Con la llegada de la pandemia del coronavirus a la República Argentina, se ha iniciado un proceso de incorporación en muchos ámbitos laborales de una modalidad de trabajo (novedosa en la mayoría de los casos). Nos estamos refiriendo al teletrabajo.
Claramente, el teletrabajo llegó para quedarse entre nosotros (incluso una vez que se supere esta situación sanitaria a nivel mundial), pues en ciertas actividades podría ser implementado de forma permanente, brindando beneficios tanto al trabajador, como a su empleador (y no transitoria como hasta ahora).
En la mayoría de los casos, viene siendo usado de forma correcta, pero en otros diera la sensación de que se intenta implementar como una forma de flexibilización laboral y de abuso por parte de ciertas patronales.
Todos los trabajadores y trabajadoras del país, tienen mayoritariamente una jornada de ocho (8) horas, excepto ciertas actividades consideradas insalubres, en cuyos casos las jornadas son de hasta seis (6) horas.
Las mismas tienen días y horarios preestablecidos (algunos por la mañana, otros por la tarde y otros por la noche).
Pero una irregularidad que se avizora en determinados casos, es que hay empleadores que no respetan los propios días y horarios de trabajo del trabajador o de la trabajadora que ya tienen fijado por ley, por Convenio Colectivo de Trabajo, y por disposición del propio empleador.
Trabajadoras y trabajadores terminan recibiendo trabajos, comunicaciones, instrucciones, o pedidos, fuera de esos días y horarios laborales, desvirtuando y mal utilizando así, el normal funcionamiento de esta importante, interesante y novedosa modalidad laboral que se está usando en todo el mundo.
Se termina trabajando en muchos casos, fuera del día y horario laborable (sin generar por ello horas extras y como si fuera realizado dentro de la jornada normal de trabajo).
Se reciben indicaciones, instrucciones o pedidos del empleador, después de terminar el horario o jornada de trabajo.
En estos supuestos, se advierte claramente, que hay empleadores que buscan dar un uso inadecuado a esta modalidad laboral (sobre todo tan necesaria en este periodo de cuarentena obligatoria y de pandemia mundial), dando lugar así a excesos, abusos y violaciones de derechos laborales.
Es importante que todas las organizaciones sindicales del país, estén atentas en aquellos casos que adviertan estas prácticas irregulares por parte del empleador, y que en tales casos hagan los reclamos correspondientes para no consentir bajo ningún concepto, que las trabajadoras y trabajadores que representan, vean vulnerados sus derechos laborales (ej.: condiciones dignas y equitativas de labor, jornada limitada; descanso y vacaciones pagados; entre otros).
Asimismo, será muy importante el rol que lleve adelante el Ministerio de Trabajo frente a estos estos tipos de abusos sobre la clase trabajadora. Para ello, el rol de los gremios es claves.
Estamos atravesando un momento histórico muy difícil en todo el mundo. Solo saldremos adelante trabajando unidos.
Para ello, será trascendente el aporte de los trabajadores y trabajadoras, como así también el de los empleadores.
Pero debemos aplicar con seriedad, responsabilidad y mucho compromiso, las herramientas que hoy nos permiten seguir dando vuelta la rueda de la economía, la actividad estatal y privada, y en definitiva que buscan no detener el funcionamiento de todo un país.
Para ello entre otras cosas, el teletrabajo debe ser bien aplicado en todo nuestro país.
* Carlos Emanuel Cafure es abogado laboralista.
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