La CGT junto a las CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma convocaron a un paro nacional en rechazo a la política económica del presidente ultraderechista Javier Milei para este jueves 10 de abril. También participarán este miércoles 9 de abril de una marcha en apoyo a los reclamos de los jubilados frente al Congreso nacional. Dentro de ese contexto, la CGT emitió este martes un documento en el que cuestiona con severidad al gobierno nacional, reclama paritarias libres y un aumento de emergencia para los jubilados, y rechaza el acuerdo con el FMI y las privatizaciones. La medida de fuerza de este jueves será el tercer paro general de la CGT durante la gestión del presidente Milei.

El documento dado a conocer este martes, desgrana las demandas de los trabajadores al gobierno. Se titula “Ante una desigualdad social intolerable y un gobierno que no atiende nuestros reclamos. Para exigir mejores ingresos y una calidad de vida digna”.
Los requerimientos cegetistas son los siguientes:
-Reclamamos paritarias libres, homologación de todos los Convenios Colectivos de Trabajo, aumento de emergencia para todas las jubilaciones y pensiones, la actualización del bono y poner fin a la represión salvaje de la protesta social.

-Exigimos un incremento del presupuesto en educación y salud, un programa de desarrollo de la industria nacional que fortalezca al sector PyME, poner fin a los despidos tanto en el sector público como en el privado y un plan nacional de empleo.
-Rechazamos la privatización del Banco Nación -y el cierre de sus sucursales-, de Aerolíneas Argentinas y de todos las empresas y organismos públicos amenazados.
-Reclamamos una política exterior convergente con los intereses nacionales, la defensa irrestricta del territorio y la reivindicación de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas. Por último, repudiamos todo alineamiento automático con políticas y decisiones foráneas y los condicionamientos que impone el FMI a nuestro país.
También recuerda que “lo advertimos a tiempo y la realidad lo confirmó: el costo del ajuste recayó sobre los trabajadores activos y pasivos, mientras que el sector financiero multiplicó obscenamente sus ganancias”.
Señala que “el ansiado equilibrio fiscal -obtenido a través del desmantelamiento del Estado, de sus organismos de control, de sus empresas y del abandono de la obra pública- multiplicó el desequilibrio social”.
Luego apunta que “una visión sesgada de la realidad, mercantilista, monetarista y financiera, acrecienta día a día la deuda social, a la par que debilita el federalismo desfinanciando a las provincias, deteriorando las economías regionales y agudizando el centralismo. Todo esto, mientras degrada la calidad de vida de nuestros compatriotas y posterga un horizonte de democracia moderna y de desarrollo nacional”.
Plantea más adelante que “estamos frente a un gobierno que muestra insensibilidad frente a los problemas de la gente. Ejecuta actos de represión salvaje e injustificada, viola permanentemente los acuerdos institucionales, desfinancia la educación y la salud, abandona la obra pública, manifiesta desprecio por las minorías, ajusta a los jubilados e impone límites a la negociación colectiva”.
Finalmente resalta que “fuimos ejemplo en América de integración y movilidad social ascendente. Forjamos un sólido entramado colectivo que garantizó, en nuestro país, un desarrollo humano que fue modelo en la región. Hoy, somos ejemplo burdo de un fanatismo individualista y de una idea de libertad vacía, donde impera el sálvese quien pueda”.
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