“Si tengo que elegir, voy a la liga a lo que era antes, creo que la gente estaba un poco más identificada, incluso con la tabla de posiciones. Lo acepto, en la NBA se juegan cuatro o cinco partidos por semana. Nosotros, para copiar algo que está bien aceitado, nos cuesta mucho. Como país nos falta para llegar a la excelencia que queremos”, lanza Juan Espil, con la precisión que lo convirtió en uno de los tiradores más letales de nuestra Liga Nacional.
El Escopetero, fue uno de los grandes exponentes del básquet nacional en la década de los ’90 y uno de los primeros jugadores en emigrar al básquet europeo. Oriundo de Bahía Blanca, Espil comenzó a deslumbrar con su capacidad anotadora en 1988 con Estudiantes de Bahía, llevando al “Albo” a la única final de su historia, perdiendo ante GEPU de San Luis. Al año siguiente jugaría para GEPU, consiguiendo el título, siendo el goleador del equipo.
Fue figura en Atenas de Córdoba consagrándose como el máximo anotador de la LNB durante dos temporadas seguidas. En el medio, se destacó en la Selección Argentina y fue artífice de la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de 1995. Además disputó los mundiales de 1994 y 1998 (siendo goleador del equipo en ambos) y el Juego Olímpico en Atlanta 1996. En Europa jugó para el Tau Cerámica, Aeroporti Roma, Joventut de Badalona, Ricoh Manresa, CB Tenerife y Iurbentia Bilbao.
“Tuve una carrera muy extensa, varios clubes, siempre me metí a muerte en cada uno, sabiendo que hacían un esfuerzo muy grande para que yo esté ahí. Estoy muy orgulloso por la carrera que tuve, fui un privilegiado de la vida, de haber tenido un don para jugar y tener la mentalidad ganadora para poder mantenerme, llegar es un poco más fácil siendo bueno en algo y lo complicado es saber mantenerse”, explicó Espil en el programa 3×3 Radio de UCU Web.
A la hora de hablar de la actualidad de la competencia, fue claro al decir que La Liga Nacional de los ’90 era más atractiva y por eso la gente estaba más identificada que ahora. Además agregó la importancia de que “la gente pueda opinar, porque es ella la que te lleva a generar, a traer publicidad. Casi siempre en este rubro si no están los gobiernos no se puede sobrevivir, muchos equipos desaparecieron”.
A su vez opinó de la realidad dirigencial del país: “Estoy de acuerdo con la capacitación de los dirigentes, como país lo vemos en todo lo que destapes, siempre lo más fácil es emparejar hacia abajo, por eso no somos el país que podríamos ser. Todos los que tuvimos la suerte de vivir años en otros países donde las cosas funcionan. No digo que en otros lugares sean perfectos, casi siempre hay corrupción, pero ves que se busca la excelencia, acá es realmente muy difícil”.
Por último se refirió a la gestión de Germán Vaccaro en la CABB y su participación con Federico Susbielles. “Realmente cuando estuve en la confederación estaba arrasada. Fui de la mano de Fede (Susbielles), teníamos que darle una credibilidad, cambiar lo que venía siendo, porque era un desastre”.
“Lo que me parece mal es que son los mismos dirigentes de hace 25 años, no puedo entender que en clases políticas un gobernador esté 20 años al poder. Para ser mejor hay que ir renovándose, por eso hay que ir para arriba, no aplanarse. Siempre me inculcaron tratar de ser mejor. Uno se hace mejor cuando compite con alguien superior. No puede ser que 20 años estén las mismas personas”, sumó.
“A pesar de la Generación Dorada no se logró mejorar. No se aprovechó el envión de esos jugadores para hacer conocido el deporte. La confederación era una caja de pandora, levantabas algo y no sabías que negocio íbamos a encontrar abajo”, concluyó Espil.
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