Jaime Durán Barba, el gurú político del presidente Mauricio Macri, volvió al país la semana pasada y el domingo escribió su habitual columna en el diario Perfil. La nota se titula “El diálogo es la única salida”.
“Si pensamos en una Argentina que se proyecte hacia el futuro, es indispensable que, pasadas las elecciones y gane quien gane, Mauricio Macri y Alberto Fernández conversen y trabajen juntos por el futuro del país, tanto en la política interna como en el ámbito internacional”, afirma.
También explica que “mi insistencia sobre la vigencia del kirchnerismo fue interpretada por algunos como un deseo de polarizar con Cristina para que Mauricio Macri ganara las elecciones. Eso nunca fue así. Era obvio que la mejor candidata que aparecía en la oposición era la más temible. Simplemente fue el reconocimiento de una realidad que las urnas confirmaron plenamente, ampliada por Alberto Fernández, un buen candidato al que no supimos interpretar”.
Luego resalta que Macri será el primer presidente no peronista en terminar su mandato, y critica duramente a Elisa Carrió a quien califica sin nombrarla como una “marginal” y a los movimiento sociales y sindicales que se manifestaron contra el presidente “todos los días hábiles de su mandato para desestabilizarlo”.
Apuntó que “la democracia occidental permite que los que quieran discutan sobre lo que quieran, cuando quieran, sin que se los persiga. No suprime el enfrentamiento social, sino que lo canaliza para que exista una disputa ordenada por el poder. En toda sociedad se enfrentan grupos con intereses contrapuestos, con distintas visiones del mundo. Esa diversidad se ha multiplicado y la democracia contemporánea tiene el desafío de garantizar a muchos la libertad para debatir, organizarse, buscar el poder, con la condición de no instaurar una sociedad totalitaria”.
Explica que “la democracia busca la unidad en la diversidad, manteniendo un sistema político en el que gobierna una mayoría que respeta a la oposición, que a su vez puede convertirse en gobierno cuando se forma una nueva mayoría. Por eso la alternancia es indispensable para que exista democracia: nadie puede perennizarse en el poder invocando ninguna causa”.
Luego dice que “muchos políticos tienen una visión apocalíptica de la vida y creen que la vida empieza y termina con ellos. Eso no es democrático”.
Recuerda que “la democracia más antigua de América Latina es la mexicana, en la que durante un siglo los presidentes cumplieron su mandato y se sucedieron de forma ordenada. Esto sucedió con mandatarios de todos los signos políticos, incluidos los de extrema derecha y extrema izquierda”.
Señala que “pasa lo mismo en Costa Rica desde 1949, y en países como Colombia, Chile y Brasil, con la excepción de un golpe militar en cada uno de ellos. Los demás han tenido una historia más irregular, pero en todos hubo mandatarios que terminaron su período y entregaron el poder a líderes de otro signo político”.
Dentro de ese contexto, “Argentina ha sido la excepción. El 10 de diciembre Mauricio Macri será el primer presidente no peronista que termine su mandato constitucional en un siglo. Si pierde las elecciones que todavía no se han resuelto, será el primero en entregar de manera ordenada los atributos del mando a un sucesor de otro signo político”.
Más adelante le dispara Carrió: “En todos los países, cuando terminan las elecciones existen personajes marginales que alegan que hubo fraude, mientras los políticos republicanos aceptan que han perdido y que deben trabajar para tratar de volver al poder en el futuro. Saber aceptar el resultado favorable o contrario de las urnas es parte de la democracia. Tampoco existe en otros países alguien que diga que se debe derribar al electo, que hay que armarle ‘un helicóptero’”.
Indica finalmente que “los más egoístas guardan silencio, mientras los que ponen al país sobre sus intereses desean el éxito del nuevo mandatario. Estuvimos en México cuando Fox acabó con el dominio de setenta años del PRI, doce años después cuando volvió el PRI con Peña Nieto, y hace poco cuando ganó las elecciones Andrés Manuel López Obrador. En ningún caso hubo alguien con la fantasía apocalíptica de que lo sacarían muerto del palacio, ni la intención de que el elegido no termine su período. Cuando se inició el gobierno de Mauricio Macri inmediatamente hubo quienes quisieron derribarlo. Su gobierno obtuvo un récord: todos los días hábiles se organizaron manifestaciones de grupos que pretendían desestabilizarlo. Lo hicieron solo los días hábiles porque son personas que respetan los derechos laborales y descasan los feriados”.
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