“Pedimos a las autoridades de EPEC que abran los costos, para saber de qué estamos hablando”, dijo el presidente de la Unión Industrial de Córdoba en relación a las tarifas de provisión de energía eléctrica que pagan comercios e industrias en la provincia. Con respecto a la tarifa del gas, aseguró que “si el aumento va a ser del 30 o 40 por ciento, estamos totalmente fuera de juego”. Moderadamente crítico con el gobierno nacional, consideró que las inversiones no llegarán hasta que no se reactive el consumo. “El 90 por ciento de los balance de las empresas están en rojo”, afirmó. A continuación, los principales tramos de la entrevista.
Algunos sectores de la producción y el comercio han reclamado a la EPEC y al gobierno provincial por el aumento de la energía eléctrica. ¿Cuál es la posición de la UIC?
Hemos hecho el reclamo, tuvimos una reunión de varios sectores, entre ellos la Cámara de Industrias Plásticas de Córdoba, el Foro Productivo Zona Norte y otras entidades empresarias más, a los efectos de conocer cómo era la composición de esta nueva tarifa de marzo, y compararla con la de meses anteriores.
¿Cuál es el impacto?
Depende mucho del sector, hay algunos donde la incidencia puede ser de un 8 o 9 por ciento, o una panadería, donde va de 20 a 30 por ciento. Y en otros sectores industriales puede tener una incidencia del 2 o 3 por ciento. Es muy variable.
¿Han tenido respuesta del gobierno provincial o de la EPEC?
Del gobierno no. En la reunión participó el secretario de Industria y nos mostraron cual era la incidencia; el precio mayorista, que es el que se le paga a CAMMESA (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico) por la energía pura se duplicó de enero a marzo, que es la factura que está llegando ahora. A su vez, EPEC aumentó el valor agregado de la distribución, que es toda la parte que le corresponde a ellos: distribución, transporte y mantenimiento de línea tuvieron un aumento autorizado por el ERSEP del 24% en septiembre. El cuestionamiento más grande viene al comparar con los suministros efectuados en Buenos Aires, donde la diferencia llega al 40 o 42 por ciento. Concretamente, para hacer un número más redondito, a igual suministro, menos de 300 KV, que es una PYME chica, en Buenos Aires se paga 1.152 pesos el KV/hora, y en Córdoba, 1520 pesos. O sea que tenemos 400 pesos de diferencia.
Una PYME chica, en Buenos Aires paga 1.152 pesos el KV/hora, y en Córdoba, 1520 pesos. O sea que tenemos 400 pesos de diferencia.
¿Usted acuerda con la política tarifaria del gobierno?
Sí, pero ha sido muy mala la aplicación, y a esto lo sabemos por la tarifa del gas que en lugar de hacer un escalonamiento y una progresión razonable, se intentó hacer de golpe y pasó lo que conocemos con la cuestión judicial. Acá lo que estamos pidiendo es igualdad de tarifas para todo el país. Además de los mayores costos logísticos que tenemos, y de otro tipo, como toda la cadena de Ingresos Brutos, encima tenemos tarifas más caras. Lo que nosotros pedimos junto al Ministerio de Industria es la comparación de los valores. La energía se mide en dos partes: una es la potencia, que es lo que cualquier empresa está obligada a mantener para el cliente. Si después consume 50 o 30 según su nivel de actividad, es otra cosa, se cobra aparte la energía demandada, cuantos kilovatios/hora se utilizan en el mes o bimestre. Esto no ha tenido mucha diferencia, lo que ha tenido mucha diferencia es la potencia. En una PYME mediana han tenido diferencias de lo que cobra por potencia EPEC, que es un valor muy superior que Edenor. Estamos hablando de 50 por ciento arriba. En cuanto al valor agregado de distribución, también hay un problema serio. Me acaba de llegar un cuadrito, que por supuesto hay que chequearlo porque depende de la factura. En la nueva tarifa de EPEC, un 13 por ciento corresponde a lo que se paga a CAMMESA como distribuidor de energía, un 37 por ciento son impuestos provinciales y municipales, más IVA nacional, y un 50 por ciento queda en EPEC, que es el valor agregado de distribución. Lo que le pedimos a las autoridades de EPEC es que abran ese costo, para saber de qué estamos hablando.
Si nos comparamos con Edenor o Edesur tenemos diferencias del 30 al 50 por ciento dependiendo el tipo de suministro.
¿Está diciendo que ese costo corresponde a salarios de los trabajadores de EPEC? Porque en ese caso, el hilo se vuelve a cortar por lo más delgado, que son los empleados…
No lo sabemos. En eso, entra el costo del transporte, infraestructura, distribución, líneas, equipos de mantenimiento, hay de todo. Pero necesitaríamos saber realmente para poder comparar con otras provincias, para saber cómo está compuesto. Hay sí un cuadrito entre Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos y están más o menos en el mismo valor las tres empresas, que son provinciales. Pero si nos comparamos con Edenor o Edesur tenemos diferencias del 30 al 50 por ciento dependiendo el tipo de suministro.
¿Considera que la Epec debería privatizarse o reducirse?
Puede ser costo propio de la empresa, sí. Que yo sepa, Edenor y Edesur no tienen más subsidios. Si el Ministerio de Energía les está permitiendo absorber parte de esos costos vía alguna otra vía, eso es lo que no podemos llegar a saber. Le llevamos esta información a la UIA en Buenos Aires, que tiene un departamento más grande de Energía que el nuestro, para analizar todos estos números.
¿Con respecto al gas, que prevén?
No tenemos ninguna notificación con respecto a eso, tenemos que esperar a que lleguen las facturas. La verdad, espero que sean más cautos y más prudentes que el año pasado. Si los aumentos son un diez o quince por ciento, acorde con los niveles inflacionarios, digamos que se puede manejar. Ahora, si van a ser del 30 o 40 por ciento, estamos totalmente fuera de juego.
Si los aumentos de gas son un diez o quince por ciento, acorde con los niveles inflacionarios, digamos que se puede manejar. Ahora, si van a ser del 30 o 40 por ciento, estamos totalmente fuera de juego.
¿Cómo ha afectado la apertura de las importaciones en sectores como calzado, madera, textil o plástico?
Básicamente ha afectado a dos sectores: calzado, por un lado, porque se pasó del cupo que estaba establecido. Lo que pasa es que la demanda cayó tanto, que estos pares que entraron de importación pegaron fuerte en el mercado. Ya estaban importados, porque en calzado lo de invierno se lo vende en verano y a la inversa, de modo que las compras estaban hechas. En el caso de los muebles hubo una afectación, no tanto por volumen o cantidad sino porque cayeron a mediados del año pasado varios mayoristas brasileños con precios que tenían un 30 o 40 por ciento de diferencia con los muebles fabricados en la Región Centro. Pero no pasó de eso porque la Secretaría de Comercio le puso cupo y no pudieron importar grandes cantidades. No fue tan grave. Industria textil prácticamente no hay en Córdoba, y en el caso de los plásticos, lo que se importa es materia prima, así que allí no hubo grandes cambios.
En general, ¿cuál es el panorama de la industria en Córdoba, con la caída de la demanda y la persistencia de la inflación?
Te diría que hay expectativas de que se recomponga un poco la demanda a partir de las paritarias, entre ahora y agosto. Los plásticos cerraron el viernes, con un incremento de casi el 25 por ciento hasta mayo del año que viene. No está lejos de lo que cerraron otros sectores, del 20 o 21 por ciento más ajuste por inflación. Si no hay dinero en los bolsillos y confianza por parte del consumidor no va a haber demanda. Creo que esa es la otra cosa que está pegando mucho, además de la falta de poder adquisitivo, la desconfianza. Hace que la gente no se endeude y se han cortado las cuotas. En general, todos coincidimos con la medida del gobierno de cortar las cuotas, que en realidad no fue cortar, sino blanquear el hecho de que el precio de contado es más barato que pagando en cuotas, pero esa desconfianza ha hecho que el consumo no se recupere. Está muy muy quieto.
¿Qué es lo que está haciendo mal el gobierno para que caiga la confianza y el consumo?
Creo que ha sido una sumatoria de errores. El tema de la energía del año pasado, con el gas. Y por otro lado, el 40 por ciento de inflación que hemos tenido. La expectativa hoy es 22 o 23, y no el 17 por ciento que dice el Banco Central.
Es difícil pensar en una reactivación del consumo cuando los sueldos han perdido capacidad de compra con respecto a la inflación.
Hay una caída real del poder adquisitivo, pero el año pasado la mayor parte de las paritarias estuvieron en el 36 o 37 por ciento: se perdió pero no tanto. Yo creo que la falta de reajuste en los primeros meses del año es lo que ha hecho que la gente dejara de comprar. Por las dudas, no se compra.
Creo que la falta de reajuste salarial en los primeros meses del año es lo que ha hecho que la gente dejara de comprar. Por las dudas, no se compra.
¿Cuáles son las expectativas para el resto del año?
En general, la industria, de cara a la paritaria, no es pesimista y es levemente optimista en el sentido de que deberíamos remontar un poco, y también de la mano de Brasil, que está recomponiendo lentamente la demanda. Y esto para Córdoba es muy importante. Dejó de caer, y se habla de un 1 o 1,5 de crecimiento para este año, y ya es un aliciente. Creo que hay que restablecer el poder adquisitivo vía paritarias y generar confianza. A un año vista deberíamos saber si la energía va a aumentar un 30 o un 40 por ciento y en cuantas etapas. Los mismo debería suceder con ciertas variables de la economía que de otra manera no le dan certidumbre al consumidor.
Usted me habla de incrementar el consumo para reactivar, pero el gobierno dice que el crecimiento económico viene con la inversión. No llegan las inversiones, y el consumo tampoco se mueve. ¿Qué opina?
Es que las inversiones están a la espera de que se reactive el consumo. Están invirtiendo fuertemente las automotrices desde hace un par de años, con estos planes que tenían, y cuando se enfrió Brasil, lo han ralentizado. Está muy dinámico el sector de la maquinaria agrícola, porque el campo tracciona muy fuertemente, pero no hay otros sectores que estén dispuestos a invertir ya, como una apuesta.
¿Qué opina del valor del dólar? ¿Cree que es bajo para la industria exportadora?
Todas las industrias tomamos insumos importados, por lo menos el 60 por ciento de los insumos que utilizamos son importados. Desde ese punto de vista, favorecería un dólar barato, pero para los sectores exportadores, un dólar de 15,50 o 15,80 pesos no es un aliciente. Si bien se han quitado las retenciones, debería estar un poco más alto. De todas maneras, no se han perdido exportaciones por el tipo de cambio. Sí se está trabajando a costo marginal, pero hay que mantener los mercados, y esta es una apuesta a largo plazo.
Para los sectores exportadores, un dólar de 15,50 o 15,80 pesos no es un aliciente. Si bien se han quitado las retenciones, debería estar un poco más alto. De todas maneras, no se han perdido exportaciones por el tipo de cambio.
¿A cuánto cree que debería ascender la presión fiscal, teniendo en cuenta de que el estado necesita recaudar para su funcionamiento?
Hay dos cosas: por un lado, sabemos que el gasto público nacional es excesivo. Por otra, la catarata de impuestos provinciales y municipales. Esa verdadera aduana con el impuesto a Ingresos Brutos, donde un producto semi elaborado, que viene de la provincia de Buenos Aires, allí pagó el 5 por ciento; pasa a Córdoba, paga el 4,5 por ciento; y luego en la etapa industrial paga el 1,2 por ciento. Esas tres aduanas que está pasando hacen que el costo excluido el IVA esté en el 11 o 12 por ciento. Más los municipales, que no bajan del 4 o 5 por ciento. Estamos siempre con una presión del 43 o 44 por ciento. Es insostenible en el mediano plazo. Deberíamos ir a una reforma tributaria integral. Concretamente, Nadin Argañaraz, nuestro especialista cordobés, estuvo trabajando en eso (N de la R: con el equipo del ministro de Finanzas, Nicolás Dujovne) hasta hace un mes que le pidieron la renuncia y se volvió. Desgraciadamente, hay un gran inconveniente y es como cada provincia o municipio trata de defender esos ingresos que obtiene por esas alícuotas. Y si no firman las 24 provincias este nuevo pacto fiscal, va a ser prácticamente imposible ponerlo en vigencia.
Si no tenemos un horizonte de mediano plazo que nos indique cuales son las variables, va a ser muy difícil pasar esta coyuntura y llegar con empresas sanas a buen puerto.
¿Con respecto a hace dos años atrás, como cree que está la economía en general y la industria en particular?
La economía, los indicadores, están en baja, y tienen serias dificultades. Y la industria no va mucho más allá de eso, porque depende de la demanda. Si no tenemos un horizonte de mediano plazo que nos indique cuales son las variables, va a ser muy difícil pasar esta coyuntura y llegar con empresas sanas a buen puerto. El 90 por ciento de los balances de las empresas están en rojo, y no es un tema menor, y son las fuentes de trabajo las que están en juego.
¿Puede haber más despidos y suspensiones si la situación no mejora?
No ha habido hasta ahora en cantidades importantes; algunos retiros voluntarios en algunas empresas, y en otras adelantos de vacaciones. Algunas con procedimiento de crisis, pero son muy pocas en Córdoba. Por otra parte, sabemos que no sobra la mano de obra calificada, y las empresas la cuidan
¿Siguen apoyando al gobierno de Cambiemos o empieza a haber matices entre los hombres de empresa?
Creo que se sigue apoyando en la medida de que el otro modelo estaba totalmente agotado, y era inviable, pero sin dudas hay más críticas, depende de cómo le pegue a cada uno estas medidas, uno se entusiasma o se decepciona.
La ultima: ¿a nivel provincial, se imagina otro gobierno de Schiaretti en 2019 o preferiría un cambio?
No veo otro horizonte a dos años y medio de las elecciones.
Se le van a enojar los radicales…
Son parte de Cambiemos, y Schiaretti a su vez es aliado de Macri en este momento.
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