La reunión se extendió por unos 50 minutos. No hubo sonrisas. Tampoco testigos. El gobernador cordobés, Juan Schiaretti, y el candidato a presidente del Frente de Todos, Alberto Fernández, dialogaron frente a frente después de sus conversaciones telefónicas -al menos dos, en las últimas semanas, según las fuentes consultadas-.
Fernández llegó a la hora de la siesta a Córdoba; no respondió preguntas; tuvo un incidente con el periodista Héctor Emanuele de Canal 8 cuando no quiso responderle sus preguntas; saludó a simpatizantes que lo esperaban en el Aeropuerto Ambrosio Taravella; y se fue rumbo al hotel donde esperó la reunión con Schiaretti. A las 19 tenía pasaje de regreso a Buenos Aires.
El candidato del Frente de Todos, estuvo acompañado por Fernando “Chino” Navarro, del Movimiento Evita, una de las fracciones peronistas que se acercaron rápidamente a los PJ oficiales de las provincias luego de la derrota de Daniel Scioli en 2015. En Córdoba, el legislador Ricardo Vissani, pasó a Unión por Córdoba en marzo de 2016. Navarro, no participó de la reunión entre el gobernador y Fernández. Lo mismo sucedió con el principal operador político de Schiaretti, el ministro de Gobierno, Carlos Massei.
La foto y el café, además del acercamiento, tienen dos connotaciones distintas para cada uno de los actores.
Para Schiaretti alimenta su imagen de dirigente de diálogo y articulación entre sectores del peronismo, a la par que fortalece su propuesta del corte de boleta (Fernández presidente más diputados de Hacemos por Córdoba, en lugar de la lista kirchnerista que encabeza Eduardo Fernández). Si hubo foto, indica que el primer mandatario provincial habilita esa jugada. Sin embargo, no implica más que eso, porque Schiaretti se mantendrá en su posición de “defensor de los intereses de Córdoba”, hará campaña por la lista corta, y no se expresará por ningún candidato nacional.
Y para Alberto, implica mostrar su capacidad de diálogo con todos los sectores por encima de las diferencias anteriores. El PJ cordobés ha sido el más reacio a la construcción del frente peronista para enfrentar a Mauricio Macri. Es una imagen que fortalece ese perfil del candidato y le aporta votos de la lista corta. Esto es, sacrifica su propia lista de diputados nacionales en favor de la del gobernador. La tesis de Fernández y los armadores de la alianza de los peronismos es la necesidad de “peronizar” la campaña y sumar todos los gestos que sean posibles para engrosar los votos a la fórmula presidencial, sin importar lo que pase con las boletas propias. Las encuestas que hizo el oficialismo provincial indican que en Córdoba, los Fernández tienen 25 puntos porcentuales (pp.) de intención de voto, casi 7 por encima de lo que obtuvo Scioli en 2015, pero demasiado poco para garantizar una victoria frente Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto. El presidente roza los 50 pp. en la provincia, de acuerdo a las mismas encuestas.
Siempre creí en la importancia del rol de los gobernadores, que todos los días dan la cara frente a su pueblo.
Con @JSchiaretti coincidimos en muchas cosas. Una de ellas es que vamos a terminar con los desencuentros. Entre todos vamos a poner a la Argentina de pie. pic.twitter.com/f9FIk7c3Or
— Alberto Fernández (@alferdez) July 10, 2019
UNA RELACIÓN MADURA
A través de un comunicado de prensa, el Gobierno de la Provincia aseguró que “de la misma manera que semanas atrás lo hizo con Miguel Ángel Pichetto (…)” el gobernador Schiaretti recibió al precandidato presidencial por el Frente de Todos.
“Fue un encuentro cordial, en el que dialogaron sobre temas de interés nacional y la necesidad de que, más allá de quien resulte electo presidente, la Nación mantenga con las provincias una relación correcta y madura, basada en el respeto a la institucionalidad”, agregaron.
“NO QUIERO TENER MÁS DESINTELIGENCIAS CON CÓRDOBA”
Al finalizar el encuentro con Schiaretti, Alberto Fernández, conversó con los periodistas. Se mostró sorprendido por la insistencia de pedir perdón a los cordobeses: “Yo no sé qué les hice, pero si algo hice que les dolió, obviamente que no tengo ningún tipo de problemas. No quiero tener más desinteligencias con Córdoba. Es una provincia muy importante como para que alguien que quiera gobernar la Argentina la descuide. Quiero ser un amigo de Córdoba”.
Planteó que “lo conozco al gobernador Schiaretti de hace mucho tiempo. Tengo por él un respeto y un afecto sincero. Muchos no lo saben, pero cuando volvió la democracia trabajé muchos años con José Manuel de la Sota, y él me apreció con su afecto”.
Señaló que “para mí, volver a Córdoba y reencontrarme con ‘el Gringo’ es lindo, es grato. Hablamos de la necesidad de que el país tenga una relación institucional como merece Córdoba. Y de la necesidad de construir juntos”.
Dijo que “tenemos una visión bastante parecida de lo que le pasa al país y una visión bastante parecida de lo que debemos hacer. Y para hacer eso Córdoba es muy importante”. También indicó que en caso de llegar al gobierno en las elecciones de octubre, “mí modelo es volver a la lógica del gobierno de Néstor Kirchner”.
“El que se ha corrompido y tiene que rendir cuentas, que lo haga. Las causas de Cristina las conozco. Tienen absolutamente un sentido persecutorio y no un sentido de Justicia real”.
Finalmente respondió una pregunta sobre las denuncias de corrupción durante el gobierno de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner: “El que se ha corrompido y tiene que rendir cuentas, que lo haga. Las causas de Cristina las conozco. Tienen absolutamente un sentido persecutorio y no un sentido de Justicia real”.
