arma con proyectiles.
En total se llevaron a cabo cinco allanamientos en la ciudad de Córdoba (en los barrios Nueva Esperanza, Granja de Funes y Villa Urquiza), tres en Villa del Rosario -una localidad ubicada a 78 kilómetros al este de la Capital- y 26 en celdas de la cárcel de Bouwer, más específicamente en el Módulo MX2 – Pabellón B4.
El operativo fue realizado con participación de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) y la Policía Federal Argentina (PFA). En Bouwer también participaron efectivos del Servicio Penitenciario de Córdoba.
De los puntos de venta desbaratados en ambas ciudades, se logró el secuestro de 3.590 dosis de cocaína, 47 dosis de marihuana, dinero (pesos y dólares), y un revólver, entre otros elementos relevantes para la causa.
Respecto de la venta en el interior de la cárcel, no se determinó aún si la banda narco contaba con colaboración de personal del Servicio Penitenciario, pero el hecho de que, al menos, uno de los reclusos contara con un celular indicaría algún tipo de connivencia.
Como resultado de las investigaciones llevadas a cabo entre ambas fuerzas de seguridad, fueron imputados por el delito de Comercialización Doblemente Agravada a cuatro reclusos de la cárcel de Bouwer.
Las dos detenidas en la capital cordobesa son extranjeras (peruanas) y una de ellas tenía una tobillera, ya que contaba con prisión domiciliaria por venta de drogas ilegales. Mientras que las otras tres fueron aprehendidas en Villa del Rosario.
La Fiscalía de Lucha contra el Narcotráfico del Tercer Turno a cargo del Dr. Carlos Cornejo, ordenó el traslado de las cinco mujeres detenidas a sede judicial por Comercialización Agravada de Estupefacientes.
CÓMO OPERABA LA BANDA EN LA CÁRCEL
Los investigadores creen que las cuatro personas ya condenadas por narcotráfico serían los “cabecillas” o el estrato superior de la banda, dos de ellos son de origen peruano y los otros dos, oriundos de Villa del Rosario. Sin embargo, los “jefes” serían un peruano y un argentino y se habrían asociado dentro del Penal, ya que provenían de organizaciones diferentes. En tanto, las operaciones fuera del centro penitenciario también habrían sido coordinadas desde adentro, utilizando para ello a sus familiares.
Según la información que trascendió, estos reclusos habían montado un sistema que les permitía ingresar drogas al Penal y luego venderla entre los presos desde su lugar de reclusión.
El método empleado para introducir la droga era a través de mujeres que visitaban a los reclusos. Algunas incluso presentaban certificados falsos de embarazo para evitar pasar por el escáner y así poder introducir la droga en la cárcel.
Uno de los acusados utilizaba una billetera virtual desde un celular en su celda, lo que le permitía recibir los pagos por las ventas realizadas a sus compañeros de prisión. El circuito se completaba con los familiares de los consumidores, que transferían dinero para pagar la droga.
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