Es artesano, mochilero y hacía cuatro años que estaba viajando. Todos los veranos regresaba para trabajar en el complejo de cabañas familiar en Villa Cura Brochero. Al terminar la temporada, otra vez partía. Así lo hizo en marzo de 2015. Poco más de tres meses después, el 14 de julio, Leonardo Iudicello, de 30 años, desapareció de Jericoacoara, en el norte de Brasil. Pese a los esfuerzos de su familia, que viajó al país vecino para impulsar la búsqueda, no hubo resultados.
Ahora una nueva pista investigada por el Ministerio Público Fiscal de Córdoba indica que Leonardo podría haber sido visto en el centro de la ciudad de Córdoba. Un amigo de la familia asegura haberlo cruzado el 13 de este mes, en la esquina de de Olmos y Salta, rumbo al bulevar Guzmán. En ese momento vestía “un chaleco de lana tejida al telar color marrón, gorro de lana y llevaba una mochila negra y un charango con estuche color negro”, precisó en un comunicado el Ministerio Público Fiscal, que solicitó que cualquier información sea suministrada a la comisaría o unidad judicial más cercana.
“Tomamos esto con mucha cautela porque es la primera vez que nos llega una información de Leo en Córdoba. A nivel familiar, hemos pasado momentos de mucha desesperación”, señaló Marina, hermana de Leo, a ENREDACCIÓN.
“La persona que dice haberlo visto es un amigo de mi hermano, pero no tomó fotos ni habló con él, por eso somos cautelosos. Apenas supimos, rastrillamos la zona. La Policía hizo lo mismo, pero no dio resultados”, agregó.
LA BÚSQUEDA
Leonardo es hijo de Lucio, un conocido escritor cordobés con varios libros publicados. Dos semanas antes de su desaparición, Lucio y Gladys, madre de Leo, lo visitaron. Viajaron juntos y lo vieron bien. “Llamativamente, las últimas personas que convivieron con él dijeron que lo vieron callado, retraído, un poco aislado”, dijo la hermana.
Los Iudicello comenzaron una búsqueda intensa. Lucio y uno de los hermanos de Leonardo viajaron a Brasil, se instalaron cuatro meses y, con un auto alquilado, recorrieron cada rincón en busca de pistas. Incluso llegaron a las personas que compartieron los últimos días con Leonardo, antes que la Policía. “El testimonios más certero es el de una mujer, que junto a otras cuatro personas, aseguraba haberlo visto en Canoa Quebrada. Dijeron que estaba vendiendo artesanías y se lo veía perdido”, agregó.
Desde entonces la familia continúa la búsqueda a través de redes sociales sin perder esperanzas. Leonardo desapareció el 14 de julio del camping donde paraba. Su carpa y otras pertenencias fueron incendiadas, pero él ya no se encontraba allí.
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