La brecha salarial entre varones y mujeres profesionales, en Córdoba, es muy elevada. Si bien se reduce a 13% en ocupaciones formales en el sector público, se amplía hasta 42% en trabajos informales y en el sector privado. Los datos surge de la encuesta “Condiciones de trabajo y vida cotidiana en profesionales de la provincia de Córdoba”. El trabajo fue realizado por la Federación de Profesionales de Córdoba (Fepuc), la Facultad de Ciencias Sociales (FCS-UNC) y la Asociación de los Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba (Adiuc). Fueron encuestados 2.800 profesionales.
Según el informe, el promedio de ingreso de ellas fue de $69.977 – a noviembre 2020-, el de ellos fue de $102.276, lo que implica una brecha del 32%. El sector donde los profesionales se desempeñan resulta uno de los determinantes clave: En el sector privado, “es donde se evidencia fuertemente la discriminación por ingresos, elevando la brecha promedio a 42%”, señala el estudio.
El relevamiento realizado en diciembre de 2020 alcanzó a un universo de 2.877 casos e indagó sobre el ingreso y la brecha de las y los profesionales, la percepción de violencia o discriminación en el ámbito laboral y trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.
“La gran brecha de ingresos laborales detectada en el sector privado reafirma la necesidad de dar fin a la actual desregulación de los honorarios profesionales en la provincia de Córdoba, que dio paso a un escenario fértil para mayores desigualdades en perjuicio de las mujeres”, subrayó Nora Vilches, presidenta de la Fepuc en el marco del Día de la Mujer, el pasado 8 de marzo.
Los resultados de la encuesta evidencian que el empleo público formal es por naturaleza igualador, dado que permite acercar las condiciones del empleo femenino a las del masculino, en particular en cuanto a ingresos. Allí la brecha es del 13%, mientras que en el tercer sector es del 20%.
“Otra fuente de diferencias importante son las categorías de ocupación. Los profesionales que se desempeñan de manera independiente o aquellos que trabajan bajo contratos de locación de servicio reflejan las mayores disparidades de ingresos entre géneros, rondando el 40%. Por su parte, los empleos en relación de dependencia, muestran un mejor acceso al derecho a una remuneración equivalente, si bien registran diferencias de más del 20% en perjuicio de las mujeres”, afirma el estudio.
Para revertir la situación de degradación constante de la retribución del trabajo de los profesionales en general, y de las mujeres en particular, Fepuc brega por recuperar la regulación de los honorarios en Córdoba. Entre las conclusiones del relevamiento, se afirma que “la institucionalidad o la regulación del vínculo laboral reduce la brecha de ingreso”. Es decir, las mujeres profesionales que trabajan en relación de dependencia, o vinculadas al sector público, o en universidades en áreas docentes o de investigación, son las que logran ingresos más cercanos a los de sus pares varones.
Por caso, el grupo de profesionales que declararon realizar tareas de docencia y/o investigación en el sistema universitario y preuniversitario revelan una brecha de ingresos entre géneros del 13% en perjuicio de las mujeres. Esta diferencia resulta significativamente menor a la brecha encontrada para el conjunto de los profesionales de Córdoba en general (que asciende a un 32%).
EL TRABAJO NO REMUNERADO
La encuesta indagó sobre las horas que profesionales de Córdoba dedican al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. “Las tareas del hogar (limpieza de casas, compra y preparación de alimentos) le insumen a las mujeres un 20% más de tiempo que a los profesionales masculinos.
Finalmente, en relación con las tareas de cuidado de otras personas (niños, niñas, adolescentes, adultos mayores, personas en condiciones de discapacidad, entre otros), la diferencia se duplica respecto a la estadística anterior, con una dedicación horaria que supera en un 42% el tiempo que los hombres dedican a estas tareas”.
VIOLENCIA DE GÉNERO EN EL TRABAJO
En esta oportunidad, la encuesta incluyó preguntas referidas a percepción de violencia y discriminación en los lugares de trabajo, por razones sexo genéricas. Se preguntó a las personas encuestadas si vieron o vivieron situaciones de violencia y discriminación en sus lugares de trabajo. Siete de cada 10 (71%) de quienes respondieron -hombres y mujeres- indicaron haber presenciado o sufrido al menos una situación de discriminación y violencia en el ámbito laboral. “Estas diferencias se profundizan según los géneros. Mientras más del 75% de las mujeres declaran haber estado expuestas a una experiencia de este tipo, el 64% de los hombres identificaron estas situaciones”, advierte el estudio.
“Entre las causas más frecuentes que se mencionan como fuente de discriminación o violencia por razones sexo-genéricas en el espacio laboral, más del 50% de las respuestas dadas refieren a episodios donde se minimizaron o ridiculizaron reclamos de una compañera debido a su identidad sexo-genérica. La falta de reconocimiento y crédito del trabajo de una compañera es la segunda causa más frecuente, indicada por más del 45% de los profesionales. La misma frecuencia se observa en aquellas situaciones asociadas a chistes o comentarios ofensivos hacia una trabajadora”, concluye el relevamiento.
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