El esperado dato de inflación de junio de 2024 arrojó un incremento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 4,6%, un valor de 0,4 puntos porcentuales (pp.) por encima del 4,2% de mayo 2024. La inflación acumula en los primeros seis de 2024 un 79,8% y mantiene su vitalidad pese a la fuerte recesión económica. La información fue dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
La clave del salto de los precios se encuentra en las subas de las tarifas de electricidad y gas y en alquiler de la vivienda. Fueron determinantes en la aceleración de precios y tienen una elevada incidencia en el primer semestre de 2024.
A nivel de las categorías generales, los precios regulados (+8,1%) lideraron los incrementos, seguidos por los estacionales (+4,4%), mientras que el IPC núcleo dio un 3,7%, el mismo valor que el mes anterior. Si bien el IPC núcleo, que incluye a la mayoría de los bienes de la canasta de precios, es un predictor de la inflación futura, el hecho de que aún no se hayan producido todas las adecuaciones tarifarias, sumado a la actualización del valor de las prepagas, permite inferir que en julio el índice inflacionario no se va a reducir. Otro factor a tener en cuenta es la inestabilidad del mercado cambiario, que agrega una cuota de incertidumbre respecto al comportamiento de los actores económicos. Por ahora, el programa económico tiene dos anclas para tratar de desindexar la economía: la recesión y la merma del poder adquisitivo.
En lo que refiere a los rubros, la división de mayor aumento en el mes fue Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (14,3%). Le siguieron Restaurantes y hoteles (+6,3%) y Educación (+5,7%) por subas en todos los niveles de enseñanza.
La variación interanual fue del 271,5% y, en este caso, desaceleró por tercer mes consecutivo, después del pico del 289,4% en abril.
En cuanto a la comparación mensual, el IPC de junio fue levemente superior al de mayo, pero es el segundo mejor índice de los últimos doce meses. Cabe recordar que la aceleración de la dinámica inflacionaria es consecuencia de las medidas económicas dispuestas por la administración libertaria con el objetivo de enfriar la economía y ordenar variables macroeconómicas. La devaluación del 118% realizada el 12 de diciembre de 2023, la mayor dispuesta por un gobierno -es decir, no impuesta por el mercado- disparó un incremento de precios de 25% en diciembre y cifras elevadas durante los meses subsiguientes, generó una fuerte recesión, retrajo los ingresos de trabajadores y jubilados, y transfirió ingresos al sector empresario de mayor tamaño y concentración.
El detalle, mes por mes, de la inflación durante el gobierno de Milei, es el siguiente:
-Diciembre 25,5%.
-Enero 20,6%.
-Febrero 13,9%.
-Marzo 11%.
-Abril 8,8%.
-Mayo 4,2%.
-Junio 4,6.
LOS MÁS Y LOS MENOS
Del total de 59 productos medidos por el INDEC, 45 tuvieron un alza (76,27%), 13 bajaron (22,03%) y 1 mantuvo su precio (1,7%). Los tres que más subieron fueron la batata (+10,2%), el agua sin gas (+9,7%), y la manteca (+9,2%). En tanto, las tres mermas de valor más pronunciadas fueron las de la naranja (-18,5%), el tomate redondo (-7,8%) y el limón (-6,9%).
DATO 1
La transferencia de ingresos a las empresas de servicios públicos, petroleras y otros prestadores de servicios regulados (como las prepagas) es el principal componente inflacionario: 141% de aumento entre enero y junio de 2024 frente al 79,8% de IPC promedio. Es decir, una diferencia de 61,2 puntos porcentuales (pp.). Este resultado se produce por tres decisiones de política económica del gobierno: Desregulación de precios, eliminación de subsidios (gas, luz, transporte, etc. para reducir el gasto público), y nivelación de tarifas con el precio del dólar.
DATO 2
La recesión y la pérdida de capacidad de consumo de la población ya inciden sobre el comportamiento de los precios “estacionales” (frutas, verduras, etc.) e IPC núcleo (la mayoría de los bienes de la canasta del IPC). Ambos crecieron por debajo del IPC promedio (79,8%) de los primeros seis meses del gobierno de Milei: 72,8% los “estacionales” (-7 pp.); y 68,8% el IPC núcleo (-11 pp.).
POBREZA E INDIGENCIA
El costo de la Canasta Básica Total, que se utiliza como umbral para medir la pobreza, creció 2,6% en junio, lo cual significó la variación mensual más baja desde noviembre de 2021. Con este aumento, una familia “tipo” necesitó 873.169 para no ser considerada pobre. En paralelo, la canasta básica alimentaria (CBA), con la cual se sitúa la línea de indigencia, subió apenas 1,6%, el número más reducido desde junio de 2020. De este modo, una familia “tipo” debió obtener ingresos por $393.319 para no caer en la indigencia.
—
SUSCRIBITE A DOSSIER360.
HACETE SOCIO DE ENREDACCIÓN.
RECIBÍ EL NEWSLETTER DE ENREDACCIÓN EN TU E-MAIL.
CONTACTO CON LA REDACCIÓN DE ENREDACCIÓN.