El “Chiri” de la gente volvió a demostrar todo su talento y rebeldía. Cuando el partido se le escurría de las manos a Instituto, ingresó Lucas Reyes para darle soluciones a un equipo albirrojo deslucido. El juvenil de 19 años apareció en el momento más caliente del partido con 10 puntos (2 triples) de sus 13 totales, en los últimos siete minutos. Faltando un minuto y medio, metió un triple contra la chicharra para poner a su equipo arriba por cinco unidades, en una jugada que definió el partido, y desató la locura de los hinchas que lo ovacionaron con un “Reyes, Reyes”.
“Sirve mucho este partido para la confianza. Todo jugador necesita jugar y si uno entra bien con la cancha así, se le sube un poco la autoestima, quieras o no, así que estoy muy contento. También estoy agradecido a la gente, que siempre digo, que son muy pasionales, y si vos dejas todo, ellos te van a aplaudir siempre”, confesó el “Chiri” con una sonrisa picarona.
Con el sonido del final y la victoria consumada, una catarata de abrazos fueron a parar al pibe Reyes, pero fue Pablo Espinoza quien más fuerte lo abrazó. “Él siempre me ayuda, está encima de mío al igual que “panda” (Santiago Scala) y “Gasti” (Gastón Whelan) porque somos un equipo y nos bancamos todos con todos. Pablo dice que soy el hijo que todavía no tiene, así que imagínate (risas)”.
Sin margen de error, el albirrojo se juega la clasificación esta noche al Final 4 con un trajín importante de partidos consecutivos. Por eso Reyes sabe que los festejos son efímeros: “uno se pone contento cuando juega bien, pero creo ahora que lo más importante es el equipo. Ahora no hay mucho tiempo para pensar en lo individual, sino en lo colectivo, porque mañana tenemos un compromiso importante”.
Como un padre. El “Negro” Espinoza muestra el cariño al pibe figura. Foto: Prensa IACC.
Instituto tuvo un primer tiempo para el olvido y llegó a estar 18 puntos abajo (16-34), sembrando la incertidumbre en Alta Córdoba. Con la obligación de ganar para forzar un tercer punto, el equipo demostró corazón para revertir esa diferencia y llevarse un partidazo ante San Martín. “Existió un poco de presión, pero creo que en el segundo lo pudimos llevar adelante y, aunque no jugamos bien y haya varias cosas por mejorar, el sacar el partido adelante muestra lo que somos como equipo: ante la adversidad sabemos jugar bien”.
Con 13 puntos (80% de campo), 3 triples, 1 asistencia y 1 rebote en 15 minutos de acción, el pibe fue la llave de la victoria: “Creo que fue mi mejor partido desde que estoy en la Primera, pero tampoco he tenido tantos (risas). Hoy estuvo mi familia en la cancha, así que los voy a empezar a traer más seguido”, cerró el “Chiri”, ocurrente y rápido como en la cancha.
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