Nuestro presidente Javier Milei con desbordante alegría adolescente nos ha comunicado que Donald Trump y de Elon Musk son sus amigos. En la cultura americana no existen amigos ni enemigos, solo intereses. Solo el entusiasmo ideológico de nuestro presidente lo lleva a pensar que esas amistades son beneficiosas para el país.
Los americanos desprecian la obsecuencia y la sumisión. Ellos solo respetan la valentía y la alta capacidad intelectual.

Durante el gobierno de Milei, la Justicia americana dictó condenas contra la República Argentina por millones de dólares: Expropiación de YPF, Falsos Cupones del PBI y secuelas de los juicios de los Fondos Buitres. A ellas se agregan las sentencias de los Tribunales del CIADI (Banco Mundial) por millones de dólares.
Los montos de las condenas fijadas en los EE.UU. en este año superan con creces los recortes jubilatorios del presidente Milei. Este es el contexto que se debe mirar para valorar con objetividad la declarada amistad de Milei con Trump y Musk.

El único precedente en el Derecho Internacional de una condena contra los EE.UU. y no contra la República Argentina es en el Caso de “Victor Hugo Saldaño c. EEUU” ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Caso Nº12.254.
La única Jurisdicción Internacional que los EE.UU. reconocen como válida los ha condenado por racismo judicial. La Comisión está integrada por jueces propuestos por el Estado Americano y su secretaría Ejecutiva durante 15 años estuvo a cargo de una representante de los EE.UU.
Los EE.UU. no reconocen ningún otro Tribunal Internacional. Ni la Corte Interamericana, ni la Corte Penal Internacional, ni el Tratado de Paris, ni la Corte Internacional de Justicia.
La sentencia dictada por la CIDH en el Caso Saldaño es el único precedente judicial en América y también en el mundo de probado racismo en el Sistema Judicial Americano, condena que los EE.UU. no cumplen desde hace 8 años.
La paradoja es que el gobierno del presidente Milei ha decidido apoyar la conducta de los EE.UU. de no cumplir con la condena dictada.
Con el fundamento de una alianza política, Milei ha decidido legitimar el racismo judicial en los EE.UU. que condena la Comisión Interamericana de DD.HH. y convalidar la tortura a la que está sometido el argentino Saldaño desde hace 29 años en el Corredor de la Muerte. Igual que Guantánamo. El Caso Saldaño va mucha más allá de la inocencia o culpabilidad del argentino en el Crimen de Paul King. Es un caso que prueba que el Sistema Judicial Americano es de absoluta desigualdad ante la Ley para las minorías raciales: negros, latinos y asiáticos. El caso Saldaño prueba la vigencia en el ADN americano de un de un racismo judicial, policial, laboral y cultural.
Quienes conocemos la cultura americana, sabemos que la “amistad” que proclama nuestro presidente con los líderes americanos no le sirve de nada a la Argentina. Por el contrario, una actitud de sumisión con los EE.UU. tendrá costos económicos y diplomáticos muy altos.
Un país fácil de controlar políticamente es un país ideal para hacer negocios. Negocios a favor siempre de los EE.UU.: “First America”.
En la estrategia de los amigos del presidente Milei está la de ubicar a la Argentina como aliada de los EE.UU. para disciplinar países opuestos a la ideología americana como Irán, Cuba o Venezuela. Ese es el rol que ocupan los amigos de los EE.UU.
Su apoyo en el FMI será cobrado con intereses. No se trata de quemar banderas americanas. No da ningún resultado. Pero tampoco la imbecilidad de creer que Trump y Musk harán algo gratis por la República Argentina.
Argentina tiene que ser un país respetado internacionalmente para poder crecer y salir de la decadencia. Y para ello debe tener políticas independientes y serias y no amistades fotográficas o digitales.
Argentina es un país importante en el continente con cuatro premios Nobel y con sobrados antecedentes en DD.HH. Por eso, el Caso Saldaño le ofrece la oportunidad a la República Argentina para exigirle a los EE.UU. que cumplan con la Ley Internacional y con la sentencia dictada. La Argentina debería liderar el reclamo continental para que los EE.UU. pongan fin a las practicas racistas que impregnan toda su sociedad. Tal como lo dice el Papa Francisco en tres notas verbales.
Una postura firme de Argentina que exija a los EE.UU. cumplir con el Sistema Interamericano de DD.HH. colocaría a la Argentina en una situación de liderazgo político en el continente. Y seria respetada y valorada por los EE.UU. mucho más que las sonrisas con los amigos americanos del presidente Milei.
Porque recordemos que la mayoría de las víctimas del racismo en los EE.UU. no son argentinas, si no mexicanas y centroamericanas. Y que la problemática trágica de los migrantes que se ven en la frontera americana son víctimas del racismo en estado puro. Por eso, la importancia para Argentina de exigir a los amigos americanos que cumplan la condena dictada por la CIDH y lo liberan al argentino Saldaño de la tortura a la que está sometido desde hace 29 años.
Estas son las conductas que respetan los EE.UU. y no las sonrisas con el “amigo americano”.
* Juan Carlos Vega, UC Córdoba y UC Lovaina.
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Citas
-(1) La frase del título es atribuida al ex secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kisinger.

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