Como golpe de efecto, es un gran golpe de efecto. Uno de los dos socios políticos que inventó la marca registrada del “San Luis de los Rodríguez Saá”, abandonó el peronismo, dejó a su hermano Alberto -con quien se enfrentó y perdió en las elecciones provinciales de este año- y se mudó a la alianza Juntos por el Cambio, de la mano de otro peronista: Miguel Ángel Pichetto. Adolfo Rodríguez Saá cumplió con el ritual de la foto en la Casa Rosada y ya es un hombre del team oficialista.
Pichetto ha exportado a la alianza gobernante la muñeca política clásica del peronismo, y en pleno “operativo ambulancia”, como se suele denominar en la jerga del movimiento fundado por Juan Domingo Perón, está recogiendo a los heridos de la conformación del Frente de Todos y de otras fuerzas provinciales. De este último espacio, sumo a su co-provinciano, Alberto Wereltineck, luego que la UCR bajara a su candidata a senadora nacional, el cargo al que aspira el exgobernador rionegrino en los próximos comicios.
Por cierto, con el senador de San Luis, se anota otro nombre que acerca al macrismo a la cámara alta. A Pichetto y Rodríguez Saá, se le agregan Carlos “Camau” Espínola (Corrientes), y Lucila Crexell (Neuquén). Mientras que como aliados cuenta a Carlos Menem (La Rioja), Juan Carlos Romero (Salta) y Carlos “Lole” Reutemann (Santa Fe).
También ha sumado al macrismo lo que el gurú Jaime Durán Barba consideraba la antítesis de la fuerza política del cambio político en Argentina: los dirigentes del aparato político.
Rodríguez Saá es un peronista clásico. Paradójicamente, a poco más de una semana de cumplir 72 años, el hombre que decidió declarar el default de la deuda externa que nunca pudo concretar en su breve presidencia de 7 días (23 de diciembre de 2001-30 de diciembre de 2001). Adolfo fue presidente electo por la asamblea legislativa luego de la renuncia de Fernando De la Rúa. Otras medidas que tomó fueron la entrada en circulación de una nueva moneda no convertible, llamada “Argentino”, con la cual buscaba financiar planes de vivienda y dar más de 100 000 subsidios, y dispuso un aumento a jubilados y estatales. Ha sido gobernador de su provincia entre 1983 y 2001, diputado nacional entre 2003 y 2005, y senador nacional desde entonces. Su primer cargo público data de 1973, cuando fue electo diputado provincial por el Frente Justicialista de Liberación Nacional (FREJULI).
La jugada de Rodríguez Saá es el resultado final de la ruptura con su hermano Alberto, que los llevó a una inédita competencia en las elecciones para la gobernación de San Luis. También tiene en el orillo otra marca de las prácticas del poder: “no es bueno quedarse a la intemperie política”.
La derrota en la elección provincial y la falta de candidatos propios para las elecciones nacionales (donde debía renovar dos de los cuatro diputados que le respondían) obligan al viejo cacique puntano a reinventarse políticamente, ahora desde el macrismo. El senador también había perdido el apoyo de su compañera de bloque María Eugenia Catalfamo, cercana a Alberto Fernández.
En San Luis, el macrismo estaba liderado por el ex gobernador Claudio Poggi, un hombre que inició su carrera política con los Rodríguez Saá, y que en la elección de junio finalizó segundo. Poggi estaba muy enfrentado con los hermanos Rodríguez Saá y hace algunos meses, incluso, denunció al ahora compañero de ruta por cobrar 80 millones de un subsidio a Adolfo a través de una fundación que dirige su esposa.